España

Histeria en Podemos: temor a que Sánchez eche a Montero y deje a Díaz por el 'sí es sí'

Los morados se atrincheran mientras arrecian las críticas a la ministra de Igualdad por todos los frentes. Hasta Juan Pedro Yllanes, uno de las referentes judiciales del partido junto a Victoria Rosell, se pone de perfil

La ministra de Igualdad, Irene Montero, este miércoles, en Madrid.
La ministra de Igualdad, Irene Montero EFE

Irene Montero solo tiene el apoyo de sus acólitos de Podemos. La ministra de Igualdad está acorralada y la histeria recorre los pasillos de la sede morada en Madrid, según reconocen fuentes consultadas por este diario. "Hay nervios", concede una de ellas. Cada minuto que pasa y cada rebaja de pena por abuso sexual propiciada por la ley del 'solo sí es sí' que se hace efectiva complica más la permanencia de la número dos de Podemos en Moncloa.

Una fuente que trata con mucha asiduidad a Irene Montero ve posible el fatal desenlace, aunque lo considera poco probable. Y tira de altanería para defender a la titular de Igualdad: "La ley la han revisado y han hecho aportaciones cinco ministerios, ¿va el presidente a cesar a cinco ministros?". Lo cierto es que quienes conocen bien al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ya ven a Montero sudar: "Ella lleva otro régimen de pertenencia al Gobierno... pero será su capacidad de resistencia lo que determine si sale de Moncloa", concede una fuente que tuvo altas responsabilidades en el Ejecutivo de Sánchez.

Mientras, la propia Montero sigue enrocada. Este mismo jueves siguió la estela que abrió en la Cadena Ser, donde zanjó que no cometió error alguno, y resaltó la importancia de que los jueces se formen en "perspectiva de género", porque sigue achacando a la generalidad de los togados en España un machismo que considera culpable de retorcer el sentido de su norma estrella. Sigue sin reconocer error alguno, pese a que la Justicia en su totalidad advierte del fallo en la redacción de la ley.

Solo Iglesias defiende a Montero

Solo el exlíder de Podemos Pablo Iglesias defiende a Montero. El exvicepresidente segundo del Gobierno volvió a la carga con que uno de los grandes problemas de España es "el machismo en la Justicia". Y negó cualquier necesidad de modificar la ley del 'solo sí es sí', porque las revisiones favorables para los condenados que está aplicando la Justicia (ya van 14) se deben a interpretaciones de los jueces.

Como ya contó este diario, sobre la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, a la sazón líder morada en Moncloa, arrecia la presión para dar la patada a las ministras pata negra de Podemos. En su entorno hay ganas de venganza tras el bombardeo de Iglesias. Pero en verdad la 'dama roja' no tiene ese poder. En caso de que el presidente del Gobierno decida rebanar la cabeza de Montero, Díaz no podrá hacer nada. Tan solo garantizar que ella sí se mantiene en Moncloa.

La ministra de Igualdad, Irene Montero.Alejandro Martínez Vélez / Europa Press.

Y ese, en realidad, es el gran miedo de Podemos. Los morados, abiertamente enfrentados a Yolanda Díaz, no contemplan perder el altavoz mediático que supone el asiento en el consejo de ministros. Y menos aún que solo lo mantenga Díaz. Si eso ocurriera, según cuentan fuentes moradas, la deslealtad sería tal que la incipiente coalición de Sumar para concurrir unidos en las próximas elecciones generales saltaría por los aires. En plata: lo que le pasó a Manuela Carmena sería de risa en comparación con lo que le podrían a hacer a la vicepresidenta segunda.

Yllanes se pone de perfil

Lo más preocupante para Podemos es que hasta Juan Pedro Yllanes, uno de las referentes judiciales del partido junto a Victoria Rosell y vicepresidente del Gobierno de Baleares, se puso de perfil sobre el lío de la ley de marras. Yllanes, apartado temporalmente de su carrera como juez, negó que sus colegas actúen por machismo al revisar las condenas por la aplicación de la ley del 'solo sí es sí': "Están haciendo escrupulosamente su trabajo". "Puedo garantizar que no hay ni un solo juez ni una sola jueza en España al que le pueda resultar satisfactorio rebajar la condena de un abusador o de un agresor sexual (...), eso es absolutamente impensable", espetó.

La Justicia española está harta de Montero. Los jueces han dicho "basta" y el PSOE está realmente enfadado con la ministra de Igualdad por sus ataques al Poder Judicial. Y es que no es la primera vez que el Consejo General del Poder Judicial sale en defensa de los togados por las acusaciones de los morados. Además, tras la petición de varios dirigentes del PSOE de revisar la ley hay una olla a presión a punto de estallar. La tensión es tan alta que hasta las feministas socialistas reclamaron la dimisión de Montero.

Lo cierto es que dentro de la galaxia de Unidas Podemos hay quien considera que el fallo de Igualdad en la redacción de la ley es consecuencia directa de pasar más tiempo pendiente de la vida interna del partido que de la iniciativa legislativa. Lo señaló en tuit cargado de intención el ex secretario general morado en Madrid Ramón Espinar. En el PSOE, las fuentes consultadas apuntan algo similar: premura. Cabe recordar que esta ley se aprobó en mitad de una bronca inmensa entre la exvicepresidenta primera, la histórica feminista del PSOE Carmen Calvo, y la titular de Igualdad, quien se quejó de las trabas de la propia Calvo y de Justicia, capitaneado entonces por Juan Carlos Campo.

El atronador silencio de Yolanda Díaz

Cabe recordar que la gran rival de Montero en Moncloa no es precisamente el ala socialista, sino la vicepresidenta segunda. El silencio de Yolanda Díaz, abiertamente enfrentada a Podemos es atronador. Su entorno elude responder y se mantiene calculadamente al margen de una polémica que está desgastando a la titular de Igualdad, a la que algunos en la izquierda a la izquierda del PSOE ya sitúan al frente de una hipotética de candidatura de Podemos en las elecciones generales.

El planteamiento del cuartel electoral de Yolanda Díaz es claro: no hay que mancharse de barro en una guerra que desgasta a una rival por mucho que compartan linde ideológica. Pero el asunto es grave. El escándalo no tiene apenas precedentes. Es una lucha de poderes que el presidente, Pedro Sánchez, intentó enfriar desde la distancia de Indonesia, donde se encontraba para asistir a la cumbre del G-20.

Sánchez pidió esperar a que la Justicia, Fiscalía incluida, unifique el criterio para interpretar la norma sentencia a sentencia. Algo que pidió este mismo jueves. Aunque el presidente no cerró la puerta a terminar retocándola. Las últimas 24 horas del presidente también fueron un silencio sepulcral. Según pasa el tiempo, la titular de Igualdad está casi sentenciada políticamente.

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