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Carmona 'retrata' las puertas giratorias del PSOE: "Nadie se indignó por el asalto a Indra"

El PSOE ataca a Carmona por su incorporación a Iberdrola. Pero fuentes del partido recuerdan que nadie dijo nada cuando se colocó a un dirigente del PSC en Indra o a Pepe Blanco y José Montilla en Enagás

El PSOE ha condenado a Antonio Miguel Carmona por su incorporación a Iberdrola como vicepresidente. Ferraz ha renegado en público de su excandidato a la alcaldía de Madrid. "En público y en privado, a Carmona le han dicho de todo menos guapo", admiten fuentes socialistas a Vozpópuli.

Pero estas mismas fuentes también recuerdan que nadie en el PSOE se indignó cuando hace unos meses se impuso un polémico relevo en la cúpula de Indra para poner al frente de la compañía a Marc Murtra, del PSC. O cuando José Montilla y José Blanco fueron nombrados consejeros independientes de Enagás. "Aquí nadie dijo nada", aseguran. "No se entiende".

El cabreo en el seno del PSOE con Carmona ha ido creciendo con las horas. La sorpresa inicial, de la que daba cuenta este diario, ha dado paso a una aluvión de ataques al dirigente del socialismo madrileño. Carmona ha guardado un escrupuloso silencio con su fichaje por Iberdrola. Es un momento delicado por la batalla que libra el Gobierno con las eléctricas para frenar la escalada del precio de la luz. Según ha sabido este diario, Carmona comunicó a su círculo más íntimo hace dos semanas que se "marchaba a una gran empresa del Ibex" y que "daba por cerrada su etapa en la política".

Carmona... Indra, Blanco o Montilla

Las duras palabras de Eva Granados en rueda de prensa no han gustado a algunas voces críticas con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Granados ha dicho que Carmona "es un militante de base que no representa al partido". Y que si hubiera pedido permiso, se lo habrían denegado. El problema, dicen estas fuentes, es que llueve sobre mojado. Y que hay otras puertas giratorias para las que el partido no solo ha tenido silencio, sino comprensión y apoyo.

El caso más reciente, según estas fuentes, ha sido el de Indra. El Gobierno impulsó el cese de Fernando Abril Martorell en una operación difícil de justificar ante los propios accionistas de la compañía. Se colocó como presidente a Marc Murtra, una persona del PSC vinculada a la figura de Miquel Iceta. Nadie dijo nada.

Hace un año, José Montilla y José Blanco entraron como consejeros independientes en Enagás. Nadie dijo nada. Y la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, forzó la salida de Jordi Sevilla de Red Eléctrica para colocar a Beatriz Corredor. No son los únicos nombres que se mueven en las arenas movedizas de la política y la empresa. El ex alcalde de Barcelona Jordi Hereu fue nombrado recientemente presidente de Hispasat. "Aquí llueve sobre mojado. Pero parece que Carmona es el único culpable de todo lo que está pasando. Y no es así", aseguran.

Nadie entiende a Iberdrola

El revuelo que ha provocado Carmona en el PSOE y la política en general es idénticamente proporcional en el sector energético. Nadie acaba de entender el beneficio político o empresarial de ese fichaje, que se atribuye directamente al presidente de la compañía Ignacio Sánchez Galán. Carmona, dicen, no es la la mejor persona para reconducir la polémica creada por la factura de la luz.

El excandidato socialista en Madrid solo tiene un perfil mediático por su sobrexposición en las tertulias. No se le vincula a familia socialista alguna. Y su enemistad con Sánchez es de sobra conocida. En 2019, Carmona fue el candidato más votado por la militancia socialista de Madrid para ir en las listas del Senado en las elecciones generales. La comisión regional del PSOE-M, a instancias de Ferraz, le vetó.

Estas fuentes sostienen además que se trata de un movimiento arriesgado para Galán, que ya acumula varios problemas por el caso Villarejo. Y corre el riesgo de enfrentarse a los fondos por la "politización" de la compañía. La elección del político y economista socialista Antonio Miguel Carmona como nuevo vicepresidente de Iberdrola España tiene como objetivo "reconducir las relaciones institucionales y la comunicación" de la compañía", según han confirmado a ese diario fuentes próximas al economista.

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