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España

Podemos hace lobby en Bruselas contra los jueces españoles y su 'acoso' al Gobierno

El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias (i), y el líder de Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon.

Podemos añade un peldaño más en la propaganda difundida durante años por parte de los independentistas en Europa y que apunta a que la Justicia española está politizada. El juicio que puede involucrar a Pablo Iglesias en el Tribunal Supremo a raíz del caso Dina ha activado la “diplomacia de Podemos”, según mantienen en el partido morado. Trabaja en ello el grupo parlamentario en Bruselas, liderado por María Eugenia Rodríguez Palop, según aseguran fuentes del partido, aunque la consigna de la dirección es aprovechar la red de contactos personales para pedir activamente el respaldo al vicepresidente.

La campaña de Podemos para atacar a la Justicia española desborda los confines nacionales. Más allá de los apoyos conocidos de líderes de América Latina como Evo Morales y Rafael Correa, también partidos como Syriza y los que forman parte del grupo de Izquierda Unitaria Europea (GUE) se han sumado a la acusación de Iglesias de falta de neutralidad de la Justicia española.

Dirigentes como los franceses Manon Aubry y Jean-Luc Mélenchon han enviado públicamente su apoyo a Iglesias, representándole como una víctima de un “acoso judicial” manchado por intereses políticos. Incluso uno de los vicepresidentes del Parlamento europeo, Dimitrios Papadimoulis, que pertenece a Syriza, ha asumido la tesis de Podemos y ha afirmado que los “ataques” a Iglesias son “ataques a todos nosotros”. También Ska Keller y el alemán Martin Schirdewan han respaldado al vicepresidente segundo.

Encuentro con el presidente de la Eurocámara

A lo largo de esta semana, el propio Iglesias tenía previsto acudir a Bruselas para reunirse con el presidente del Parlamento Europeo, el italiano David Sassoli (centro-izquierda italiano). El líder de Podemos había anunciado su ausencia del debate parlamentario del pasado miércoles, aunque finalmente tuvo que renunciar porque Sassoli entró en cuarentena por el positivo de un colaborador. Hasta esa instancia europea Iglesias quería llevar su línea de defensa, que apunta a que algunos sectores de la judicatura no quieren atacarle a él, sino a toda la coalición de gobierno.  

Las maniobras de Podemos en Bruselas toman más relevancia ante el aviso de la Comisión Europea sobre la propuesta del Gobierno de reformar la ley del Consejo General del Poder Judicial. El planteamiento del Ejecutivo para rebajar la mayoría parlamentaria necesaria en la renovación de los miembros del CGPJ levanta dudas entre los miembros de la Comisión, y sobre todo entre los expertos de la Comisión de Venecia, el organismo independiente del Consejo de Europa que vigila la aplicación del Estado de Derecho.

El peligro es que, con sus movimientos, Podemos acabe difundiendo una imagen negativa de la Justicia española, y que lo haga desde el seno del mismo Gobierno. De hecho, además de la búsqueda de apoyos políticos, la formación morada también da alas a los medios internacionales -a menudo de la misma área política del grupo parlamentario europeo de la izquierda- que recogen la tesis del partido morado de mostrarse como víctima de un golpe judiciario contra “el Gobierno de coalición”.

Exportar la tesis de las “cloacas”

Podemos quiere explotar la idea que hace pasar a Iglesias “de víctima a imputado”. Y también busca exportar términos como el de “cloaca” para hablar de las supuestas presiones de los jueces contra el líder del partido de los indignados. Aun así, el grupo político de Podemos en la Eurocámara no responde en su totalidad a Iglesias. Dirigentes como Miguel Urbán se han decantado en favor de la escisión anticapitalista. Y la exponente de IU, Sira Rego, no se ha manifestado públicamente a favor del líder de Podemos.    

Podemos exporta el concepto de lawfare, o guerra jurídica contra el “Gobierno de coalición”. Los morados recuperan la idea de “conspiración contra el Gobierno” que ya explotó Lula da Silva en Brasil. Dirigentes como Pablo Echenique y Enrique Santiago empezaron a emplear ese término a partir del pasado mes de mayo, cuando la pandemia amenazaba con un alud de denuncias contra el Ejecutivo. La tesis de fondo apunta a que la oposición utiliza “como arma” a los jueces. Dirigentes del partido también emplean términos como el de neogolpismo en sedes europeas.

“El problema de Pablo es Pablo”

La estrategia impulsada por la dirección de Podemos, que algunos califican “de la tensión”, alimenta no obstante ciertas dudas en el partido. En Podemos aseguran que el Supremo no imputará a Iglesias, “porque dos de las tres acusaciones dependen de que las denuncie Dina”. Aunque un dirigente del partido añade: "El problema de Pablo es Pablo".

Según fuentes internas de Podemos, en efecto, el vicepresidente se está centrando en estos días en su defensa tanto sobre el caso Dina como en los nuevos frentes que se abrirán en noviembre. Sobre todo de cara al juicio sobre la consultora Neurona y la financiación.

"Todos hablan solo de los juicios, la actividad de gobierno está bajo mínimos", desvelan desde el partido, donde algunos dudan de la estrategia emprendida contra los jueces. “Irán a saco contra todos, pero quedarán muy solos”, comentan las fuentes que no comparten la línea beligerante de la dirección contra la Justicia.

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