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Política

De la niña de Rajoy al silencio de Rivera: los errores que no pueden cometerse en un debate

Pedro Sánchez y Albert Rivera durante un tenso momento en el último debate de abril.

Primer y único debate en la campaña del 10-N. Cualquier error de bulto puede ser fatal para los intereses de los cinco candidatos que se enfrentan este lunes en un debate que puede resultar decisivo. Los aspirantes se han encerrado en las últimas horas con sus equipos con el objetivo de cuidar cada detalle porque, como dijo el expresidente estadounidense Bill Clinton, un debate es como tocar jazz: "No se puede improvisar todo, pero tampoco todo es melodía".

Los expertos pronostican un "todos contra Pedro Sánchez", en el que la gran incógnita será el desempeño de Santiago Abascal y donde la mayoría de los aspirantes saldrán a evitar errores y eludir el riesgo. El líder de Vox y el del PP, Pablo Casado, buscarán ratificar su auge en los sondeos, mientras Pablo Iglesias y Albert Rivera podrían afrontan la cita de esta noche como una bala de plata para contrarrestar los malos augurios en las encuestas. 

"El principal objetivo en un debate como este, el único en una campaña tan corta, es el de salir a no perder", afirma Ángel Domingo, experto en comunicación de Settoku-Persuasion Lab. "Mostrarse desactivado o distraído de lo que dicen lo demás, no estar ágil en el cuerpo a cuerpo, no conseguir empatizar con el espectador o no parecer sincero en el minuto de oro son los principales errores a evitar. Hay que llevar preparados mensajes claros y concisos para llegar al espectador", añade.

"El mayor error sería no preparar al milímetro cada intervención", indica por su parte Luis Arroyo, experto en comunicación política y antiguo gurú de José Luis Rodríguez Zapatero. Para él, los principales fallos a eludir son los de improvisar demasiado, sobreactuar en exceso, abrumar con cifras y cartulinas o no parecer natural y verse encorsetado por los nervios. 

Pifias históricos 

Los factores mencionados anteriormente son los ingredientes que se encuentran presentes en las mayores y más sonadas pifias en la breve historia de los debates electorales en España. "El primer gran error, y quizás más grande que se recuerda, fue el de Felipe González contra José María Aznar en el primer cara a cara de 1993. González fue de sobrado, no se lo preparó nada y Aznar le dio un repaso", señala Arroyo. 

Los otros dos errores más recordados se cometieron durante el llamado minuto de oro. El primero de ellos fue "la niña" de Mariano Rajoy en el cara a cara con Zapatero del año 2008. "Resultó muy impostado, requería unas dotes de interpretación y preparación previa que Rajoy no hizo o no supo hacer. Acabó produciendo el efecto contrario, dando lugar a muchos chistes y burlas con lo de las chuches", señala Domingo. 

Lo mismo sucedió con el que para ambos expertos ha sido el tercer mayor, y más reciente, fallo que se recuerda en un debate: "el silencio" de Albert Rivera. "También resultó muy artificial. Cuando no eres actor, intentar formular un discurso así es muy poco creíble, y más si está sonando música de fondo", indica el especialista de Settoku. 

Todos contra Sánchez y el factor Abascal

Los expertos esperan que el de esta noche sea un "todos contra Sánchez" en el que también se verán distintas disputas internas en los bloques de derecha e izquierda, y con la gran incógnita de cómo afectará la irrupción de Abascal en la pugna. 

"En principio la participación del líder de Vox favorece a PSOE y Podemos porque se visualizará más las diferencias que existen entre las tres derechas", apunta Luis Arroyo. "Abascal tratará de robarle votos sobre todo al PP, mientras Casado intentará atraer votos a Ciudadanos y Vox. Por su parte Rivera, que es el mejor orador de los tres, tendrá sacar toda su artillería para dar la sorpresa, pero no debería sobreactuar ni poner tantas cosas en el atril como en el anterior debate", añade Domingo. 

Entre PSOE y Podemos, según los expertos, la batalla no sólo será por la hegemonía de la izquierda sino por atribuirse las culpas de la repetición electoral. "Sánchez es el favorito, está en una posición envidiada por los demás, pero su principal debilidad es que a veces puede parecer demasiado frívolo, debería abstenerse de abusar de las ironías y ceñirse a un papel institucional", indica Arroto. 

"Espero que sea un buen debate porque todos son buenos oradores. El problema es que los partidos encorsetan demasiado el formato y eso puede hacer que al final acabemos viendo una sucesión de monólogos", apostilla Domingo. 

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