Política

Feijóo destapa sus cartas con Trump: espolea a la UE, censura las "pataletas" de Sánchez y se desmarca de Vox

El líder del PP se posiciona en contra de los aranceles de la administración americana y se lanza a por el voto rural con un plan de rebajas fiscales

Entre la beligerancia del Gobierno contra Donald Trump y la aquiescencia de Vox, Alberto Núñez Feijóo lleva tiempo buscando un espacio propio. Desde que el republicano regresó a la Casa Blanca, ha eludido pronunciarse de una manera rotunda. Ni a favor ni en contra. Pero la amenaza arancelaria sobre la Unión Europea y la negociación bilateral con Rusia para poner fin a la guerra de Ucrania, le ha llevado a destapar sus cartas. 

Para el líder popular, la síntesis es la siguiente: primero, "si el mundo se mueve, Europa no puede quedar cruzada de brazos". Segundo, "las pataletas, los lamentos y los insultos" de Pedro Sánchez "no caben en un contexto en el que es obligada la determinación, el pragmatismo, la inteligencia y la diplomacia". Y tercero, no ayudará a paliar la batalla comercial "el silencio cómplice de partidos como Vox, que dicen que todo lo que hace la administración norteamericana está bien hecho". 

A la misma hora que este martes el secretario de Estado americano, Marco Rubio, iniciaba en Arabia Saudí la negociación con el canciller ruso para poner fin a la contienda, sin el concurso de la Unión Europea ni de Vlodomir Zelenski, el Partido Popular europeo convocaba una cumbre extraordinaria con todos sus líderes por videoconferencia. En ella, Feijóo espoleó a sus homólogos y les exigió corregir errores de antaño. "Culpar a terceros de no haber hecho los deberes estos años es un ejercicio inútil", criticó. "Europa debe implicarse porque están en juego" los valores de "Estado de derecho, de libertad y de seguridad presente y futura". 

Sobre la situación en Ucrania, el líder popular consideró una "buena noticia" que se inicien negociaciones para alcanzar la paz. No obstante, censuró que "no sirve cualquier paz", sino que "debe ser duradera y justa, no un prolegómeno de nuevas agresiones". Y, lo más importante: "La Unión Europea y Estados Unidos deben estar en este proceso". Cosa que, a día de hoy, no sucede. En parte, por el ninguneo de Trump hacia el continente europeo, al que emplaza a ponerse las pilas.

La inversión en Defensa como nuevo talón de Aquiles de Europa y, en el caso de España, motivo de discordia en el Consejo de Ministros. El compromiso que asumió el Ejecutivo con la OTAN fue elevar el gasto militar al 2% del PIB en 2029. Pero tanto la alianza atlántica como la administración Trump urgen a nuestro país a acometer objetivos más ambiciosos. Aunque los socios que sostienen a Sánchez se niegan. Una brecha contra la que cargó Feijóo: "Sánchez no puede liderar una respuesta europea ni lograr acuerdos globales porque ni siquiera es capaz de aprobar unos Presupuestos en su país ni alcanzar consensos dentro de su Gobierno".

En cuanto al perjuicio que pueden causar en nuestro país los aranceles de Trump, el presidente popular dejó clara su posición durante una visita a una de las principales empresas exportadoras y distribuidoras de cítricos de la Región de Murcia: "A los agricultores no les van a servir de nada los insultos del Gobierno y tampoco les va a servir para nada el silencio cómplice de partidos como Vox, que dicen que todo lo que hace la administración norteamericana está bien hecho".

Busca apoyo en el sector agrario

A fin de pescar apoyos en un sector que en los últimos años se ha alineado con la formación de Abascal, Feijóo quiere abanderar una alternativa que aboga por la diplomacia y que, a su vez, rechaza la imposición de aranceles. "A nuestros agricultores no se les defiende ni con proclamas ni con pancartas, se les defiende con política, con diplomacia y con inteligencia. Estoy en contra de que el agrícola español sufra aranceles de Estados Unidos, creo que podemos evitarlo, y estoy en contra también de las exigencias burocráticas y reglamentarias de la UE para el sector", dijo ayer. 

En su afán por llevarse de calle el voto agrario, el presidente del PP también disparó contra algunas políticas europeas y del Gobierno español, al que le reprochó practicar un "sectarismo climático". Además, puso encima de la mesa un plan "de fiscalidad agraria" que cuenta con cinco medidas: "Ampliar el umbral de ingresos para que agricultores y ganaderos sigan tributando por el sistema de módulos, deducción del IVA inversiones en maquinaria o medios de explotación, que el agricultor elija cómo quiere tributar, si quiere tributar por el último ejercicio o por la media de los últimos tres años; impulsar la deducción del 25% de los costes de los seguros agrarios, y dejar exentas de tributación las ayudas para compensar las pérdidas por inclemencias climatológicas".

Finalmente, asumió el compromiso -si llega a la Moncloa- de hacer una auditoría en seis meses de "toda la burocracia española y europea" para disminuir la "hiperreglamentación a la que somete al sector, que siendo el 2% del PIB europeo, se le aplica casi el 50% de las normas que se aprueban".

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