Podemos se lanza a por Ayuso y polariza la campaña para robar votos a Más Madrid

Podemos vive en Madrid con el corazón en un puño. Su permanencia en la Asamblea autonómica, que exige al menos un 5% de las papeletas, depende, según la mayoría de encuestas, de unos cuantos votos que bailan al albur de su campaña electoral. Quizá por ello, los morados han decidido lanzarse a degüello a por la presidenta, Isabel Díaz Ayuso, y polarizar la campaña para robar votos a Más Madrid. Objetivo: tener representación.

El núcleo del partido sabe que el único mensaje que puede calar en los votantes de izquierdas es que ellos son el voto útil que puede impedir la mayoría absoluta del PP. Y ese canto de sirena, según las fuentes consultadas, se dirige al electorado de Más Madrid, la escisión de Podemos. A los de Mónica García, sin embargo, no les quita el sueño: "Suerte", concede su entorno a este diario, que recuerda en el intento del exlíder morado hace dos años. "Más polarizaba Pablo Iglesias y no les sirvió de nada", zanja.

La campaña de Ione Belarra y del resto de dirigentes contra la lideresa popular está siendo despiadada. Podemos ha puesto en la diana al hermano de la presidenta, Tomás Díaz Ayuso, por el asunto de las mascarillas que archivó la Justicia y que utilizó el exjefe de Génova Pablo Casado para destruir el incipiente liderazgo de la presidenta madrileña con poco éxito. En los últimos días, la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, y la candidata en la Comunidad se han vestido con camisetas recordando el asunto con su foto, la misma que han desplegado en un cartel gigante en la calle de Goya, en Madrid.

El puntal contra el PP

Pero ahí no queda el asunto. Un miembro del canal de televisión de Pablo Iglesias buscó y siguió en la calle al hermano de la presidenta madrileña para preguntarle por el caso de marras. El objetivo es polarizar la campaña. Los morados quieren recordar a los madrileños lo peor de la pandemia: las muertes de los ancianos en las residencias. Podemos busca erigirse en el principal puntal contra el PP para desvirtuar a Más Madrid, que está haciendo una campaña propositiva, alejada del ruido y la confrontación. Creen que solo así, siendo radicales, pueden hacerse con ese 5% de papeletas que pueda impedir a Díaz Ayuso gobernar con mayoría absoluta.

En efecto, la entrada de los morados, puede mitigar el tsunami azul que, presumiblemente, volverá a teñir de azul la Comunidad de Madrid. "Otro gobierno de Ayuso, este con mayoría absoluta, acabaría por destruir la sanidad pública, en especial la atención primaria, y daría un salto cualitativo en la privatización de la educación. De ahí lo de confrontar con ella, tratando de presentarse como los principales 'enemigos' de sus políticas", sintetiza un alto cargo morado en la región que tampoco niega que se esté pescando en el caladero de votos de Más Madrid.

No obstante, no solo la estrategia electoral de Podemos busca debilitar a Más Madrid. La guerra abierta entre los morados y Yolanda Díaz por el devenir de Sumar y el reparto de poder está provocando daños colaterales en toda la izquierda. Y una de las perjudicadas es la candidata de Más Madrid, porque no ha podido impulsarse lo suficiente con la ola de popularidad de la vicepresidenta segunda. Y es que por mucho que el día 15 en San Isidro Yolanda Díaz dedicara más tiempo a estar con su amiga Mónica García que con la candidata de Podemos, lo cierto es que no han podido coincidir tanto como les hubiera gustado.

El miedo

Un miedo parte a Podemos. Los morados, que cerraron un pacto con Izquierda Unida para concurrir bajo las siglas de Unidas Podemos en la región el próximo 28-M, temen que el apoyo de Yolanda Díaz a la líder de Más Madrid les aboque a correr la misma suerte que Ciudadanos y a desaparecer de la Asamblea regional. Las encuestas internas de la mayoría de partidos y las de las empresas demoscópicas sitúan a Unidas Podemos en la horquilla que comprende el 4% y el 5%. 

El fin de Podemos en Madrid supondría un duro varapalo para ellos en una plaza fundamental, ya que la Comunidad es donde nacieron y donde están arraigados la mayoría de sus dirigentes nacionales. "Que Yolanda [Díaz] apoye a Mónica García es percibido como una traición por muchos inscritos. Pero también hay quienes no entienden la barrera que los jefes han puesto para no fusionarse con Yolanda. En Podemos al final la gente quiere unidad. Aunque sí, si la identificación de los votantes es la de Yolanda con Mónica... Eso nos deja fuera", resume a este diario un responsable de Podemos en un gran municipio de Madrid.

"El apoyo tan descarado de Yolanda Díaz a Más Madrid, sumado a la actitud complaciente con el PSOE, está generando un revulsivo. Están operando dos fuerzas: una vinculada a la ola que se está construyendo con Yolanda, que no deja de sonar a falsa por el apoyo de los medios de derecha a Sumar; y otra contraria de la gente que cree que estamos viviendo otra vez una campaña para intentar acabar con Podemos", sintetiza a este diario una fuente con peso en la cúpula nacional de Podemos. La guerra continúa. Mónica García no lo tiene fácil. Yolanda Díaz tampoco.