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España

Los rastreadores estiman que la incidencia real de ómicron es el doble de la registrada

La falta y el agotamiento de rastreadores, la alta cifra de casos asintomáticos y la cantidad de autotest realizados hace imposible tener una foto real de la situación de la pandemia

Rastreadores covid en Baleares Europa Press.

Que levante la mano quien no conozca a alguien contagiado de covid en los últimos días. La variante ómicron se encuentra en plena efervescencia en nuestro país y los casos, afortunadamente leves en su mayoría, no dejan de aumentar. El boom vírico ha sido de tal magnitud que a los rastreadores y a los servicios de vigilancia epidemiológica les está resultando imposible transmitir una foto fidedigna de la situación en España. Tal es así que estiman que la incidencia real es el doble de la registrada.

Y no es poco. Este lunes España registraba 214.619 nuevos contagios desde la Nochebuena, lo que ha elevado la incidencia a los 1.206 casos por 100.000 habitantes. Sin embargo, la incidencia real ascendería hasta los 2.412, algo nunca visto en la pandemia.

Las vacunas, y la levedad de ómicron están permitiendo que los hospitales no colapsen, aunque las UCI empiezan a sufrir más la presión. La labor de rastreo sigue siendo fundamental para poder tomar decisiones y para conocer cuál es la incidencia real del virus y su capacidad para afectar a nuestro sistema sanitario. Sin un conocimiento real de los contagios, las comunidades autónomas dan palos de ciego y es muy difícil anticiparse a lo que pueda venir.

Los servicios de Salud Pública no se han reforzado lo suficiente a lo largo de la pandemia, lo que ha puesto a los rastreadores en una difícil situación. Muchos de ellos acumulan días y días de vacaciones que no han podido usar, y ese desgaste físico y mental ha de notarse también en el rendimiento.

Desde la Sociedad Española de Medicina Preventiva (Sempsph) lanzaron en su momento una propuesta para formar a enfermeras en rastreo de casos, de tal manera que se pudiera contratar a un número de personal suficiente con el que hacer frente a las sucesivas olas. Sin embargo, esta propuesta nunca llegó a aplicarse a nivel nacional.

“Nadie me pregunta mis contactos estrechos”

El presidente de la Sempsph, Rafael Ortí, coincide en que el número real de casos positivos es, muy probablemente, “el doble o el triple” de lo que se muestra en los informes diarios del Ministerio de Sanidad. Alejandro Conde, especialista en Medicina Preventiva en el Hospital de Orense, reconoce que hoy tendrá “que salir tarde del hospital” para dar abasto con los rastreos.

El déficit de rastreo se percibe también en el testimonio de diferentes contagiados. María, en Madrid, alega que a pesar de dar positivo y comunicarlo, “nadie” le ha llamado “para hacer el rastreo de casos”. Es más, le han llegado a decir que puede salir a la calle, aunque sea positivo, si va a zonas poco concurridas.

Otro ejemplo del caos que se está viviendo es el de Jorge, positivo en covid junto a sus tres hijos pequeños. También comunicó los positivos al Servicio Madrileño de Salud (Sermas) y no recibió llamada de rastreador alguno. Además, se trasladó a una de las carpas que se han habilitado en la capital para la realización de test y le señalaron que a los niños no se les hacía PCR. "Estamos ya en otra fase: que se contagie todo Dios que nos da igual", lamenta.

Diferencia entre CCAA

Como no podía ser de otra forma, las diferencias entre comunidades autónomas son palpables, como ha podido comprobar Vozpópuli con fuentes oficiales de las regiones. Navarra, con una población de 610.000 habitantes, cuenta con 140 rastreadores, 112 del Servicio de Salud Navarro y 28 militares.

En cambio, Extremadura, con un millón de habitantes –no llega al doble que Navarra-, posee más de 500 rastreadores, 40 de ellos militares. Aragón, con 1,3 millones de habitantes tiene, sin embargo, 300 rastreadores menos que Extremadura, un total de 200. Castilla y León cuenta en estos momentos con 540 rastreadores. De ellos, 192 pertenecen a las Fuerzas Armadas.

Por su parte, la Comunidad de Madrid, alcanza los 1.600 rastreadores según la última información ofrecida por la Consejería de Sanidad. En cambio, una región menos poblada como Comunidad Valenciana (4,9 millones), está trabajando con 2.000 rastreadores a los que hay que sumar 160 militares.

Asintomáticos y autotest

Por lo tanto, nos encontramos ante una variante muy contagiosa, con poco personal para perseguirla. A ello hay que añadir un factor más, y es que los contagios por ómicron son, en su mayoría, asintomáticos. Así lo explica el especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública del Hospital de Laredo, Juan Antonio Sanz: “Los datos que he revisado estos días apuntan a que 9 de cada 10 casos de ómicron son asintomáticos. Detectarlos a todos, incluso con todo el personal a nuestra disposición, es muy complicado”.

“El sistema de rastreo está superado con tanto contagio y variante. Mi impresión es que, de los contagios que se registran en el sistema de vigilancia, hay al menos otro tanto de casos que está escapando del rastreo”, añade. Sanz subraya que hay otra razón para que la incidencia no esté siendo del todo fidedigna y es la cantidad de autotest que se están haciendo.

Muchas personas se hacen el test en su casa estos días de Navidad antes de ver a la familia y aparecen muchos positivos asintomáticos que luego no pasan por el sistema de vigilancia porque hacen la cuarentena en su casa. Eso explica por qué estamos teniendo tantos positivos de golpe los días previos a la Navidad, y ahora antes de Nochevieja ocurrirá lo mismo”, explica este especialista.

No obstante, Sanz cree que estamos lejos del agujero de contagios que se escapó del sistema de vigilancia en la primera ola: “Entonces nuestro problema era la falta de test de diagnóstico. No confío nada en los datos de la primera ola”.

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