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Política

Moreno Bonilla, el presidente andaluz más inesperado

Moreno Bonilla en un mitin del PP en Almería durante la campaña andaluza 2018

El hoy presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, 'volvió a nacer' en las elecciones del 2 de diciembre de 2018. 'Sorayista' de primera hora, nunca fue de la cuerda de Pablo Casado, que unos meses antes había ganado a la ex vicepresidenta del Gobierno Sáenz de Santamaría el congreso de sustitución de Mariano Rajoy y tenía previsto forzar su dimisión y sustituirlo en la Presidencia del PP andaluz por quien era secretario de Estado de Seguridad, José Antonio Nieto, mano derecha del ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, a su vez fiel colaborador de María Dolores de Cospedal.

Pero la historia política casi siempre se escribe con renglones torcidos y lo que ocurrió aquella noche de diciembre de hace un año es que la entonces presidenta de la Junta, Susana Díaz, ganó los comicios pero perdió para el PSOE el poder autonómico en esa comunidad por vez primera en 35 años en virtud de su posterior pacto con Juan Marín (Ciudadanos) y Vox.

A partir de ahí, y tras muchos tira y afloja no tanto con Juan Marín (Ciudadanos) sino con un entonces desconocido Vox, Moreno Bonilla consiguió un acuerdo de investidura y, lo que es la vida, la consideración de barón más importante del PP, por aquello de las dimensiones territoriales de Andalucía y sus ocho millones de habitantes, disputándole el título al sempiterno Alberto Núñez Feijóo, autor de sucesivas mayorías encadenadas en la Xunta de Galicia. 

"¡Juanma, tú lo has querido!", le dijo Rajoy en 2014 al líder popular andaluz, en lo que entonces sonó más a resignación que a designación para suceder al 'eterno' Javier Arenas

Su designación, allá por 2014, sonó más a resignación de la plana mayor del PP, porque Rajoy soltó en el congreso del PP andaluz en el que iba a relevar al 'eterno' Javier Arenas aquello de "¡Juanma, tú lo has querido!".

Nadie dentro de su partido le tomó en serio en los cuatro años siguientes; entre otras razones porque, si Arenas no había sido capaz de sacar de la Junta a José Antonio Griñán tras las elecciones de 2012 -y eso que un PP-A con 50 diputados había adelantado al PSOE-A por primera vez en la historia-, ¿qué podía hacer aquel joven malagueño frente a todo el aparato de poder que, primero Griñán y luego Susana Díaz, se empeñaron en lanzar contra él?

De ahí que otro joven recién llegado en julio de 2018 a la Presidencia del PP, Casado, impusiera la inclusión de José Antonio Nieto en las listas al Parlamento andaluz, con el nada indisimulado afán de convocar un congreso extraordinario y hacerle presidente al cordobés, tras la que presumía inevitable dimisión del hoy presidente andaluz a la semana siguiente de los comicios.

El fiasco de Teresa Rodríguez le 'aupó'

Pero ocurrió lo inesperado ese 2 de diciembre de hace ahora un año. Que el PSOE ganó de forma insuficente, Adelante Andalucía (la marca de Unidas Podemos allí) cayó de forma inexplicable de la mano de una Teresa Rodríguez que no supo rentabilizar 36 años de desgaste socialista; y Moreno Bonilla sacó los  suficientes escaños -26 frente a los 33 del PSOE- como para auparse al poder posteriormente con CS y Vox.

Ya desde la Presidencia de la Junta, este licenciado en Protocolo y organización de Eventos, un grado que cursó en la Universidad Camilo José Cela, ha seguido marcando perfil propio frente a la sede del PP en la calle Génova y en concreto respecto a Pablo Casado; como cuando pidió "ajustes" en las candidaturas de las ocho provincias andaluzas al Congreso para la repetición electoral del 10-N. En concreto, se refería a la salida del cuestionado Juan José Cortes, el padre de la asesinada niña Mariluz, que el 29 de abril pasado hizo que los registros del PP en Huelva cayeran hasta extremos nunca vistos.

 

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