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España

La seguridad en los conciertos de cara a la temporada de verano

Medidas de seguridad instaladas a la entrada del WiZink Center donde el puertorriqueño Ricky Martin.

El atentado en el concierto de Manchester pone una vez más en alerta a las fuerzas de seguridad frente a la amenaza terrorista. El verano está a la vuelta de la esquina y con él llega la temporada de conciertos multitudinarios y grandes festivales de música repartidos por toda la geografía española. 

Actualmente España mantiene en el nivel 4 de alerta, lo que implica el despliegue de agentes uniformados con armas largas en zonas con gran afluencia de personas. Pero en el caso de los conciertos, las funciones de la Policía se limitan a la supervisión previa de los planes de seguridad de los recintos y al control del perímetro exterior de los mismos.

El diseño de los dispositivos corre a cargo de las empresas de seguridad privada contratadas por las promotoras de los conciertos y se elaboran en coordinación con los cuerpos policiales. En la edición del pasado año del Festival Internacional de Benicàssim (FIB) trabajaron cerca de 600 agentes. Además, miembros de la Unidad Territorial de Seguridad Privada de la la Comisaría Provincial de Castellón se encargaron de inspeccionar el dispositivo. Por su parte, en el Arenal Sound 2016 -celebrado en la localidad castellonense de Burriana- trabajaron cerca de 750 agentes entre miembros de la Guardia Civil y la Policía Nacional. 

Desde la Asociación de Promotores Musicales llaman a la calma de cara a la temporada estival y recuerdan que desde la tragedia del Madrid Arena de 2012 los protocolos de seguridad han sido revisados a conciencia. Recuerdan además que la legislación española es una de las más seguras en este ámbito a nivel europeo. Desde esta organización recalcan "que los promotores seguirán tomando todas las medidas necesarias" y ofrecen su "máxima colaboración a las fuerzas de seguridad".

Sobre el control de accesos, también los servicios de seguridad privada los encargados de realizar registros y cacheos del contenido de los bolsos y mochilas de los asistentes. Los vigilantes son "responsables de evitar que accedan personas con armas e instrumentos u objetos contundentes que puedan utilizarse como armas arrojadizas o de cualquier otro tipo", explican desde la empresa Civittas, especializada en seguridad.

Asimismo, agentes de las fuerzas de seguridad patrullan los alrededores donde se congregan importantes masas de gente. Este mismo martes, tan solo 24 horas después de la tragedia de Manchester, se celebraba un concierto de Ricky Martin en el Wizink Center (Palacio de los Deportes de Madrid). Más de cien agentes de vigilancia privada controlaban los pasillos y entradas del recinto, apoyados por cerca de 200 cámaras y un dispositivo policial en el exterior.

Otras fuentes consultadas por este diario recalcan que los conciertos no son un objetivo especialmente prioritario de los terroristas, o al menos, no más que otros lugares donde se concentran grandes grupos de personas como partidos de fútbol o aeropuertos.

El ministro francés del Interior, Gérard Collomb, ya ha dado instrucciones a los prefectos del país para que refuercen la seguridad tanto en eventos culturales como deportivos y el presidente Emmanuel Macron instará al Parlamento a prolongar el vigente estado de emergencia. Al otro lado del Atlántico, el Departamento de Seguridad Nacional estadounidense también ha ordenado incrementar la seguridad lugares públicos y conciertos tras lo sucedido en Manchester.

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