Pocas veces se vio algo igual en la sala de prensa del Palacio de la Moncloa. El PSOE se permitió, en un alarde de poder, ningunear públicamente a Yolanda Díaz cuando esta denunció en plena comparecencia y con las cámaras de televisión en directo que los socialistas no le habían informado de que Hacienda gravará por primera vez a quienes cobren el Salario Mínimo Interprofesional con el impuesto a la renta (IRPF), en contra del criterio de Sumar. El espectáculo fue tal que opacó por completo la subida de 50 euros del salario mínimo decretada por el Gobierno. Fuentes gubernamentales socialistas niegan que el asunto no se tratara con Sumar y quitan importancia a la pelea: "Hay que normalizar las discrepancias".
Las fuentes consultadas en Sumar explican que, pese al "bochorno" y al "surrealismo" que se vivió en Moncloa, el núcleo duro del socio minoritario de los socialistas no se plantea la ruptura de la coalición. "Todo esto va a acabar en que ellos [el PSOE] se van a envainar el tope del IRPF, porque es una cosa que se va a ganar en el Congreso. Entonces, van a tener que dar marcha atrás. El debate del Consejo de Ministros no ha existido y el choque va a quedar en una tormenta en un vaso de agua, a partir de que se den cuenta de que es insostenible su posición. Por otro lado, nosotros no vamos a perder los nervios", explica una fuente conocedora de los movimientos estratégicos de Sumar.
Cabe reseñar que tanto el PP como Sumar han presentado sendas iniciativas parlamentarias para evitar la tributación del salario mínimo. Y otros socios de probada lealtad para Sánchez, como Bildu, mostraron el camino que debe recorrer Hacienda. "No compartimos la posición del Gobierno y del PSOE de hacer tributar a las personas que cobran el SMI. Primero, porque supone un recorte directo sobre el aumento de la cuantía del SMI. Segundo, porque no es una medida que sea acorde a los principios de progresividad, ya que esta progresividad debe comenzar por las rentas más altas, no por las más bajas. Además, afectará especialmente a las personas solteras y, en su mayoría, jóvenes, uno de los sectores que más precariedad y desigualdad sufren", aseguran fuentes de la formación abertzale. Podemos también presentó una proposición para frenar el gravamen. Aunque el Ejecutivo tiene potestad para frenarla si la Mesa del Congreso la acepta.
Las fuentes consultadas en Sumar también aclaran que las principales organizaciones políticas con asiento dentro de la coalición de partidos de Yolanda Díaz, como Izquierda Unida, los 'comunes' o Más Madrid, no han pedido a la vicepresidenta segunda que se replantee la relación con el PSOE. "Tendría poco sentido [romper], porque en ese caso, Sumar no podría competir fácilmente con Podemos. Para estar fuera del Gobierno, en la oposición, ya están ellos", explica una fuente conocedora como pocas de las relaciones entre los socialistas y su izquierda, así como de las intrigas dentro de Sumar.
Lo cierto es que la ministra de Hacienda y vicepresidenta primera, María Jesús Montero, demostró su inmenso poder al evitar ser ella quien pusiera cara al gravamen sobre el SMI, un asunto espinoso para sus intereses electorales en Andalucía, ya que allí hay más asalariados con el salario mínimo. Montero también logró que Moncloa disponga de recursos del Estado con el fin de echarle un cable en la campaña andaluza. Y es que el Gobierno aceleró este martes el trámite para la demolición del hotel 'El Algarrobico', una edificación ilegal levantada en la costa almeriense, donde Montero estuvo este lunes y donde anunció que el Gobierno expropiará su parte para demolerlo, saltándose así los pasos acordados. A un anuncio electoralista le siguió una reacción electoralista desde el Ejecutivo con menos de 24 horas de diferencia.
Atrás quedaron los tiempos en que el PSOE impulsaba a Yolanda Díaz. Entonces, antes de las elecciones del 23 de julio de 2023, era una cuestión de necesidad. Pero ahora, el experimento de partido alternativo a Podemos se ha demostrado fallido a ojos del presidente del Gobierno. Los socialistas tienen visiones distintas sobre su izquierda. Unos creen que debería haber un solo partido en ese espacio y otros consideran que la guerra de Yolanda Díaz con los morados les beneficia.
"En el PSOE hay quienes creen que la ruptura entre Sumar y Podemos les viene bien electoralmente. Pero se equivocan. Es cierto que esa ruptura hará que un mayor flujo de votantes de Podemos-Sumar vaya hacia el PSOE y les puede permitir mejorar el resultado. Pero no lo suficiente como para que puedan tener opciones de gobernar en solitario. Sin una opción competitiva a su izquierda, el PSOE sencillamente no podrá gobernar, aunque haya mejorado algo su resultado respecto al de 2023", explica un ex alto cargo del primer gobierno de coalición.
Fuentes de la planta noble socialista insisten en que quieren un aliado fuerte en su flanco izquierdo: "Lo único que nos viene bien electoralmente es que si solo se presentan PP y Vox por la derecha, a nuestra izquierda solo haya un partido". Hace tiempo que Pedro Sánchez activó la operación de absorción del partido de la vicepresidenta segunda, al que quiere robar papeletas para situarse cerca del 35 % de los sufragios, su gran meta.
El problema para el PSOE es que muchos de esos votos vayan a la abstención, porque el declive de Sumar, en verdad, es anterior a la última gran estocada que supuso la dimisión de Íñigo Errejón, acusado de agresión sexual. Lo cierto es que Yolanda Díaz fue incapaz de remontar las duras consecuencias del veto que impuso a Irene Montero. Podemos aceptó concurrir bajo el paraguas electoral de Díaz. Pero, una vez se topó con el 'no' a su 'lideresa', los morados pusieron todo tipo de zancadillas.
Yolanda Díaz siempre expuso que Montero estaba muy quemada. La exministra de Igualdad llegó a la cita con las urnas de aquel mes de julio abrasada por los efectos de la Ley del solo sí es sí, cuyo redactado permitió la puesta en libertad de decenas de condenados por delitos sexuales. De manera que la vicepresidenta segunda se mantuvo firme en su rechazo no solo a Montero, sino también a Pablo Echenique. La vicepresidenta segunda no quería en su barco a los rostros más beligerantes de la izquierda española.
Así las cosas, Yolanda Díaz, que renunció a su puesto de coordinadora general de Sumar y decidió permanecer solo con su rol de "líder del espacio" en el Gobierno, permanece atenta a los movimientos de sus socios, una maraña de partidos que no cree en su proyecto y que no quiere que Movimiento Sumar, el partido propiamente dicho de Díaz, sea un "nuevo Podemos". Ni Izquierda Unida ni el resto de grandes fuerzas de la coalición quieren que solo mande Díaz a través de su partido. Esa guerra cainita está desangrando a la izquierda española.
hastaloseggggs
12/02/2025 12:07
Las garrapatas y sanguijuelas ultraizquierdistas chavistas bolivarianas jamás harán nada para que caiga el psicópata de la Monkloaca.
MataNarcisos
12/02/2025 12:30
JAAAjajaja... Tirarán.... Tirarán.... Pero nunca romperán, LO TENEMOS CLARÍSIMO, ni Yoli, porque el ático de 400 m2 pagado por los contribuyentes, mola mogollón, ni el Prófugo, porque saca lo impensable a un tipo dispuesto a lo que sea, con tal de seguir en Palacio, ni Podemos porque ya solo se quedaron en "Pudimos", ni ERC, por lo mismo que el Prófugo, ni los palmeros del PSOE, porque mira tú de que voy a vivir si no sigo.... Ni los Comanches del PNV, a los que se les regalan Palacetes de todos los españoles, y encima se les da una rentita molona, ni los del Ex-Tiro en la nuca, porque ven que volver a la trinchera. ASÍ QUE NINGUNA SORPRESA, YOLI SEGUIRÁ EN SU ÁTICO, VIVIENDO COMO UNA DE LOS DE ARRIBA, QUE TANTO CRITICA.