Política

Una mayoría parlamentaria intenta obligar a Sánchez a explicar en el Congreso el aumento de gasto militar

Grupos que respaldan al Gobierno y la oposición se cruzarán apoyos contra el “apagón” que quiere imponer al fuerte incremento del presupuesto de Defensa

  • Ione Belarra el pasado jueves en La Moncloa con Pedro Sánchez

Pedro Sánchez no tiene presupuestos desde la anterior legislatura y su actual mayoría de investidura, lograda en septiembre de 2023, se cuartea poco a poco. Fuentes de diversos grupos parlamentarios consultadas por Vozpópuli, que señalan que no hay más que ver lo ocurrido esta semana en el Congreso. Sumar se unió al resto y dejó solo al PSOE en la defensa de que el salario mínimo tribute IRPF, y Junts per Catalunya volvió a votar con PP y Vox para bajar el IVA de los alimentos. Un preludio de lo que puede ocurrir si el presidente se empeña en hurtar al Congreso el debate sobre la decisión política de doblar, o más, el presupuesto del Ministerio de Defensa durante los próximos años.

"Si hay un asunto en el que se arriesga a que se vea más su soledad parlamentaria es ese", opinan no pocas de las fuentes consultadas, que vaticinan una coalición negativa durante los próximos meses entre PP y Vox, por un lado, y varias de las minorías que apoyan a Sánchez, particularmente Podemos, para obligarle a dar explicaciones ante el portando que representa la soberanía nacional sobre un asunto particularmente incómodo en España, tradicionalmente refractaria al belicismo y al militarismo: el incremento exponencial del gasto militar que se va a producir durante los próximos años bajo el paraguas OTAN para hacer frente a la amenaza de la Rusia de Vladimir Putin.

Sánchez gana tiempo hasta junio

Hoy por hoy, reconocen varios de los grupos de apoyo, al presidente del Gobierno le beneficia que "todavía no hay un plan concreto sobre la mesa", como les explicó a puerta cerrada en La Moncloa uno a uno el pasado jueves. Pese al espacio que ya ocupa en el debate público, "no pasa de ser una tormenta ideas", insisten, hasta ver qué se disponen a hacer la Unión Europea y, sobre todo, la OTAN. De hecho, la Alianza Atlántica -Podemos ha vuelto a pedir que nos salgamos de ella ya- no tendrá una propuesta efectiva sobre la mesa hasta la asamblea de finales junio y eso da un margen de varios meses a Sánchez.

Pero, por otro lado, al líder socialista le perjudica la coyuntura doméstica, el hecho de que la subida le toque ejecutarla a un gobierno de coalición de izquierdas muchos de cuyos integrantes, no sólo Podemos, también Izquierda Unida o Bildu, han hecho del No a la guerra y del OTAN no, bases fuera su leit-motiv. Todos ellos han advertido que no se van a estar quietos y eso incluye presentar, ya lo han anunciado, iniciativas parlamentarias para frenar esta deriva europea que no apoyan sus votantes y que el PP no dudará en votar a favor para debilitar aún más al Gobierno.

Por eso, el empeño del presidente del Gobierno en que esa subida, del 1,28% actual al 2% del PIB, es decir, pasar de los actuales 19.700 millones a 36.000 antes de 2029, se haga vía créditos extraordinarios aprobados en Consejo de Ministros sin pasar por el Congreso: porque, paradójicamente, en el edificio de la Carrera de San Jerónimo solo encontraría un aliado que no quiere, el PP. Unirse a Alberto Núñez Feijóo en este asunto del gasto militar que tanto enerva a la izquierda echaría por tierra toda su estrategia doméstica del muro contra el PP y la ultraderecha.

Por eso, el empeño del presidente en que esa subida, del 1,28% actual al 2% del PIB, es decir, pasar de los actuales 19.700 millones a 36.000 antes de 2029, se haga vía créditos extraordinarios aprobados en Consejo de Ministros sin pasar por el Congreso: porque, paradójicamente, en el edificio de la Carrera de San Jerónimo solo encontraría un aliado que no quiere, el PP. Unirse a Alberto Núñez Feijóo en este asunto del gasto militar que tanto enerva a la izquierda echaría por tierra toda su estrategia doméstica del muro contra el PP y la ultraderecha.

No obstante, todas las fuentes, las del Grupo Popular, pero también las de esas minorías que, aún apoyando a Sánchez y sin querer debilitarle para dejar paso a un Gobierno PP/Vox, advierten que se va a encontrar con un alud de iniciativas en contra de cualquier "apagón informativo" al órgano de la soberanía popular y a la ciudadanía. De heccho, el pasado jueves ya pudo percibir en la ronda de La Moncloa el rechazo de buena parte de quienes le apoyan, por un lado, y el del PP a que su apoyo a la subida del gasto militar sea un trágala sin debate previo en sede parlamentaria.

Feijóo, lo reconocen en privado numerosos cargos del principal partido de la oposiciòn, nunca votaría en contra si finalmente se produce esa votación -el acuerdo es fruto del consenso europeo entre populares y socialistas, como se vio en el Parlamento de Estrasburgo esta semana- pero tampoco está dispuesto a dar oxígeno a un Pedro Sánchez que no quiere saber nada de él firmando ahora un cheque en blanco sin más detalles de cuanto se quiere invertir y en qué áreas de la Defensa: Ciberseguridad, artillerías, aviones, barcos, soldados.

Los populares pretenden aprovechar esa brecha entre Sánchez y sus socios y, como vienen haciendo con Junts per Catalunya y Carles Puigdemont, no dudarán durante las próximas semanas y meses en sumar sus votos a los de los socios díscolos del PSOE en PNL, mociones e interpelaciones , para dejar en evidencia ante la ciudadanía que ya no tiene ya mayoría para gobernar y solo le queda convocar elecciones como hizo Olaf Scholz en Alemania y acaba de ocurrir en Portugal.

Para empezar, este próximo martes el Pleno va a debatir una proposición no de ley (PNL) de los populares para "reafirmar el apoyo a Ucrania y fortalecer el vínculo trasatlántico" con Estados Unidos, tras los primeros pasos dados por el presidente estadounidense, Donald Trump, a favor de Putin; y, a continuación, una moción consecuencia de interpelación del Bloque Nacionalista Galego (BNG), en relación a los . "anuncios intervencionistas, belicistas, anexionistas y de apoyo a la limpieza étnica (Gaza)" por parte de Trump.

Será el comienzo de una cascada de iniciativas parlamentarias que al dais siguiente, miércoles, llevará a Feijóo a preguntar a Pedro Sánchez en la sesión de control al Gobierno: "¿Va a ofrecer la información que le demandan los españoles?"; y una hora después será la ministra de Defensa, Margarita Robles, quien se enfrente a una interpelación urgente del Grupo Popular sobre "el nuevo concepto de seguridad y defensa" del Gobierno, que pretende diluir no sólo el incremento del gasto en armamento y soldados, sino convertir el relato de la seguridad no en un reto belicista sino en una oportunidad para la industria, la investigaciòn y el desarrollo, para hacérselo más digerible a sus socios y la ciudadanía.

Así, las jornadas parlamentarias de martes y miércoles serán un test del clima político en vísperas de la cumbre de la UE del jueves 20 y viernes 21 en Bruselas, señalan las fuentes consultadas, coincidiendo el jueves la llegada de Sánchez a la capital comunitaria con la votaciòn de la PNL del PP en el Congreso, "guste o no al PSOE y a La Moncloa", recalcan los populares. Otras fuentes consultadas matizan que tampoco se trata de "hacer el juego al PP", pero los socialistas no pueden seguir usando "eternamente" el miedo en la izquierda, ese ¡que viene Vox !para cortocircuitar todo tipo de debate político de fondo; "y el de la Defensa y las alianzas exteriores lo es", señalan.

La Guardia Civil es "seguridad ciudadana, no una fuerza de defensa contra las amenazas exteriores que sufre España", insisten diversas fuentes del PP, y no se puede cambiar su naturaleza solo porque al Gobierno le interese políticamente para "inflar artificialmente" ese raquítico 1,28% del PIB que dedica España a Defensa en 2024. "La Guardia Civil, un cuartel cualquiera en cualquier pueblo de España, no es ni puede ser gasto de Defensa"

Una semana más tarde, el miércoles 26 de marzo, Pedro Sánchez comparecerá ante un Pleno monográfico de la Cámara Baja a explicar lo tratado en Bruselas y allí podrá testar cuantos de sus socios, empezando por Sumar y siguiendo por ERC, Podemos, Bildu o el BNG, desmarcan públicamente sus discursos de la dinámica belicista que se ha reabierto en el continente. La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, la cual acudió a entrevistarse con el presidente el jueves vistiendo una camiseta del No a la Guerra, viene sosteniendo en las últimas semanas que Sánchez es ya "el señor de la Guerra" (sic).

Los populares pretenden aprovechar esa brecha entre Sánchez y sus socios y, como vienen haciendo con Junts per Catalunya y Carles Puigdemont, no dudarán durante las próximas semanas y meses en sumar sus votos a los de los socios díscolos del PSOE en PNL, mociones e interpelaciones , para dejar en evidencia ante la ciudadanía que ya no tiene ya mayoría para gobernar y solo le queda convocar elecciones como hizo Olaf Scholz en Alemania y acaba de ocurrir en Portugal.

Además, los populares sostienes que van a vigilar especialmente que el Gobierno no haga "trampas" en la contabilidad de la subida del gasto militar: por ejemplo, trasvasar a Defensa gastos de los cuarteles de la Guardia Civil, un cuerpo de naturaleza militar, que ahora computan en el presupuesto del Ministerio del Interior. La Guardia Civil es "seguridad ciudadana, no una fuerza de defensa contra las amenazas exteriores que sufre España", insisten, y no se puede cambiar su naturaleza solo porque al Gobierno le interese políticamente para "inflar artificialmente" ese raquítico 1,28% del PIB que dedica España a Defensa en 2024. "La Guardia Civil, un cuartel cualquiera en cualquier pueblo de España, no es ni puede ser gasto en Defensa", concluye gráficamente un alto cargo popular consultado por este periódico.

 

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