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Política

Sectores del PSOE piden a Sánchez que se olvide del presupuesto de 2020 y prepare el de 2021

María Jesús Montero en la rueda posterior al Consejo de Ministros

España lleva dos años tirando con los presupuestos generales del Estado 2018 que dejaron el ministro de Hacienda Cristóbal Montoro y Mariano Rajoy, y si las elecciones en Cataluña impiden la aprobación de las cuentas para 2020, por la falta de apoyo de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), acabarán estando vigentes tres ejercicios. Todo un récord.

Ese es, justamente, el debate instalado ahora mismo en el seno del PSOE y el Gobierno. No son pocos los que opinan, dadas las dificultades objetivas de aprobación tras la convocatoria electoral realizada por Quim Torra, el Gobierno del PSOE y Unidas Podemos debe olvidarse ya de presentar unos presupuestos 2020 que, en el mejor de los casos, no estarán hasta dentro de siete meses. "Antes de que termine el verano" fue el plazo fijado por el propio presidente del Gobierno en la primera entrevista que concedió tras ser investido por el Congreso.

Defensores de la renuncia a presentar las cuentas este año señalan a Vozpópuli que, para cuando entren en vigor, el Ejecutivo ya tendrá que presentar las de 2021 al Congreso (antes del 30 de septiembre), e intentan ver el lado positivo: el Gobierno ganaría así tiempo para el encaje de bolillos que supone cuadrar el recorte anual de 8.000 millones reclamado por la Comisión Europea, por un lado, con el incremento de gasto en 35.000 millones que, según los expertos, suponen los compromisos adquiridos por Pedro Sánchez.

La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, cree, no obstante, que podrá conseguir de Bruselas una flexibilización de la senda de déficit ahora. Pero se va a encontrar con no pocas "dificultades sobrevenidas", avisan esas fuentes.

La tasa Google y la amenaza de Trump

La primera dificultad es que la fiscalidad necesaria para incrementar ingresos, vía subida del impuesto de sociedades a las empresas y el IRPF a las rentas más altas, no estará vigente antes del 1 de enero de 2021. La segunda es que España no va a poder aplicar en solitario la tasa Google a las industrias tecnológicas tras la renuncia de Francia, porque se arriesga a que los EE.UU. de Donald Trump aplique aranceles a otros productos españoles (jamón, aceite, aceitunas y otros) en represalia.

El aumento anual de gasto supera los 30.000 millones frente a los 6.000 millones más de recaudación en impuestos, sin contar que la 'tasa Google' está en el aire tras la renuncia de Francia a aplicarla

Y sin tasa Google ni subida del impuesto de sociedades a las empresas este año ni 2% más de IRPF a quienes ganen más de 130.000 euros, ¿de dónde va a sacar el Ejecutivo los 6.000 millones más de recaudación que necesita para hacer frente al gasto comprometido con Unidas Podemos y otros grupos?.

La solución, dice ese sector del que su voz más reconocida es el exministro Miguel Sebastián -pero que cuenta también con y cuadros del PSOE-, es prorrogar por tercera vez los presupuestos 2018 de Montoro, actualizándolos con la subida de pensiones, salario de los funcionarios y el dinero transferido a las autonomías; y luego "centrarse" en 2021.

Porque, además, en mayo la Comisión Europea emite las "recomendaciones" que el Gobierno tendrá que implementar en el presupuesto 2021 y "entonces ya tendrá muy poco sentido que estemos negociando con ERC nada de 2020".

"Señales" de una nueva etapa   

No obstante, ese sector tiene enfrente a la ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, aseguran a este periódico fuentes del Ejecutivo, quien defiende la necesidad de enviar una señal clara a los mercados desde este año de que, primero, España vuelve a la normalidad institucional y económica y, segundo, "cambia el modelo productivo del Gobierno del PP".

De hecho, la ministra publicó en el Boletín Oficial del Estado (BOE) del 20 de enero una disposición por la cual "se dictan las normas para la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado para 2020", entre las cuales tienen un protagonismo destacado las medidas de igualdad de género y la "transición justa" hacia una economía descarbonizada para combatir el cambio climático.  

En esa idea está también la nueva estrella emergente del gabinete, la vicepresidenta de Transición Ecológica, Teresa Ribera, a quien Sánchez ha encargado ese cambio de una economía dependiente del petroleo y los combustibles fósiles a otra verde. Como Montero, cree que los mercados deben empezar a percibir ya este año "señales" de nueva etapa.    

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