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España

¿Gestora o congreso extraordinario? El PSOE de Madrid aplaza las dimisiones tras una tensa ejecutiva

Gabilondo pide seguir como diputado raso en la Asamblea. El secretario general del PSOE-M, José Manuel Franco, se resiste a dejar el cargo y convoca una nueva ejecutiva para la semana que viene

¿Gestora o congreso extraordinario? El PSOE de Madrid aplaza las dimisiones tras una tensa ejecutiva
El secretario general del PSOE de Madrid, José Manuel Franco. Flickr PSOE

La ejecutiva del PSOE de Madrid ha analizado este miércoles la debacle electoral en la Comunidad, pero ha sido incapaz de tomar una decisión en firme tras más de tres horas de tenso debate. "Un resultado malo. Sin paliativos. Sin paños calientes", son los comentarios que más se han escuchado en las intervenciones.

Una media docena de los casi 50 integrantes de la dirección han presentado su dimisión o puesto su cargo a disposición no se sabe muy bien de quién. Y la mayoría ha reclamado la dimisión del secretario general, José Manuel Franco, que de momento se resiste a dejar el cargo, según explican fuentes socialistas a Vozpópuli.

Franco ha emplazado a la cúpula madrileña a reunirse de nuevo la próxima semana. El debate ahora mismo es si la derrota del socialismo en las urnas se salda con la dimisión en bloque de toda la ejecutiva, de parte de la misma o solo del secretario general.

"Que hable la militancia"

La otra duda es si se dejará el partido en manos de una gestora y si se convocará o no un congreso extraordinario. El calendario, según admiten estas fuentes, desaconseja el congreso extraordinario, porque el ordinario hay que celebrarlo obligatoriamente a finales de este año. El comunicado oficial emitido por el partido habla de "transición ordenada" al próximo congreso regional.

"Se están buscando fórmulas para que la ciudadanía entienda que asumimos la responsabilidad por lo ocurrido", explican desde la dirección del PSOE de Madrid. "El consenso es que hay que devolver la voz a la militancia del partido en Madrid. La cuestión es cómo lo hacemos".

La digestión del 4-M tras la arrolladora victoria del PP de Isabel Díaz Ayuso ha provocado una enorme tensión en el seno de la federación madrileña. El sorpasso de Más Madrid convierte al socialismo en la tercera fuerza política de la Comunidad. El candidato Ángel Gabilondo se ha quedado en 24 diputados, 13 menos que en su victoria del 2019. Gabilondo, según se ha explicado en la reunión, ha pedido mantener su escaño en la Asamblea de Madrid como diputado raso. Ferraz es partidario de que se marche: "Se le ha indicado que es mayorcito para saber lo que tiene que hacer".

La coordinadora impuesta por Moncloa no habla

Todos los miembros de la ejecutiva han intervenido. Y han hecho constar su malestar por la falta de autonomía del PSOE de Madrid en esta campaña. El foco de la crítica está puesto en el Gabinete que dirige Iván Redondo. La vicealcaldesa de Rivas Vaciamadrid, Mónica Carazo, ha declinado tomar la palabra en la ejecutiva a pesar de algunas alusiones directas para que diera explicaciones.

Carazo fue la coordinadora de campaña que impuso La Moncloa a Gabilondo a espaldas de la dirección socialista madrileña. La ministra de Industria, Reyes Maroto, tampoco ha hablado pese a estar presente en la reunión.

Fuentes del PSOE de Madrid creen que la dirección nacional es partidaria de evitar el congreso extraordinario. Hay dudas sobre la gestora, porque la mayoría de integrantes de la dirección madrileña quiere dimitir. Y esto conduciría a la gestora. La ejecutiva del PSOE-M volverá a reunirse la próxima semana para tomar una decisión.

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  • P
    Pio Foncillas

    Estoy convencido de que el PSOE nunca ha pretendido ganar en Madrid.
    No era su estrategia.
    De serlo no habría presentado una pescadilla congelada como candidato.
    El resultado ha sido el querido, un PP tutelado por VOX, y que aborta el pretendido giro al centro de Fra_Ca.
    Ahora, en todas las campañas, se podrá argumentar el giro al totalitarismo fascista del PP, para captar el voto centrista que tanto gusta a los estrategas de campaña.
    En otro caso no se hubiera reconocido explicitamente una hipotética subida de impuestos.
    Han obligado a votar con la mano en la cartera, y esta está por delante de los ideales.
    Ahora solo hay que tirar de la rienda de las que pretendan desbocarse y seguir el guion.
    Desde una perspectiva estratégica, no lo han hecho mal, se sacrifica una pieza para ganar la partida.