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Política

El núcleo duro de Iglesias advierte de que apoyar a Sánchez sin una coalición es un “suicidio”

Pablo Iglesias en Antena 3

El núcleo duro de Pablo Iglesias, es decir, las personas que le acompañan en la toma de decisiones, advierte de que apoyar a Pedro Sánchez sin tener amarrada una coalición equivale a un “suicidio”. “Tener que apoyar al PSOE sin obtener nada a cambio equivale a inmolarse”, es el resumen del argumento que algunos de los dirigentes y asesores más cercanos a Iglesias van comentando, según fuentes de Unidas Podemos.

Iglesias considera que manejar los tiempos es esencial en la política, y espera evitar que Sánchez vuelva a reducirlo todo a los últimos días, antes del 25 de septiembre. Después del fracaso de la investidura el pasado 25 de julio, Podemos ha intentado relanzar el martes la negociación: ha entregado una nueva propuesta de gobierno al PSOE, con un centenar de páginas de propuestas programáticas y cuatro opciones de coalición que los morados califican de “flexibles”. Pero el rápido rechazo de Sánchez ha demostrado que el socialista no está por la labor de asumir un cogobierno con los morados.

Sobre esta base, los más cautelosos temen que Iglesias vuelva a enfocar el debate interno en elegir entre humillación y dignidad: un esquema que daría oxígeno a las posturas más duras, acallando a los que se abren a un gobierno a la portuguesa. De ahí que Iglesias haya decidido ampliar el equipo negociador a miembros de IU, Equo y los Comunes, para cerrar filas ante la posibilidad de ir a nuevas elecciones.

Confianza en la marca Podemos

En IU, por ejemplo, muchos temen que la repetición electoral pueda ser muy perjudicial para la alianza, aunque Iglesias no es de la misma opinión. Miembros de Podemos aseguran que Iglesias cree que la “marca Podemos” tiene una base electoral sólida. Y que él podría encabezar otra campaña electoral sin perder demasiados votos con respecto a los últimos comicios generales de abril.

El propio Iglesias esbozó parte de su reflexión en la entrevista en Antena 3 del pasado martes, en la que planteó dos posibles escenarios en el caso de repetir elecciones: “O que gane la derecha, o que volvamos a sumar otra vez fuerzas progresistas, un escaño arriba, un escaño abajo”. En esa misma entrevista, Iglesias comentó que su partido no está dispuesto a entregar “gratis” una investidura a Sánchez, pero que es responsabilidad del socialista aceptar un cogobierno, puesto que Podemos ya votó el modelo a la portuguesa después de la moción de censura a Mariano Rajoy, pero que el resultado fue “malo”: “No supieron sacar adelante los presupuestos”.

Desdén hacia Sánchez

Iglesias no se fía de Sánchez, pero sobre todo tiene de él una opinión muy mala. Su historia personal le delata, aseguran algunos: de susanista a anti-establishment solo por interés personal. Mientras que Iglesias se considera una persona que nunca ha renunciado a llevar a cabo su proyecto tanto político como cultural con cierta coherencia desde las primeras elecciones europeas de 2014.

El argumento más duro contra el apoyo externo a Sánchez, el que plantea el “suicidio político” del apoyo externo, reflota después del rechazo de Sánchez y las palabras de su portavoz Carmen Calvo en los últimos días. Y lo respaldan miembros del entorno de Iglesias, como Pablo Echenique, Pablo Gentili y hasta Juanma Del Olmo, según las fuentes consultadas.

https://twitter.com/pnique/status/1164104759248379905?ref_src=twsrc%5Etfw

En opinión de esos dirigentes, apoyar a Sánchez en el Congreso sin tener un pacto de cogobierno significaría traicionar (hablan de “fraude”) a las bases. Toda la campaña electoral de las generales tuvo como telón de fondo la idea de un pacto de coalición con el PSOE, recuerdan. Y los morados quieren evitar que las medidas sociales que Sánchez pueda aprobar (como ocurrió con la subida del salario mínimo a 900 euros) acaben siendo capitalizadas otra vez por el PSOE.

Mejor en noviembre que en 2021

La última carta que los dirigentes del partido podrían utilizar es apoyar el gobierno en minoría de Sánchez, pero sin pactar un programa común. Eso permitiría a Podemos no mancharse durante la investidura, y de ahí planificar una oposición dura, en la convicción de que Sánchez no durará en el Ejecutivo más de dos años, pero con el peligro de que en ese plazo de tiempo Íñigo Errejón arme una verdadera alternativa a los morados. En ese sentido, sería mejor volver a votar en el próximo noviembre que dentro de dos años.

En definitiva, el esquema en el que se están moviendo las personas de máxima confianza de Iglesias es que participar como socio minoritario en un gobierno del PSOE ya era prejudicial para el futuro de Podemos, pero tenía el sabor histórico de alcanzar algo inédito para la izquierda poscomunista. Y, sin embargo, aplicar ahora en España el modelo portugués sería un “suicidio”. Solo desde el poder, piensan, se garantizará la continuidad del proyecto y la supervivencia de los que lo dirigen. “Nosotros no entregamos investiduras gratis”, repitió Iglesias el martes.

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