Política

Iván Espinosa de los Monteros: "En España, los excesos de Trump los veo en Pedro Sánchez"

"Sería lógico que España forme parte de fuerzas de paz en Ucrania" / "Vox está empeñado en atacar al PP, no hay manera de que busquen puntos en común"

 

Desde que dejó la política activa, se ha ganado el favor de algunas gentes en la izquierda, que elogian públicamente su buen talante. Indiscutible, también antes. Lo que es seguro es que la pandemia woke -bestia negra de la derecha que tiende a remitir en algunos países del mundo- no le ha inoculado el virus. Por algo lleva más de una década recetando vacunas para combatirla. Pero, ahora, resulta que Iván Espinosa de los Monteros (enero, 1976) está encinta. ¡Y la criatura va a ser niña!

 

Tranquilidad. Se trata de una plataforma o fundación, en estado de gestación avanzada, aún pendiente de parto para el bautismo. Con ella, el que antaño fue portavoz parlamentario del tercer grupo del Congreso de los Diputados, seguirá en el coso de las ideas, que no de la política. Una vocación sempiterna a la que dará rienda suelta no desde el ruedo, sino desde el callejón. En su cuadrilla pretende reclutar talento apartidista que pueda contribuir con la España del mañana. 

 

¿Se vive mejor fuera de la política?

 

Se está más tranquilo, se gana más dinero, se tiene más control del tiempo. Debe ser, o debería ser un sacrificio, para la vida de la gente. Hay gente que no sabe si se vive mejor dentro o fuera de la política. Yo he estado fuera, dentro, fuera otra vez y puedo asegurar que sí, se vive mejor.

 

Ha estado una legislatura completa en el Congreso de los Diputados.

 

Incluso dos, una muy breve.

 

Por eso he mencionado solo una, que realmente fueron dos. Bueno, o tres.

 

Técnicamente he sido elegido tres veces.

 

Después de haber estado más de cuatro años en el Congreso, ¿cuál diría que es el principal mal que acecha a la política en nuestro país?

 

El sistema político en España está diseñado en los años 70, después de cuarenta años de franquismo. Lo que se intenta es compensar las carencias que se tuvo durante esa época. El sistema que se diseña en la Transición es de partidos. Comprensible. Porque era lo que más se echaba en falta: la libertad político-social. Pero lo que se ha conseguido es que los partidos sean entes casi impenetrables desde el exterior y que siguen los intereses de un grupo muy reducido de personas.

 

Lo dije antes, dentro, y lo sigo diciendo hoy. La principal debilidad es que no hay mucha capacidad de influir fuera de los partidos y, luego, dentro, estás al albur de lo que decidan muy pocas personas en la cúpula.

 

La eterna crítica, ¿no?, la falta de democracia interna en los partidos.

 

Es literalmente lo que sucede. Posiblemente, hay gente que luego, cuando llega, dice: ‘No, es que era importante la democracia interna, pero a la vista de cómo funcionan las cosas, o mientras nos vayamos consolidando, o hasta que tengamos un cierto tamaño, quitamos todo lo que habíamos dicho de democracia interna’. Lo puedo entender, pero, en fin, es un poco incoherente con lo que alguno sostenía al principio.

 

¿Descarta una vuelta a la política?

 

No estoy con la idea de volver a la política. Sí con la de aportar ideas que creo que son importantes para España y la política no es el mejor sitio para desarrollarlas.

 

¿A través de...?

 

Una institución independiente, una plataforma no ligada a ningún partido -tendrá forma de asociación o fundación- y que vaya atrayendo el criterio de expertos. Uno, cuando está en el sector privado e interactúa con gente de distintos sectores, se da cuenta de que España está llena de talento, pero llena, mires donde mires. Tenemos ingenieros de caminos que son top a nivel mundial, o arquitectos, médicos, docentes, sanitarios. O abogados, que lideran algunos de los despachos internacionales más importantes del mundo, o deportistas, cocineros, artistas. 

 

Tenemos en general, en España, mucho talento alejado de la política. Muy poquito dentro de la política. Pero fuera, mucho. Hay gente que tiene ideas muy buenas sobre cómo se puede mejorar nuestro país y a las que hay que escuchar y dar una voz que no pueden tener dentro de los partidos. 

 

 

¿En qué semana de gestación está la criatura?

 

Está avanzada, pero quiero ir puliendo algunos detalles antes de lanzarla. Más que prisa, lo que hay es ganas de hacerlo bien. No me he puesto una fecha exacta, pero será pronto cuando lo lancemos.

 

Lo que pasa es que no sé si en el ginecólogo ha salido ya niña o niña.

 

(Risas). Seguramente será niña, como su padre.

 

¿Y tiene nombre?

 

Son detalles que iremos planchando, poco a poco.

 

Conoceremos también a los parientes, ¿no?

 

Sí. A todos. La idea no es tanto que uno lo lidere. Sino dar voz también a gente que a lo mejor no conocemos porque son profesionales independientes, gente que no está metida en ese mundo ni quiere estar en el mundo de la política.

 

Pongo un ejemplo: si hay un buen ingeniero de caminos que nos puede hablar de un plan de infraestructuras para España, es interesante. Si tenemos un buen ingeniero de telecos que nos pueda dar una charla interesante sobre por qué España tiene un papel importante en los data centers, que a su vez son el corazón, el núcleo central, de donde irradia toda la información que se necesita para desarrollar la inteligencia artificial, puede ser muy interesante.  Si tenemos a un experto en Defensa y Política Exterior, que a lo mejor es un exmilitar o un analista internacional de prestigio y nos puede hablar del papel de España en el exterior.

 

Toda esta gente no la vas a tener nunca en política, no quieren y no deben probablemente estar en política. Porque son expertos en su área, pero no se quieren comprometer con un partido ni vivir la vida de los partidos, que no siempre es agradable.

Tenemos que recuperar un cierto humanismo, volver a dar importancia a la dignidad de la persona, a la familia. Reconocer el papel de la nación, que ha estado muy desdibujado en los últimos años

 

Pero van a nutrir a la política, o pueden nutrir a la política.

 

La idea es informar, generar estados de opinión, presentar papeles, transmitir las mejores ideas para España pensando en un largo plazo, a 20 años. ¿Qué deberíamos estar haciendo hoy, en 2025, para que la España de 2045-2050 vuelva a tener unos visos de prosperidad, de crecimiento, de bienestar, de equilibrio, de importancia creativa en el mundo para nuestros hijos y para nuestros nietos?

 

Hay cosas que para que funcionen dentro de 25 años hay que empezar a hablar de ellas hoy. Pero cosas más variadas. Tenemos que hablar de natalidad, de inmigración, de vivienda, de seguridad, de ley y orden, de devolver la independencia a las instituciones. Hay muchos temas que el enfoque no es el del día a día, pero son importantes para España.

 

Se trata al final de construir un proyecto para España, ¿no?

 

Eso es. O de ayudar, de aportar ideas.

 

¿Cuáles serían los pilares básicos?

 

Todo tiene que partir del para qué y el cómo. Lo primero, tenemos que recuperar un cierto humanismo. Volver a dar importancia a la dignidad de la persona, a la familia. Reconocer el papel de la nación, que ha estado muy desdibujado en los últimos años. Recordar que somos un conjunto de personas que viven en una nación con una historia común, con una lengua común, con una cultura común, y luego, por supuesto, con riquezas culturales, idiomáticas, de ámbito local o regional, que son parte de nuestra riqueza nacional.

 

¿Por qué?

 

Porque somos un país con un enorme potencial, que lleva siglos de avatares, de crecimiento, decrecimiento, cosas buenas y menos buenas, pero que tiene un futuro por delante que puede ser tremendamente enriquecedor para todos.

 

Y el cómo, ¿cuáles son los recursos que hay que poner para eso? Hay que hacer un análisis DAFO: debilidades, amenazas, fortalezas, oportunidades. Desde luego las debilidades y las amenazas que apuntamos las vemos a diario en nuestros medios de comunicación y en nuestros partidos. Y está muy bien.

 

Pero hay que hablar también de las fortalezas y de las oportunidades que tenemos los españoles: gente tremendamente destacada en muchos ámbitos, un primer recurso muy importante. Una posición geoestratégica con algunas ventajas, por ser el país más occidental de Europa que nos conecta físicamente no sólo con Europa y con el norte de África, sino también con las Américas. Somos el país que tiene mejor conexión de cable submarino, con muy buena fibra óptica por dentro, eso nos puede posicionar líderes en data centers. Eso tiene unas implicaciones, hay que tener una estrategia dedicada a la creación de activos digitales y también de energía para nutrirlos.

 

¿Cuál es el principal reto de nuestro país ahora mismo?

 

El principal, sin duda, lo primero de todo, es reinstaurar la ley y el orden. Reinstaurar la ley, en el sentido de que podamos devolver el prestigio y la independencia de las instituciones, que podamos volver a confiar en nuestros tribunales, que la Fiscalía no dependa del político; que las altas instituciones de la Justicia sean realmente independientes, que el Tribunal Constitucional no sea un arma política que acaba siendo un tribunal de casación de lo que ha hecho el Supremo, sino que sea exactamente aquello para lo que se diseñó. O incluso que pueda llegar a ser una sala del Supremo.

 

Pero que, a su vez, restauremos todo aquello que se ha ido deteriorando en los últimos años del sanchismo y que, posiblemente, se nos va olvidando, porque cada noticia va tapando la anterior y lo que sucede es que vamos desarrollando una resistencia al escándalo. Ya no nos escandaliza nada porque llevamos unos años en los que los escándalos son mayúsculos y se van tapando unos a otros.

 

¿Y en cuanto al orden?

 

Reestablecer las cosas normales que hemos ido perdiendo poco a poco. A mí, me parece un poco raro que una persona pueda ser detenida 60 veces, y cada vez que se detiene salga por el otro lado de la comisaría o del juzgado; que una persona pueda entrar en tu casa y ocuparla, y que la ley se ponga a proteger al okupa; que aquellos que vienen de manera ordenada de otros países, siguiendo los trámites legales, se vean postergados frente al que viene y salta la valla o comete la ilegalidad de exceder el tiempo para el que venía técnicamente con un visado de turismo y se queda aquí.

 

A mí me parece un poco raro que estemos permitiendo que civilizaciones que son frontalmente opuestas a la nuestra nos invadan, y hagan que nuestra convivencia sea prácticamente imposible; que hayamos aceptado que nuestros barrios y nuestros pueblos se llenen de personas que ponen en jaque la seguridad y la tranquilidad de sus habitantes, vengan de donde vengan.

 

Lo primero es reestablecer la ley. Y a partir de ahí, con seguridad física, jurídica, con confianza en las instituciones, con todos esos valores democráticos que estamos perdiendo; proyectar hacia veinte años, identificando nuestras fortalezas en el sector industrial, servicios, turismo, infraestructuras. Hay muchos cambios que se pueden ir ejecutando y que podrían dar una trayectoria de crecimiento y de prosperidad para todos.

 

España es parte de Europa y Europa en este momento tiene un reto: el rearme en Defensa. ¿Estamos a tiempo?

 

Siempre estamos a tiempo y a la vez siempre llegamos 25 años tarde. El rearme no es dar a un botón y a partir de mañana empezamos a fabricar tanques. La falta de capacidad de Defensa es producto de lo que ha pasado en los últimos 25 años, de entrega a las ideas más peregrinas. Cuando miremos dentro de un tiempo hacia atrás nos preguntaremos cómo estuvimos tan locos, cómo nos entregamos a aquella forma de marxismo cultural, del mundo woke. Todas esas barbaridades.

 

¿En qué momento permitimos dejar de defendernos? ¿En qué momento dijimos que las fronteras pueden estar abiertas? ¿En qué momento pensamos que la seguridad interior y exterior no era importante? Se tardará 25 años, si es que nos ponemos hoy, en volver a tener una posición de relativa fuerza. Pero hay que empezar, aunque se tarde 25 años. En España hemos desmontado nuestra capacidad. No hace tanto fabricábamos aviones de combate. Completos. Incluso exportábamos a la fuerza aérea indonesia. Hoy fabricamos un ala del Eurofigther.

 

No estamos en el frontispicio de la innovación tecnológica en el campo militar, de donde proviene buena parte de la innovación tecnológica que vivimos todos los días: desde el wifi al bluetooth, la miniaturización, todo tipo de tecnologías que aprovechamos. La industria de defensa sirve para avanzar en tecnologías que tienen doble uso, civil y militar.

 

De esto hablamos, principalmente, porque hay un reajuste del orden mundial tras la vuelta de Donald Trump en la Casa Blanca. En Europa, la principal amenaza es que Estados Unidos nos deje colgados de la brocha.

 

No estoy seguro que sea la principal amenaza.

 

Una ruptura de las relaciones entre Estados Unidos y Europa puede ser drástica.

 

Nosotros hemos permitido que eso, que nos dejen colgados o no, se convierta en una amenaza. Si hubiéramos hecho nuestra parte, si hubiéramos desarrollado nuestra propia capacidad los últimos 20 o 25 años, no dependeríamos tanto de los Estados Unidos. Lo que Trump viene diciendo, ya desde su legislatura anterior…

Trump no quiere ser el paganini del mundo. En su regreso hay claroscuros, pero está cumpliendo con lo que prometió, una cosa innovadora

Que no quiere ser el sheriff de Europa.

 

Ni el paganini del mundo. Porque dice: ‘Oiga, aquí tenemos una alianza, ¿verdad? ¿Cómo se llama? OTAN. ¿Usted es miembro de OTAN? Sí. ¿Cuál es su compromiso? Mi compromiso es invertir el 2% de mi PIB en defensa, contribuir de manera proporcional al tamaño de nuestro Estado a la alianza atlántica. Muy bien. ¿Cuánto gasta usted? El 1,1% haciendo trampas’.

 

Entonces, Trump mira a España, Francia, Holanda, Alemania o Italia y dice: ‘Pero bueno, y si habíamos dicho que ibas a invertir el 2%, ¿por qué inviertes sólo el 0,8 o el 1,2? Y, sobre todo, ¿por qué tengo yo que pagar más de lo que me corresponde para compensar lo que tú no estás haciendo?’.

 

Estados Unidos lo que no quiere, y sobre todo ese presidente, es cubrir la parte de factura que te corresponde a ti y que no estás cubriendo. Es como si sales a tomar unos pinchos y entonces dices, bueno, tocamos a 10 euros cada uno. Y tú dices, no, yo pongo solo 2. Y esto ya me lo cubres tú. Te lo cubro un año, y otro año, y una década, y otra década, y dices: ‘Ya no pago las facturas de los demás’. Porque cada uno tiene que contribuir en su medida.

 

¿Qué balance hace de los primeros meses de Trump en su regreso a la Casa Blanca?

 

Como siempre, hay claroscuros, hay cosas extraordinariamente buenas y hay cosas que a mí me gustan menos. Pero, si lo analizamos objetivamente, la realidad es que con las formas -que te pueden gustar más o menos, a mí muchas veces me gustan menos- está cumpliendo con lo que prometió. Una cosa innovadora.

 

Entre las cosas extraordinarias, la redimensión y, sobre todo, la evaluación de en qué se gasta el dinero en el Estado es una noticia extraordinaria. Y, además, nos marca un camino que hemos visto ya en la Argentina de Milei. Un camino que debemos transitar todos.

 

La motosierra.

 

Hay que aplicar la motosierra, pero la motosierra es sentido común. Hay que definir aquello en lo que sí está el Estado, y dedicarle todos los recursos necesarios.

 

Por lo demás.

 

Creo que está haciendo muy bien con lo que prometió de acabar con la agenda woke. Decir, pues no, mire usted, si usted es hombre genéticamente competirá en deportes de hombres. Ya está bien que, en boxeo, natación o ciclismo, los hombres estén compitiendo disfrazados de mujeres. No puede ser que haya cuartos de baño o vestuarios en los que un hombre se meta con las mujeres porque se considera mujer. No puede ser que en las escuelas se esté enseñando a los niños ideologías absolutamente atolondradas y absurdas, generando confusión. Todo eso, me parece muy bien.

 

Luego, hay otras cosas que son más discutibles.

 

Podemos ahondar en ellas, ¿eh?

 

Está bastante claro. Lo que está pasando con Ucrania, que es una cosa muy compleja. Veo gente que enseguida se enciende de un lado y el otro. Estar negociando los términos en los que va a evolucionar una guerra delante de 40 periodistas, durante una hora, me parece que no es la manera en la que se llega a acuerdos de paz.

 

Acusar siempre a la otra parte de que lo que quiere es la guerra... No conozco a nadie que quiera la guerra, nadie desea la guerra, quizá el que la inició, que probablemente la vea como un medio para alcanzar un fin. Todo el mundo quiere la paz, pero ¿en qué términos? ¿Qué va a costar?

 

Es un poco el mismo vocabulario de lo que se ha utilizado en España con ETA: ‘Hemos alcanzado la paz’. Hemos alcanzado la sumisión, la entrega al mal, al terrorista, al que utilizando las armas ha conseguido sus objetivos. Frente a eso, algunos pensábamos que no se podía ceder. Y ahora te dicen que si estás en contra de la manera en la que se hacen ciertas cosas lo que quieres es la guerra. ‘Manda a tus hijos para allá, ve tú a la guerra’. Creo que habrá algún intermedio. No sé, mucha gente que dice eso, antes decía otras cosas.

 

Lo que está claro es que hay un agresor, Putin, y un agredido: Zelenski.

Eso lo primero, que es bastante claro. Lo segundo que hay que entender es que es una agresión física, pero también a la soberanía de una nación independiente. ‘No es que antes fue parte de otra…’. Sí, ya lo entiendo, pero la historia evoluciona y si permitimos que evolucione a base de invasiones y vamos por el camino del apaciguamiento a cualquier coste y permitimos que una persona vaya invadiendo país tras país en Europa, a lo mejor se repite la historia.

 

Esto ya lo hemos visto hace no mucho tiempo, hace 80 años. La paz, ¿a qué coste? ¿A cambio de qué? ¿Quién sale ganando? ¿Por qué lo permitimos? Si creemos en la soberanía de las naciones, que yo sí creo; si creemos en la importancia de la libertad, y yo sí creo; si creemos en la importancia de defender ciertos principios y valores, porque el día de mañana te pueden afectar a ti, y yo sí creo; hay que ver en qué condiciones se establece la paz. Y tiene que ser en condiciones que se establezcan estos valores de los que estamos hablando.

 

Estamos viendo que se llama dictador a Zelenski y se plantea un levantamiento de las sanciones a Rusia.

 

Todo eso es indudable, pero también digo: cuando se ha producido algo parecido en Venezuela, Europa no ha hecho nada porque le coge muy lejos. Yo recuerdo estar en el Departamento de Estado hace unos años, no gobernaba Sánchez, gobernaba Rajoy; dijeron que España no era un socio fiable. Porque hemos podido hacer más por Venezuela, pero no queríamos solos, queríamos la contribución de Europa.

 

España tenía un papel por razones históricas, motivos culturales. Cuando tenemos la situación inversa -son distintas, pero de alguna manera comparables- lo que estamos diciendo es ‘Estados Unidos nos deja tirados’. Oiga, si Europa lidera en la trastienda, Estados Unidos podrá contribuir, ayudar, apoyar, que es lo que nos pedían en el caso de situaciones que se daban en Hispanoamérica y que no hicimos. Por lo menos hay que liderar, tomar la iniciativa. Pero, depender de una fuerza al otro lado del atlántico de lo que trasciende a Europa, quizás si fuéramos nosotros los que lideráramos la respuesta y luego pidiéramos ayuda, se podría dar. Pero de manera inversa es muy difícil.

Es triste que Europa no tenga un papel para ser capaz de decidir en el final del conflicto en Ucrania, no hay ningún europeo en la mesa de negociación

Pero Estados Unidos, y el Partido Republicano, rompe con una tradición histórica. No hay que irse muy lejos para recordar lo que fue Reagan en la Guerra Fría, contra el comunismo y los anhelos imperialistas de Rusia.

 

Es sin duda un choque de civilizaciones. Y yo creo que hay que hacer frente al invasor y que es un riesgo para la seguridad europea. Lo que digo es que Estados Unidos puede contribuir, pero el sentimiento ha cambiado. Lo que están dispuestos a hacer es, posiblemente, ayudar, contribuir, apoyar, pero no liderar.

 

En los cuatro años de la administración primera de Trump, no se inició ningún conflicto armado. Una cosa muy infrecuente en la historia reciente de Estados Unidos. Con todas las formas y los excesos que quieras. Ahora vuelve y dice lo mismo: primero, América First, yo estoy para los americanos. No he sido elegido sheriff de aldea global.

 

Lo triste es que Europa no tenga un papel para ser capaz de decidir en el final del conflicto. No lo tiene. De hecho, cuando ves que se está negociando en Arabia Saudí el fin de la guerra en Ucrania… tienes que estar preocupado, no hay ningún europeo en la mesa. Luego, se reúnen muy rápido aquí pero no deciden nada. Todos muy preocupados, deeply concerned, pero todavía no he visto una respuesta sólida de Europa como para poder ser decisivos en la resolución del conflicto.

 

Ha mencionado los claroscuros de Trump. Pienso en los excesos: los ataques a los jueces, el cuestionamiento de resoluciones judiciales, de los resultados electorales. En España, ¿ve esos excesos en algún líder español?

 

Por supuesto, en Pedro Sánchez. Pero con un agravamiento. En Estados Unidos los poderes sí son independientes. El Poder Judicial es absolutamente independiente, puedes atacar a los jueces, pero nunca he oído a Trump decir que la Fiscalía depende de él. El Ejecutivo tiene potestad de nominar jueces del Supremo. Pero cuando los nombra son vitalicios y hay presidentes a los que les ni siquiera les toca nominar candidatos. El sistema es bastante más independiente. No digo que esté exento de dificultades, pero es mucho más independiente. A Trump no se le ocurriría decir: “La Fiscalía depende de mí”.

 

Aquí tenemos a un presidente que cambia el Tribunal Constitucional, con la colaboración del PP, un intento de –más o menos frenado- invadir el Consejo General del Poder Judicial, el Congreso está absolutamente en manos del Ejecutivo. Es mucho más grave lo de aquí que lo de Trump, no tengo ninguna duda.

 

Por aterrizar el debate internacional en España y de vuelta a Ucrania: Zelenski, para rubricar un acuerdo de paz, pide garantías. Es decir, un despliegue de tropas de paz en la frontera para disuadir a Rusia de nuevas intentonas de invasión. ¿Verías con buenos ojos que España enviara a sus soldados?

 

Los soldados españoles han estado desplegados en misiones de paz con los cascos azules desde hace décadas y nadie protesta por eso, me parece lógico. Estamos en Líbano, hemos estado en Centroamérica, en África. España es un país de los más modernos, avanzados, de los que forma parte de la OTAN. Claro que sería lógico que formara parte de las fuerzas de paz, como lo ha hecho siempre, sin que nadie lo cuestionara.

 

No entiendo muy bien por qué ahora hay gente que utiliza como una herramienta de convencimiento político lo de ‘qué vaya tu hijo’. España tiene un ejército para cosas así. No sólo para defender España. Cuando llegue el momento, que espero que no llegue, pero no sería raro, de defender Ceuta o Melilla, pediremos ayuda a nuestros socios internacionales. Otra cosa es que nos la presten… hay que tener en cuenta que las han dejado fuera de la OTAN. Pero si queremos que se nos ayude cuando tenemos ciertas dificultades y pedimos ayuda al exterior, quizás nos toca corresponder con nuestro ejército. En proporción con el tamaño que tenemos.

Esta idea de que todo lo que venga de Pedro Sánchez hay que rechazarlo... hasta un reloj parado acierta dos veces. Si rectificando acierta, ¿cómo nos vamos a poner en contra?, no tiene sentido

Estados Unidos y la OTAN han puesto a España en el punto de mira por la escasa inversión en Defensa. Para llevar a cabo un incremento drástico, se necesita el concurso del Congreso de los Diputados, ¿vería positivo un acuerdo entre PP y PSOE?

 

Espero que fuera algo en lo que estuvieran de acuerdo todos los partidos, no solo los principales. Cómo se gasta, en qué se gasta. Puede ser objeto de debate, pero que tenemos que duplicar nuestro gasto en Defensa, es poco cuestionable. Otra cosa es que Pedro Sánchez tenga que explicar cómo se pasa de decir que de suprimir un Ministerio suprimiría el de Defensa, a decir ahora -que es correcto, porque acierta cuando rectifica- que hay que duplicar el gasto.

 

Si lo hace y lo propone en términos razonables y sin hacer trampa, claro que hay que apoyar esa idea. No porque venga de Pedro Sánchez, sino aunque venga de Pedro Sánchez. Esta idea de que todo lo que venga de Pedro Sánchez hay que rechazarlo… hasta un reloj parado acierta dos veces. Entonces, si rectificando acierta, ¿cómo nos vamos a poner en contra?, no tiene sentido.

 

Lo digo porque Vox se tira a la yugular del PP cada vez, si cabe, que coincide en una votación con el PSOE. Y hay cuestiones de Estado para las que igual es necesaria esa colaboración.

 

Pero no solo PP y PSOE. Todos los partidos. Otra cosa es que no espero nada de ciertos partidos, pero todos deberían estar a favor de aquello que sea bueno para el conjunto de España. Insisto, invertir en Defensa es algo bueno para España.

 

¿Usted también cree que el PP de Feijóo es exactamente lo mismo que el PSOE de Sánchez?

 

El PP peca de intentar aproximarse demasiado a Pedro Sánchez, no hay duda. Y creo que si quiere tener éxitos electorales se tiene que apartar, no tiene sentido que se presente como una opción socialdemócrata más. Y otros partidos, en vez de decir que todo lo que sale de ahí está mal –la mayoría está mal-, si hay una cosa que tiene sentido, a lo mejor hay que apoyarla. De hecho, en el pasado, se han apoyado medidas que no han sido precisamente las mejores y han tenido consecuencias graves. Si se ha votado lo mismo con consecuencias como haber liberado terroristas etarras, digo yo que cosas que sí tienen sentido para España se podrán apoyar. Me imagino.

 

Sigue pensando que el PP es una opción socialdemócrata.

 

De eso no cabe ninguna duda. Otra cosa es que evolucione de otra manera, pero hoy por hoy está empeñado en adherirse al PSOE y Vox está empeñado en atacar al PP. He estado un par de meses intentando promover la idea de que se tienen que entender un poco más y he visto que eso no tiene mucho ambiente. Ya está, no insisto, no hay manera de que se hablen o se pongan de acuerdo o busquen puntos en común. Una pena, porque España necesita una alternativa y no veo que exista. No veo que la gente esté muy ilusionada con la alternativa. Hay mucha gente muy desesperada con este Gobierno y muy poquito ilusionada con las opciones alternativas.

 

Claro que hay gente que es militante, recalcitrante, pero la mayoría de la gente, la que no está necesariamente afiliada o depende de un partido, me temo que no está especialmente entusiasmada.

Es probable que si hay elecciones mañana, Sánchez no pueda formar gobierno. Creo que PP y Vox sumarán más y, pese a lo que dicen, se acabarán poniendo de acuerdo

No sé si le está dando ahora mismo muchos años de vida a Pedro Sánchez.

 

Es difícil saber, tiene dos años de vida por delante, porque no veo motivo alguno para que hiciera elecciones antes. Y ya hemos visto que es capaz de hacer todo lo que sea necesario para sobrevivir un semestre más, un año más, una legislatura más.

 

Con la información que tenemos hoy, creo que es más que probable que si hay elecciones mañana no pueda formar una coalición de gobierno. Creo que PP y Vox sumarán más y creo que, pese a lo que dicen, se acabarán poniendo de acuerdo. Eso es lo que creo hoy. En marzo de 2025. Pero claro, quedan dos años y las cosas pueden cambiar mucho.

 

¿Por qué no se ponen de acuerdo PP y Vox?

 

(Risas). No lo sé. Es ya entrar en terrenos que preferiría no entrar.

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