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Política

La metamorfosis de Báñez: la última 'sorayista' resucita junto a Casado

La ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez

Fátima Báñez sería ahora la secretaria general del PP si Soraya Sáenz de Santamaría hubiera ganado las primarias. Fue pieza clave en la candidatura de la exvicepresidenta y se mantuvo a su lado hasta el final. Rechazó la mano tendida de Pablo Casado para que se incorporará al nuevo equipo de Génova. Junto a José Luis Ayllón, fue la última resistente al cambio.

Santamaría optó por buscar la puerta de salida. Renegó del resultado electoral, se reclamó vencedora del voto de las bases y enfiló luego el camino del Consejo de Estado, donde Pedro Sánchez le había preparado un despacho bien remunerado. Báñez se sintió liberada de su compromiso político y sentimental con la ex número dos de Moncloa y empezó a colaborar con los equipos de Casado. Fue una incorporación paulatina, prudente, sin declaraciones ni afán de protagonismo. 

El presidente del PP no cesó hasta conseguir su recuperación. Siempre mantuvo una relación excelente con la extitular de Empleo, uno de los activos más potentes de los gobiernos de Mariano Rajoy. Ayllón también renunció a su intemperancia y aceptó la vicepresidencia de la Comisión mixta de la UE en el Congreso. Los 'sorayistas' Cristóbal Montoro y Álvaro Nadal también fueron gratificados con sendas presidencias parlamentarias. 

Báñez asumió con tranquilidad los nuevos tiempos. Pasó del asiento en el Consejo de Ministros al modesto escaño del diputado dé pie sin hacer ruido ni urdir traiciones. Consumado el 'no' definitivo de Santamaría, Báñez emprendió un pausado proceso de integración, sincero y leal. Tras el abrupta salida de Dolores Cospedal de la vida política, empujada por el escándalo de las cintas de Villarejo, Bañez dio un paso más la incorporación a la nueva etapa de Génova y asumió la presidencia de la comisión de Exteriores que Cospedal había dejado vacante. El círculo de cerraba. "Fátima ha vuelto, es un puntazo", confesaba, encantado, Teodoro García Egea, secretario general de la formación.

Estos días participa en forma muy activa en la campaña de Juan Manuel Moreno, otro miembro del club de Santamaría. Báñez, nacida en Huelva, circuló como posible candidata a la Junta andaluza para plantarle cara a Susana Díaz. Rajoy torció el gesto. Su labor al frente del departamento de Empleo, con una reforma laboral elogiada en la UE y una ritmo inaudito en la recuperación de puestos de trabajo le convertían en una ministra insustituible. Santamaría la necesitaba en su equipo y Rajoy en su cuenta de resultados. Plenamente incorporada al 'pablismo', quizás esa posibilidad vuelva a aparecer en el futuro. Todo depende de lo que ocurra el 2-D.

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