"Margarita será ministra mientras ella quiera y Pedro sea presidente", asegura, en conversación con Vozpópuli, otra ministra que conoce bien lo que pasa por la cabeza del presidente del Gobierno. Pero esta misma ministra, como dos más con los que ha conversado este periódico, admiten que Sánchez "está recibiendo muchas presiones para cesarla".
La animadversión contra Margarita Robles se produce tanto dentro del propio Consejo de Ministros, con el liderazgo principal de Félix Bolaños, que en su momento perdió la batalla contra ella por la gestión del CNI, como también dentro del grupo parlamentario y entre los socios parlamentarios. Sánchez es, desde el día uno, su principal defensor. Aunque en los últimos meses ha dejado de tener en cuenta su opinión como la tenía antes.
De hecho, en esa pérdida de influencia sobre Sánchez, por parte de la ministra, se escudan los detractores de Robles para defender su cese. Aunque admiten, también, que el momento geopolítico complejo que vive el mundo no es la mejor ocasión para un cambio de estas características.
En 2021, cuando el presidente hizo un cambio profundo en su gabinete, el nombre de Margarita Robles ya estuvo sobre la mesa para ejecutar un cambio al frente de Defensa. En aquella ocasión, Sánchez le propuso a la ministra pasar a dirigir Interior, para relevar también a un cuestionado por parte de los socios, Fernando Grande-Marlaska, que como ella sigue en el cargo desde 2018. Pero Robles se negó, alegando que estaba cómoda en Defensa y que tenía ganas de modernizar las Fuerzas Armadas.
Diez años al lado de Sánchez
Robles fue nombrada ministra de Defensa, en 2018, en el marco del primer Ejecutivo Sánchez tras la moción de censura que desalojó a Mariano Rajoy del poder. Hasta ese momento, tras ir de número dos como independiente en las listas del PSOE por Madrid, era la portavoz parlamentaria de los socialistas. Por lo que ya hace diez años que forma parte del núcleo más cercano del presidente.
Su designación como ministra, cargo que ha ocupado ininterrumpidamente desde hace siete años, fue recibida con sorpresa por algunos sectores. Pero también con respeto, recuerdan varias fuentes, dada su larga trayectoria en la judicatura y en la política. Un respeto que siempre le ha tenido Sánchez, no cuestionando sus decisiones, y gran parte de la carrera judicial.
La llegada de Robles al Ministerio de Defensa representó, también, una apuesta por reforzar el perfil civil del departamento y acercar la institución militar a la sociedad. Su nombramiento fue bien acogido en los entornos militares, aunque también generó expectativas sobre posibles cambios en la gestión del presupuesto y en las misiones en el exterior.
Robles, con una destacada trayectoria como juez y ex vocal del Consejo General del Poder Judicial, se convirtió en una de las figuras clave del primer gabinete de Pedro Sánchez, caracterizado por un perfil técnico y paritario. Con su elección, el presidente apostó por una figura con prestigio institucional, firmeza y capacidad de gestión para liderar una cartera compleja como la de Defensa.
Durante su toma de posesión, Robles subrayó su compromiso con las Fuerzas Armadas, la defensa de los valores constitucionales y el fortalecimiento del papel de España en las misiones internacionales. “Asumo esta responsabilidad con orgullo y sentido del deber”, aseguró en su primer acto oficial. Unos compromisos que mantiene vigentes a día de hoy.