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Política

El PNV quiere ver la 'letra pequeña' de la investidura antes de dar su apoyo a Sánchez

Aitor Esteban (PNV) en el Congreso

El PNV tiene la mosca detrás de la oreja con tanto secretismo en las negociaciones de investidura que mantiene el PSOE con Unidas Podemos y con ERC; particularmente con la primera, porque los nacionalistas vascos temen que los morados cuelen un cambio de política energética que no comparten y una marcha atrás en la privatización de Bankia que tendría como efecto colateral la paralización del desembarco de José Ignacio Goirigolzarri en la Presidencia del BBVA y con ello la revasquización del segundo banco del país.

Fuentes peneuvistas insisten a Vozpópuli que para ellos estas dos son cuestiones capitales en su apoyo o abstención en la investidura de Sánchez, y de ahí que el portavoz del partido en el Congreso, Aitor Esteban, haya señalado que todo sería "mucho más tranquilo" si se celebrara a partir del 8 de enero.                         
"Está todo en stand by. Hemos avanzado, como creo que lo ha hecho el Gobierno también con otras fuerzas políticas. Sabemos cuál es la realidad y que no podemos entrar en algunas concreciones, pero sí necesitamos tener claro cuál es la dirección que va a tomar el Gobierno, su actitud y si va a enfrentar algunos asuntos que nos parecen fundamentales", ha manifestado, para insistir en que han avanzado en las conversaciones, pero todavía no está todo cerrado", insiste Aitor Esteban de forma críptica.

La reclamación de la Seguridad Social para el Gobierno Vasco queda fuera de la negociación porque el PNV no quiere situarse en el 'foco' de los combativos pensionistas vascos

Al PNV no le basta con conocer el preacuerdo que firmaron aprisa y corriendo Sánchez y Pablo Iglesias apenas 48 horas después de la repetición electoral del 10N, quiere ver la letra pequeña que cree que existe porque el documento "lo podría firmar cualquiera por ser algo genérico", según ha repetido varias veces en este mes el portavoz nacionalista. 

Y eso que el partido gobernante en el País Vasco ya ha dicho que desvincula la investidura de su histórica reivindicación sobre la Seguridad Social. De hecho, ha pasado muy sutilmente, y a medida que el coste de las pensiones y las prejubilaciones de los vascos iban convirtiendo en deficitario el balance de cotizaciones, de exigir la ruptura de la caja única en toda España a reclamar solo la "gestión" para el Ejecutivo que preside el lendakari, Íñigo Urkullu.

En público, Esteban argumenta ese frenazo en la "complejidad" del traspaso y lo separa de la elección de Sánchez porque "el proceso hasta su culminación (competencial) será aún largo", pero otras fuentes nacionalistas explican que los pensionistas vascos son los más combativos en la revuelta de jubilados que se está produciendo en toda España por un retiro digno. "Y el PNV, lógicamente, no quiere estar en el foco de atención de la protesta", señala un político vasco.

Ibedrola, BBVA y el sector del automóvil

En el PNV temen esa letra pequeña del acuerdo entre PSOE y Podemos por las políticas que puedan poner en marcha en los ámbitos energético, bancario y del automóvil. Es obvio que las propuestas de Podemos en materia energética chocan abruptamente con las del PNV. Porque mientras los morados defienden hasta crear una empresa pública de energía para combatir las ventajas del "oligopolio privado", los peneuvistas son los habituales defensores de tesis coincidentes con las de Iberdrola.

No en vano la eléctrica que dirige José Ignacio Galán es la empresa más grande y de mayor facturación del País Vasco, que da trabajo a 4.000 personas en la comunidad y que en los últimos años ha invertido varios miles de millones de euros en proyectos de toda índole. En Sabin Etxea, sede del PNV, no quieren ni oír hablar de medidas que puedan afectar a las concesiones que explota Iberdrola y, menos aún, de un hipotético aumento de impuestos para la eléctrica; que es justo lo que propone Podemos.  

En el ámbito bancario, con el BBVA pasa algo parecido a lo que sucede con Iberdrola. Los vínculos entre las familias de Neguri que en su día controlaban el banco y el PNV son tan sólidos como evidentes. Casi por pura lógica con sus valores ideológicos y también por esos vínculos, el grupo parlamentario que lidera Esteban no está por la labor de respaldar en el Congreso las subidas de impuestos a la banca, en general, o el impuesto especial para las entidades bancarias, en particular, que defiende la formación de Pablo Iglesias.  

Los nacionalistas están más que interesados en que la crisis del BBVA se salde con la llegada a la presidencia del banco de José Ignacio Goirigolzarri

Además, como ya informó recientemente este diario, los nacionalistas están más que interesados en que la crisis del BBVA se salde con la llegada a la presidencia del banco de José Ignacio Goirigolzarri, actual presidente de Bankia. Y lo último que desean Andoni Ortuzar y los suyos es que la investidura bloquee esta operación. 

Asimismo, el PNV siempre vela por los intereses del sector de los automóviles, teniendo en cuenta el enorme peso que dicho sector tiene en Euskadi (25% de su PIB). Los peneuvistas esperan que se pacte un plan de transición ecológica y que el nuevo gobierno ni se plantee medidas como el célebre impuesto al diésel que Sánchez anunció en su día.  

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