La Policía no descarta más detenciones por el asesinato y agresión sexual a Mohamed en Ceuta

La entrada en prisión de Cristian B.P. no es el punto y final de la investigación de la Policía Nacional en torno al asesinato y la agresión sexual de Mohamed Abdeselam. Los agentes han conseguido la confesión 'a medias' de este hombre y ahora su labor se centra en indagar si hay más personas implicadas en el homicidio del niño de ocho años en Ceuta, según informan fuentes policiales a Vozpópuli. La principal hipótesis es que el móvil del crimen fue sexual.

Cristian, de 34 años, se negó a relatar ante el juez lo que sí contó a los agentes de la Policía Nacional que le interrogaron el miércoles. De forma escueta y fría reconoció haber matado a Mohamed tras una "discusión" y negó que intentara agredir sexualmente al niño. Las pruebas dicen lo contrario. Los investigadores han recolectado vestigios de que el niño sufrió este tipo de abusos. Unos indicios que se reafirman tras conocerse que el menor fue hallado desnudo de cintura a los pies.

¿Huellas de tres personas?

Una prueba de ello es que el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 5 de Ceuta ordenó su ingreso en prisión provisional por los delitos de asesinato y agresión sexual. El caso sigue bajo secreto de sumario y los agentes seguirán realizando diligencias para aclarar todas las circunstancias. Sobre todo su labor se centra en conocer si alguien conocía y ocultó lo que hizo Cristian.

La familia de Mohamed difundió a los medios que el cadáver del niño de 8 años tenía huellas de tres personas diferentes. Eso significaría que hay más individuos involucrados en la muerte del menor. Las pruebas recogidas en la casa de Cristian y el volcado de sus dispositivos móviles permitirá saber más de lo que pasó esa tarde del 18 de diciembre.

Miles de horas y vigilancias

Este hombre estaba desde el principio de la investigación en el punto de mira de los policías. La lista de sospechosos se reducía pero su nombre no abandonaba el foco. Las ingentes horas de visualización de las cámaras de seguridad aportaron que el detenido estaba ese día cerca de la zona del homicidio. No tenía coartada.

Las imágenes y el testimonio de los vecinos han sido claves para dar con él. Las pruebas y la presión policial hicieron el trabajo suficiente para que se viniera abajo en el interrogatorio y confesara el terrible crimen que ha dejado huella en la sociedad ceutí.

Cristian era muy conocido en el barrio y consiguió sus primeros trabajos gracias a la plataforma de Plena Inclusión. Su primer delito fue hace casi una década: un robo con intimidación. "Era un buscavidas", relatan fuentes de su entorno a Vozpópuli.

Cristian, un "buscavidas"

Una de sus labores era el mantenimiento y la limpieza de varios colegios públicos. Fue despedido presuntamente por acosar a los menores de edad. Después ya fue acusado de una agresión sexual. Tras estos años pasó a encadenar trabajos como repartido de pan o de butano. Una de las casas en las que estuvo fue en la de Mohamed aunque no tenía ningún tipo de vínculo con la familia.

La víctima Mohamed fue visto por última vez la tarde del 18 de diciembre cuando estaba jugando con unos amigos en unas pistas deportivas cercanas. Su angustiosa búsqueda solo duró unas horas. El pequeño fue encontrado la mañana siguiente semidesnudo entre unos matorrales de un terraplén de Ceuta. 

No falleció de forma accidental. Su cadáver tenía un fuerte golpe en la cabeza con un objeto contundente y múltiples contusiones. Había huellas de tres personas en su cuerpo. La investigación de la Policía Nacional se centró en sus amigos. Eran más mayores que él. Sus familiares localizaron la chaqueta roja del niño en las ramas de un árbol y la misma fue incautada por los agentes.

La familia de Mohamed destrozada

Una vez que se conoció la detención de Cristian la familia de Mohamed sigue destrozada y buscan respuestas para el terrible crimen. Una de las incógnitas es saber la motivación que llevo a este hombre a perpetrar su ataque al pequeño.

Los propios vecinos de Mohamed fueron los que alertaron a los investigadores de que el día de su desaparición un hombre sospechoso estuvo en la zona haciendo movimientos extraños. Fue investigado pero finalmente se rechazó su implicación en el asesinato.

La víctima era el menor de cuatro hermanos y su cuerpo fue enterrado en el cementerio musulmán de Sidi Embarek. Cursaba tercero de Primaria en el colegio Severo Ochoa de Ceuta. Su macabro asesinato poco a poco se va esclareciendo.