Nombrar y cesar ministros es una perrogativa exclusiva del presidente del Gobierno. Por eso, es una decisión que el jefe del Ejecutivo medita bien y que consulta, si es que lo hace, con muy pocas personas. Y Pedro Sánchez, según ha sabido este diario, ha trasladado a su núcleo de confianza que no va a mover fichas en el Consejo de Ministros, porque "no lo ve necesario". Aunque las fuentes consultadas admiten que sólo él sabe qué hará al respecto.
Lo cierto es que el presidente tiene a buena parte de su gabinete bajo asedio y en el PSOE hay quien cree que debería hacer cambios para "romper el tablero" y salir del 'impasse' en el que, creen algunos dirigentes, se encuentra la legislatura. El líder socialista resiste contra todo y contra todos. Enfrente tiene a la oposición, pero también a algunos de sus socios, enfrascados en una guerra fratricida. Y, por encima de todos tiene a Carles Puigdemont, que amenaza con poner fin a la legislatura este verano, como ya contó Vozpópuli.
En el PSOE consideran que una remodelación del Ejecutivo permitiría al presidente afrontar mejor los desafíos políticos y económicos que se han abierto con la nueva coyuntura geopolítica: la crisis de defensa y la imposición europea de aumentar el gasto militar hasta el 3 % del PIB. Es más, creen que sería un impulso que permitiría preparar el terreno para las elecciones de 2027, cuando Sánchez se someterá sí o sí al examen de las urnas.
Lo cierto es que hay varios ministros "quemados", tanto del PSOE como de Sumar, aunque el pacto entre los partidos de la coalición explicita que cualquier cambio en el ala del socio minoritario debe acordarse con su dirección política, ahora recién elegida. En el lado socialista, la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, acusa un fuerte desgaste por sus cesiones al independentismo, sus deslices y rectificaciones de las últimas semanas y por su incapacidad, por segundo ejercicio consecutivo, de dar luz verde a unos Presupuestos.
La vicepresidenta tercera, Sara Aagesen, recién llegada, carece de perfil político, pese a que el equipo de Moncloa intenta auparla en las ruedas de prensa posteriores al Consejo de Ministros. El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, también está con el agua al cuello. El cuerpo diplomático le señala por haber politizado el ministerio, así como la acción exterior española. La ministra de Defensa, Margarita Robles, también empieza a ser cuestionada por su "desaparición" en plena escalada armamentística, aunque fuentes gubernamentales explican que le corresponde al presidente dar la cara en este asunto. Y el titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska, lleva tiempo en las quinielas para salir del Ejecutivo.
El caso de los ministros candidatos merece un capítulo aparte, según algunos socialistas. Primero, porque, como ya contó este diario, por las casas del pueblo comienza a extenderse la duda de que la operación orquestada por Sánchez de llevar a sus primeros espadas a las direcciones de las principales federaciones vaya a salir bien. Es el caso de Óscar López, en Madrid; Pilar Alegría, en Aragón; la propia Montero, en Andalucía; Ángel Víctor Torres, en Canarias, y Diana Morant, en la Comunidad Valenciana. Las fuentes consultadas inciden en lo difícil que es combinar el cargo en el Consejo de Ministros con la candidatura y el liderazgo autonómicos. Alegría, sin ir más lejos, afronta ahora un hostigamiento por haber pasado una noche en un parador en el que, supuestamente, José Luis Ábalos montó una fiesta con prostitutas en plena pandemia.
El fiasco de Diana Morant, titular de Ciencia, incapaz de rentabilizar políticamente la erosión de Carlos Mazón tras la aciaga DANA del 29 de octubre, es también un foco de preocupación en Ferraz y en Moncloa. Es más, según ha sabido este diario, en el PSOE manejan encuestas con la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, como cabeza de lista. El ascenso de Bernabé está siendo meteórico, impulsada por la dirección federal. El partido no esconde que Sánchez trabaja con un plan B en la Comunidad Valenciana, donde la oposición de los socialistas al desastre y a la dudosa gestión de Mazón ha sido más que errática.
Morant no controla el partido a nivel regional, donde solo el brazo de Sánchez le permitió ganar el pulso a otros candidatos. También se teme que le ocurra lo mismo a Óscar López, ministro de Transformación Digital, en Madrid. Aunque López se está quemando con la guerra abierta entre Moncloa y el grupo Prisa. Y, de la misma manera, preocupa el futuro de Ángel Víctor Torres, que se ha enturbiado tras anunciar que padece un cáncer que, de momento, no lo apartará de la primera línea política. Pero la incertidumbre se ha adueñado de buena parte de los cuadros socialistas canarios.
Sánchez ha concluido el proceso de renovación de las direcciones federales, aunque hasta verano no se completarán las provinciales. Y las únicas con posibilidades de salvar los muebles y llegar a los comicios de 2027 con alguna opción en sus territorios son Montero y Alegría. Aunque algunas fuentes socialistas recelan de las auténticas intenciones de Sánchez, pues creen que la jugada de aupar a sus ministros podría haber estado motivada para 'matarlos'. "[Pedro Sánchez] es un experto en cargarse gente. Les hace hacer y decir cosas que los mata. Pilar Alegría, Isabel Rodríguez, Esther Peña, Enma López...", se sincera una fuente socialista.
Lo cierto es que nunca antes Sánchez se había quedado tan solo. El presidente del Gobierno tiene todo en contra por primera vez desde que llegó a Moncloa. El líder socialista se ha quedado políticamente desubicado en Bruselas, en pleno impulso armamentístico de la Comisión; tiene a su Consejo de Ministros dividido por el incremento del gasto en defensa que demanda el Ejecutivo comunitario y carece de apoyos parlamentarios para presentar al Congreso, como le obliga la Constitución, un proyecto de Presupuestos Generales del Estado.
Para más inri, las últimas revelaciones de la Guardia Civil sobre el caso Koldo cercan aún más al exministro José Luis Ábalos. Y Ábalos no es cualquiera, ya que fue un hombre clave del engranaje de poder con el que Sánchez logró el trono de Ferraz 70, primero, y el de Moncloa después. Los informes sobre el político valenciano han reactivado todos los dolores de cabeza posibles a su exjefe. El PSOE ya ha descargado en el exministro toda responsabilidad; se avergüenza de lo que se conoce y se niega a dar credibilidad a una supuesta implicación de Begoña Gómez en el rescate de Air Europa.
dinamitebar
15/04/2025 10:09
Desde luego la prensa hace bien su trabajo. 1-¿donde han leido vds o donde han escuchado que el tal Zapatero fue conminado y obligado por su partido y por Rubalcaba a a abandonar el poder puesto que España no se soportaba mas? Producia eupciones de piel y mal estar general a los españoles.¿Se lo han escuchado vds a algun periodista? Ya les digo yo que no. 2.¿Que fue antes el huevo o la gallina? Una vez colocados esta banda como responsables del gobierno por los de siempre, Soros fue el primero en hacerse la foto en Moncloa, estan ahi para reventarlo todo y presuantamente llevarselo crudo, a sacas, o han pretendido gobernar y de paso coleccionar sacas?.
Pdomingo3
15/04/2025 15:43
Un buen Dictador,si señor
Pdomingo3
15/04/2025 15:54
Los dictadores no cambian el gobierno porque el gobierno son ellos
galonvall
15/04/2025 17:52
Parece ser que el pollo ya no lleva la pulserita de trapo roja ni el donut de colorines en la solapa.Seguro que su socio el Trump le ha dicho que deje de hacer el ridículo.Como a la Pichona, desaparecida.Ni ha ido a Vietnam a plantar un arbolito.Con coche chofer y escolta oficial y la secretaria para todo.Todo gratis total.Las patas negras y rioja reserva con servicio incluído.