Una dimisión dice muchas cosas. La renuncia del hermano del presidente del Gobierno, David Sánchez Pérez-Castejón, a su puesto en la Diputación de Badajoz, donde empezó a trabajar en 2017 como coordinador de los conservatorios y ascendió en 2022 a jefe de la Oficina de Artes Escénicas, rompe la estrategia de Moncloa para defender todos los nombres cercanos al líder socialista sapicados por la sospecha de la ilegalidad.
El núcleo duro de Presidencia reiteró siempre que no hay caso. Pero la 'caída' del hermano del líder socialista es la primera del íntimo elenco sobre el que recae una investigación judicial y abre, en cierta medida, una grieta en el argumentario del Gobierno por el que se cuela la especulación: si no ha hecho nada, ¿por qué dimite?. Esa es la pregunta que, temen, se terminen haciendo muchos dentro y fuera del PSOE.
Pese a que no ha trascendido el motivo por el que el menor de los Sánchez ha decidido dimitir, el entorno del secretario general del PSOE extremeño, Miguel Ángel Gallardo -también imputado en la causa-, explica a este diario que su adiós no se ha pactado; lo que sugiere que hay un trasfondo de hartazgo personal por su situación. Aunque es altamente probable que David Sánchez haya comentado con su hermano su decisión con anterioridad.
En cualquier caso, la renuncia de David Sánchez está influida -como no puede ser de otra manera- por el auto de la juez Beatriz Biedma, que le investiga por malversación, tráfico de influencias, prevaricación y fraude a Hacienda y a la Seguridad Social. La titular del juzgado de instrucción nº 3 de Badajoz dejó por escrito una sentencia demoledora: "Todo parece indicar que el puesto [en la Diputación] se creó para ser asignado al señor [David] Sánchez, haciéndose patente la innecesariedad de sus funciones muy pronto".
La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil concluyó que la Diputación de Badajoz, gobernada por el PSOE, creó para él el puesto que ocupaba. Y, por eso, la juez le citó a declarar como imputado el 9 de enero. En su declaración, el hermano del presidente del Gobierno explicó que no disponía de un despacho al uso. Y tampoco supo explicar a qué se dedica exactamente la Oficina de Artes Escénicas. "Entiendo que se encarga de las artes escénicas", respondió lacónico. E indicó que encontró ese puesto a través de Internet.
Los ministros socialistas del Gobierno, sin embargo, señalan una "persecución". Este jueves, tres pesos pesados del Ejecutivo salieron en defensa del hermano del presidente: la ministra portavoz, Pilar Alegría, el titular de Transformación Digital, Óscar López, y el de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños. Los tres victimizaron a David Sánchez al que consideran bajo asedio solo por ser quién es. Lo mismo que hacen con su cuñada, Begoña Gómez.
El Ejecutivo ha incorporado ya la dimisión del hermano de Sánchez al relato de la cacería contra el presidente. En el PSOE la denominan "trama del odio". Los socialistas viven en la escenificación de una defensa numantina, agresiva e hiriente. En privado, los cargos consultados admiten dudas sobre el devenir inmediato del partido. El daño reputacional es grande, porque todo lo que afecta al partido, desmoviliza a sus votantes. La propia María Jesus Montero, la número dos de Sánchez, lo admite de alguna forma: "Quieren que se hable de corrupción, sustentada en mentiras, para que nuestros votantes se alejen de la utilidad de lo público", dijo en el gran cónclave de Sevilla.
El PSOE, además, aviva el fantasma de un hipotético adelanto electoral en Extremadura. Los socialistas interpretan que la presidenta, la popular María Guardiola, al no negar tajantemente que piense apretar el botón para sacar las urnas, en verdad lo tiene en mente. "Lo que espero y deseo es que la oposición no empuje a los extremeños a un adelanto electoral", dijo. Fuentes de la presidencia extremeña, en todo caso, niegan que se vaya a producir.
Pero los socialistas extremeños creen que la dimisión de David Sánchez marca un hito en la causa y que el PP tiene intentivos para utilizarla políticamente con el fin aniquilar a Gallardo. Y es que una convocatoria ahora sería mortal para las aspiraciones del líder socialista extremeño, que lleva tiempo viendo encuestas favorables al PP. Gallardo, además, no es del gusto de la planta noble de Ferraz. El presidente quería otra cara al frente de Extremadura, pero no fue posible.
Pedro Sánchez y el PSOE viven su peor momento desde que llegaron a Moncloa hace más de seis años. El presidente del Gobierno prosigue su huida pese a los obstáculos, cada vez mayores, que se le ponen en un camino de incierto final. Pero por difícil que lo tenga, por mucho que la ética de la asunción de responsabilidades le demande volver a reflexionar sobre su dimisión -como le pide la oposición e hizo el pasado abril de manera falsaria-, está obcecado y dispuesto a agotar los mil días de legislatura.
Si se cumplen los planes de Sánchez, solo faltan dos años para la gran batalla final. El líder socialsita apuesta por celebrar un súperdomingo electoral en 2027, como ya contó este diario. La idea es hacer coincidir los comicioes municipales, autonómicos y generales en un mismo día para exprimir la movilización de los españoles. En especial, los de izquierdas. Con esa jugada, el líder del PSOE cabalgaría con su ejército de ministros-candidatos contra las murallas de Génova, 13 para tumbar definitivamente a Alberto Núñez Feijóo. El tiempo juega a favor del Gobierno, opinan algunos de sus miembros. Y tiempo es lo que necesita Sánchez para que las causas se pierdan en la memoria.