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España

El Gobierno prevé una Semana Santa a medio gas: sí al turismo interno, veto al extranjero

El Ejecutivo de Sánchez espera recuperar unos 300.000 empleos a partir de las vacaciones de Semana Santa. Los departamentos económicos confían en que desde abril arranque la recuperación

Pedro Sánchez con Ximo Puig y José Luis Ábalos

El Gobierno de Pedro Sánchez es más optimista de lo que parece. Los datos del cierre del año del PIB, con una caída histórica del 11%, son objetivamente malos, pero las expectativas del FMI y de la propia Unión Europea vaticinaban cifras peores. A esa mejora sobre las previsiones el Ejecutivo se aferra como a un clavo ardiendo, y ahora confía en que en Semana Santa los españoles podrán moverse por el territorio, aunque mantendrá restricciones al turismo extranjero, según explican fuentes del Gobierno a este diario. 

En el gabinete de Sánchez creen que el futuro de la legislatura y del propio presidente depende de la capacidad de la economía española de levantarse tras la “crisis exógena” del coronavirus. La oposición, liderada por el Partido Popular, ha decidido no ofrecer su apoyo en las grandes reformas previstas por el PSOE.

La negativa de Pablo Casado preocupa al Gobierno, aunque en el sanedrín que rodea a Sánchez consideran que la economía va mejor de lo que se dice y que Sánchez puede incluso convertirse en el presidente que pueda presumir de haber surfeado una pandemia mundial. 

"En Moncloa trabajan en este relato desde hace meses, al menos desde julio", explican fuentes del Gobierno. Ahora, con los datos de los que disponen, se percibe cierto entusiasmo. Para los asesores de Sánchez, si el Ejecutivo logra superar esta crisis, "se quitará el estigma de que el PSOE destruye empleo y el PP lo crea". 

En el calendario de Sánchez la clave serán las vacaciones de Semana Santa. El Ejecutivo tiene buenas previsiones sobre esas fechas. Cree que el turismo nacional se reabrirá, y que esos movimientos generarán alrededor de 300.000 empleos. Sánchez afirmó el lunes que este será el año de la "recuperación". Mientras que la responsable de Industria, Reyes Maroto, también se abrió a unas vacaciones de Semana Santa parecidas a la época precovid. 

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Solo turismo nacional

Aunque el Gobierno quiere dejar libertad de movimiento interterritorial, no prevé de momento abrir las fronteras al turismo extranjero. Las previsiones en ese ámbito son poco estimulantes. Y según los cálculos de La Moncloa, tampoco otros países del entorno europeo lo harán. 

España depende enormemente de la industria del turismo. Antes del coronavirus, el país recibía alrededor de 80 millones de turistas. A diciembre de 2019, los afiliados en el sector turístico a la Seguridad Social eran casi 2,4 millones de personas. El año pasado la pandemia causó un desplome de los ingresos superior al 75% (de 92.000 millones de euros a 20.000), con 327.000 puestos de trabajo perdidos.

Los ERTE mitigaron el tsunami de despidos, con más de 100.000 trabajadores afectados en la hostelería, y otros 90.000 en hoteles y apartamentos. El Gobierno prevé recuperar ahora la mitad de todos esos puestos de trabajo entre finales de marzo y comienzo de abril. La Semana Santa deberá convertirse en el pistoletazo de salida de lo que en La Moncloa califican como la “nueva legislatura”.

Recuperación y giro político

Se trata de un proyecto que los de Pablo Iglesias conocen y que miran de reojo. La decisión de Sánchez, por ejemplo, de insistir en celebrar las elecciones catalanas el 14 de febrero ha tensado las relaciones en el Ejecutivo. Iglesias era partidario de esperar, porque así lo deseaban sus socios de ERC y porque empieza a circular el temor a que Sánchez esté preparando el terreno para un giro moderado tras el voto en Cataluña.

Lo del efecto Illa no se lo cree nadie. Es una teoría que solo compra la prensa. La verdadera pregunta es: ¿por qué Moncloa ha insistido tanto en que se votara en febrero?”, reflexionan algunos miembros del Ejecutivo. La respuesta que algunos se dan es que el giro moderado es inminente. Y que deberá servir para apuntalar los fondos europeos gracias a una “operación vuelta a la normalidad” que empezará en Semana Santa.

Podemos de momento deja que los estrategas de Sánchez diseñen escenarios vinculados a la evolución de la economía. Pero no darán el brazo a torcer en al menos tres puntos: pensiones, empleo y alquileres. Iglesias ya ha advertido a Sánchez de que dará batalla en esos sectores. Mientras que sobre el giro moderado del Ejecutivo, en Unidas Podemos zanjan: "El problema es que con 120 diputados del PSOE no vas muy lejos. Ya es hora de que Sánchez lo entienda". 

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