Quantcast

España

Sánchez se centra en el Consejo y confía en Merkel para sortear vetos: "Nos jugamos la legislatura"

Pedro Sánchez con Angel Merkel en Berlín el 14 de julio de 2020

Pedro Sánchez tiene una prioridad que va más allá del reparto de fondos del llamado Next Generation EU, el paquete de ayudas contra la covid-19 que se negocia en el Consejo Europeo. Italia y Francia son los puntales del equipo que busca superar el veto de los países "frugales" (Austria, Holanda, Suecia y Dinamarca). Con España quieren evitar que el Consejo Europeo fije la unanimidad para la evaluación de las aplicaciones de las reformas y entrega del dinero. El papel de Alemania en esa ecuación es fundamental y Sánchez confía en que la canciller Angela Merkel interceda para que el Consejo no tenga la última palabra en ese proceso.

España comparte con Italia y Francia el interés de que el Consejo apruebe las ayudas cuanto antes. Alemania piensa lo mismo, pero se muestra abierta a debatir una reducción de las subvenciones previstas. Más allá de la cuantía de dinero, el Consejo Europeo debe decidir sobre quién y cómo vigilará la ejecución de la medidas necesarias (reformas en empleo y pensiones) para recibir el dinero europeo. Al tratarse de un nuevo mecanismo interno, se deben definir todos los detalles del mismo. 

Objetivo: la mayoría cualificada

La cuestión no es baladí. España espera que no se imponga la petición de los frugales, que quieren imponer la unanimidad en el Consejo Europeo para la aprobación paso a paso de las ayudas. Sánchez espera que se imponga un sistema de mayoría cualificada, lo que eliminaría los vetos de los países del norte y facilitaría la recepción del dinero. En esa importantísima política europea, el papel de Angela Merkel es esencial.

“En la cumbre del Consejo nos jugamos los próximos tres años de Gobierno, es decir, la legislatura”, sentencian fuentes gubernamentales. Si las ayudas llegan tarde y mal, el temor es que para el Ejecutivo será imposible resistir la embestida de la crisis. Las perspectivas no son del todo negras. En el Gobierno consideran que gracias al dinero europeo llegará el oxígeno necesario para reactivar el motor económico. Y con las reformas el país podrá recuperar el terreno perdido.

La clave para España (y también para Italia y Francia) será la evaluación de las medidas comprometidas. La esperanza es que Alemania trabaje para que la Comisión Europea mantenga su protagonismo (tal y como ocurre hasta ahora en mecanismos parecidos). Eso permitiría al comisario económico, el italiano Paolo Gentiloni, tener la última palabra. Y sobre todo que los países frugales, liderados por el holandés Mark Rutte, ganen la batalla en el Consejo para que este organismo vote cada entrega del dinero por unanimidad.

Paolo Gentiloni, comisario de economía de la Unión Europea

Merkel, la resistente

“El Consejo puede durar hasta el próximo martes, por ejemplo después de un pequeño receso”, revelan fuentes conocedoras de las dinámicas europeas. Esta es la perspectiva que también manejan políticos instalados en la Eurocámara. En general, la negociación se espera larga y dura. España espera recaudar un total de 140.000 millones de euros, divididos en préstamos y cheques a fondo perdido.

Merkel es conocida en los ambientes diplomáticos por su resistencia a las reuniones interminables. Cuando se debatió en 2015 sobre Ucrania, la canciller aguantó más y mejor que François Hollande y Vladimir Putin, que de vez en cuando se retiraban para un leve descanso, dejando su sillón al ministro de Exteriores. Es por ello que en Moncloa confían en que Merkel acabe decantando la balanza, ofreciendo a los frugales una reducción de las subvenciones, a cambio de una cesión en su poder de veto en el Consejo Europeo.  

Alemania piensa como nosotros, y esto es muy importante. En España compramos los productos alemanes, y cada vez son más los ciudadanos de Alemania que veranea o tienen propiedades en España. Ahora bien, lo que Merkel no va a aprobar son medidas que pueden dar alas a los populistas de su tierra, que acusan a los países del sur de no cumplir con lo pactado y despilfarrar el dinero”, comenta una fuente conocedora de las negociaciones europeas.

Merkel y Macron en el Consejo Europeo

Puente con el PP

Durante la reunión de Sánchez con Merkel del pasado 14 de julio, la canciller advirtió al presidente del Gobierno de la dificultad de la negociación. Para sectores de la oposición, Sánchez se ha presentado a la mesa de la negociación con los aliados equivocados.

“Esto no se resuelve con Iglesias, sino con un acercamiento al PP y Ciudadanos; hay que dar seguridad de que las cosas pueden cambiar, no que el dinero europeo se irá a subvenciones”, señalan estas fuentes. En el partido morado, en cambio, creen que la crisis de la covid-19 ha demostrado que las recetas de 2008 son equivocadas, y consideran que tanto la Comisión como el FMI pide medidas expansivas.

Sea como fuere, la figura de Alemania ya no divide a los dos sectores políticos. En definitiva, la canciller alemana, que hace años despertaba la ira del populismo, ahora se ha convertido en la principal valedora de los intereses de los países del sur. Todos quieren que sea ella quien resuelva el conflicto interno y desbloquee unos fondos considerados esenciales para la reconstrucción.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.