Quantcast

Política

Margallo ajusta cuentas con Sáenz de Santamaría en su último libro

Margallo junto a Sáenz de Santamaría, en comparecencia tras el Consejo de Ministros

José Manuel García-Margallo terminó el viernes las pruebas de imprenta de su último libro 'Memorias heterodoxas de un político de extremo centro', en el que arremete con fina ironía y contundentes invectivas contra Soraya Sáenz de Santamaría, su gran rival dentro del Ejecutivo de Mariano Rajoy.

"No le va a gustar nada a Soraya", reconoce el exministro de Asuntos Exteriores a Vozpópuli tras haber dado las últimas puntadas con hilo a su libro, en el que ha introducido cambios en el último de los capítulos para reflejar los resultados y las consecuencias de las últimas elecciones generales del 10-N.

El libro saldrá a la venta el próximo 23 de enero y en el acto de presentación tendrá a su lado al líder del PP, Pablo Casado. Luego empezará la "tournée" de promoción por toda España para la que ya ha apalabrado la presencia de varios teloneros de postín: Alberto Núñez-Feijóo le acompañará en tierras gallegas, mientras que Josep Piqué hará lo mismo cuando desembarque en Cataluña.

En cada acto le perseguirán seguramente las preguntas sobre la 'vice-todo' de Rajoy durante los siete años que este último estuvo en el poder. Margallo le ha dedicado a Sáenz de Santamaría un capítulo que ha titulado 'Los diez negritos' -como la novela policíaca de Agatha Christie- en el que desvela cómo la exvicepresidenta fue acabando, una a una, con personas cercanas a Rajoy.

El primero de esos 'diez negritos' es Alberto Ruiz-Gallardón, quién durante un tiempo sonó como el heredero de Rajoy dentro del PP y que fue el primero en saltar del barco en el que viajaba el Gobierno. Otros de los damnificados por Sáenz de Santamaría son Miguel Arias Cañete o José Manuel Soria.

'Cataluña, mi gran discrepancia'

Vozpópuli ha tenido acceso en exclusiva a uno de los capítulos del último libro de Margallo y que se titula 'Cataluña, mi gran discrepancia'. En él lanza dos certeros torpedos contra la exvicepresidenta y una suave colleja a Rajoy por ponerle pegas en una serie de acciones suyas contra el secesionismo catalán.

El primero de los lances se produjo tras la Diada "exitosa" de 2012, en la que un millón de personas visibilizaron por primera vez su deseo de obtener la independencia para Cataluña y con el que Artur Mas "dio el salto del autonomismo al independentismo". 

"Hice reiteradas declaraciones públicas diciendo que había sido un éxito de organización y de movilización y que la cuestión catalana volvía a cobrar una importancia de primer orden. Aquellas declaraciones sentaron mal en el Gobierno. La vicepresidenta pensó que me estaba metiendo en un terreno que no era el mío", escribe Margallo en su libro.

Eso chocó con el deseo de la vicepresidenta de mantener el monopolio de la cuestión catalana, y con que Rajoy siempre ha creído que hablar de Cataluña era excitar el tema"

El siguiente "roce" en el seno del Gobierno popular sobre Cataluña se produjo en septiembre de 2015 con ocasión del debate televisado con el entonces vicepresidente catalán y líder de ERC, Oriol Junqueras, cuyo reto aceptó Margallo "sin dudar".

"Desafortunadamente, eso chocó con el deseo de la vicepresidenta de mantener el monopolio de la cuestión catalana, y con que Rajoy siempre ha creído que hablar de Cataluña era excitar el tema", lamenta el exministro. 

"Al poco, durante un viaje a Estados Unidos, me llamó Rajoy y me preguntó: '¿Es verdad que te has comprometido a debatir con Junqueras?'", le inquirió. A lo que Margallo respondió: "Sí, Presidente, creo que alguien tiene que dar la cara y explicar cuáles son nuestras razones. Alguien tiene que convencerles de que no van a ningún sitio…".

El presidente del Gobierno le advirtió que era "muy peligroso" ese cara a cara, pero el entonces ministro no se arredró. "Yo hago lo que tú quieras. Pero no me gustaría que los 'indepes' crean que no tenemos argumentos o que no nos atrevemos a oponer las razones de España a las suyas".

Combate sin golpes bajos

"Déjame que lo piense", le pidió Rajoy. Al colgar, su jefe de Gabinete, Jorge Moragas, llamó a Margallo para trasladarle que a esas alturas "era peor no ir" y que, aunque no les gustaba nada, "anularlo resultaba contraproducente". Así que Margallo se presentó al debate en 8TV con Junqueras. "Para ser un cara a cara entre dos posiciones tan confrontadas, el combate se produjo sin golpes bajos y toda apelación personal fue elogiosa", resume el exministro en 'Memorias heterodoxas de un político de extremo centro'.

"Ambos intercambiamos argumentos y no improperios, y el debate en 8TV fue bastante argumentativo y diría que hasta erudito, con ambos haciendo todo tipo de referencias jurídicas, económicas, geográficas e incluso teológicas", recuerda de aquel 'combate' político.

A pesar de las críticas recibidas antes y después del debate, volvería a debatir sin la menor duda. No puedo permitir que se queden sin réplica argumentos que son falaces"

La "conversación" entre Junqueras y Margallo se cerró con dos curiosas citas. "Vox populi, vox dei" (“La voz del pueblo es la voz de Dios”), dijo el líder de ERC, a lo que el entonces ministro respondió con una frase de Ramón Llull: "Razón y corazón".

"A pesar de las críticas recibidas antes y después del debate, volvería a debatir sin la menor duda. No puedo permitir que se queden sin réplica argumentos que son falaces. No soy un político de salón de los que no bajan al albero para no correr el riesgo de ser corneado. Sea como fuere, tras el debate con Junqueras, seguí interviniendo mucho en el tema catalán y no buscando el apaciguamiento, sino la sensatez", apunta Margallo a modo de resumen.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.