Política

La deriva racista inquieta al PSOE y solo Zapatero sale a defender el pacto con Junts

La mayoría de barones optaron por el silencio, con las críticas habituales de Page y un tímido "respeto" de la navarra María Chivite

  • Sánchez y Zapatero -

La última concesión de Pedro Sánchez a Carles Puigdemont, la delegación a Cataluña de las competencias de inmigración, ha levantado muchas ampollas en el Partido Socialista. Casi más que las que levantó, en agosto del año pasado, la financiación singular que Moncloa acordó con ERC a cambio del apoyo de los republicanos a la investidura de Salvador Illa. En el entorno del presidente observan con cierta preocupación tanto las críticas públicas como también los silencios de aquellos dirigentes que, 48 horas después de conocer la literalidad del pacto, no han salido a defenderlo.

En el PSOE existe una sensación de que el acuerdo suscrito con Junts tiene tintes racistas. Algo que para muchos es difícil de digerir. Los socialistas, empezando por un Sánchez que, nada más llegar al poder, abrió las puertas de España a un buque cargado de refugiados que Italia se negaba a acoger, consideran que la defensa del fenómeno migratorio forma parte de su ADN. De ahí que la proposición de ley registrada con los de Puigdemont, a los que consideran "un partido xenófobo, racista y cerca de la ultraderecha, sea "muy difícil de defender".

En el grupo parlamentario, que llegado el momento, d'aquí aproximadamente a un año, tendrán que votar a favor de la proposición de ley, hay varias voces que creen que "esto no nos lo salva ni Cándido Conde-Pumpido". Es decir, que a diferencia de otras cuestiones espinosas, que han acabado en manos del Tribunal Constitucional, en este asunto va a ser difícil que el alto tribunal avale una delegación de competencias que son únicas y exclusivas del Estado. Por mucho que, como ha quedado demostrado, Conde-Pumpido legisle en favor del Ejecutivo.

Defensa de Zapatero

Más allá de los ministros, que durante el día de ayer repitieron uno a uno las mismas palabras escritas en el argumentario que a diario les suministra Moncloa, únicamente el expresidente del Gobierno y hombre de confianza de Sánchez, José Luis Rodríguez Zapatero, ha salido a defender el acuerdo. Entre otras cosas, tal vez, porque fue él quien lo redactó, junto a Carles Puigdemont, en la última reunión que ambos celebraron con presencia del mediador internacional en Ginebra (Suiza).

Zapatero se mostró "muy satisfecho" y "tranquilo" respecto al acuerdo entre PSOE y Junts para que Cataluña gestione la expulsión de migrantes y los permisos de residencia. "Es un paso adelante y es positivo", aseveró durante una visita a Valencia. Y eso que hace tan solo unas semanas, en un acto de partido, habló de Donald Trump y Elon Musk como hombres "sin escrúpulos" por "demonizar a los inmigrantes, denostando a los más pobres de la tierra". Frases que dijo antes de reivindicar que "nunca como ahora hay tantos motivos para sentirse socialista". El PSOE, en la proposición de ley con Junts, denota los mismos tintes racistas que criticó de Trump y Musk.

Silencio de los barones

Aparte del president de la Generalitat, Salvador Illa, que será el responsable de aplicar el acuerdo entre Moncloa y Junts, la mayoría del resto de barones socialistas han optado por el silencio tras el acuerdo. Excepto el castellanomanchego Emiliano García-Page, que este jueves volverá a criticar el tema con más contundencia, y la navarra María Chivite, que dijo "respetar" el texto acordado, ni el presidente asturiano Adrián Barbón ni el resto de secretarios generales salieron a defender la concesión a Junts.

Carmen Calvo evita defenderlo

La que fuera vicepresidenta única del Gobierno y ahora presidenta del Consejo de Estado, Carmen Calvo, también evitó respaldar explícitamente el acuerdo entre su partido y Junts para la delegación de las competencias en materia de inmigración. Calvo, tras las críticas al pacto que lo consideran como "racista" por tratar al fenómeno como un problema en el preámbulo que ha firmado el PSOE, ha defendido este miércoles que "necesitamos a los inmigrantes" alegando que "está en el ADN de la historia de España".

"Tenemos que afrontar los asuntos de la inmigración con seriedad, sin hacernos trampas" reivindicó Carmen Calvo, antes de defender que "España ha sido un trasiego de culturas, de religiones, de invasiones de todo tipo" en una entrevista en 'La hora de la 1' de TVE. En este sentido, después que Junts explicase su voluntad de expulsar a aquellos inmigrantes que no hablen catalán, argumentó que "forman parte de nuestra vida y tienen que seguir formando parte" puesto que "el mestizaje es el futuro". "El mundo va en esa dirección" alertó.

Calvo señaló que en un "gran" Estado de derecho, mientras haya discursos que "no acepten la realidad de que los inmigrantes existen, van a existir, son necesarios y forman parte de la historia de la humanidad", habrá "demasiada gente disparando desde posiciones insensatas y radicales". La presidenta del Consejo de Estado, que cuando el Gobierno apruebe el anteproyecto de ley deberá firmar un informe preceptivo, no quiso mojarse sobre si el texto de la proposición de ley es constitucional. Carmen Calvo respondió que "si lo es o no lo es, solo lo va a decir quien puede decirlo, que es el Tribunal Constitucional".

 

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