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España

La Guardia Civil dio parte de la pintada contra Iglesias, pero descarta actuar de oficio

Coletas, rata

La Guardia Civil no prevé actuar de oficio ante el acoso denunciado en los medios de comunicación por el vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, durante su visita vacacional a un pueblo de Asturias. Según informan a Vozpópuli fuentes del Instituto Armado, los hechos no revisten elementos suficientes para iniciar una investigación si no hay una denuncia formal por parte de los afectados. 

Las mismas fuentes consultadas informan a este periódico de que una patrulla de la Guardia Civil sí recogió en un parte de servicio la existencia de una pintada que decía “Coletas rata” cerca de la casa en la que Iglesias iba a pasar unos días con su pareja, la ministra de Igualdad Irene Montero, y sus tres hijos menores de edad. Al sentirse acosados, decidieron renunciar a su estancia en ese lugar en el que iban a permanecer varios días. 

La citada nota informativa de la Guardia Civil lleva fecha del domingo y en ella se da cuenta de la aparición de la pintada sobre el asfalto de una carretera y que no ha sido posible identificar a los responsables. Las fuentes consultadas por Vozpópuli explican que penalmente este hecho no reviste elementos suficientes para actuar de oficio

Al menos de momento, entienden que la pintada en sí no encaja en una amenaza y que en todo caso podría tratarse de un delito de injurias. Pero en ese caso, apuntan, es necesario una denuncia al tratarse de un delito privado que se investiga instancias de la parte afectada. 

Culpan a la "extrema derecha"

La casa en la que estaban alojados es propiedad del dirigente de Izquierda Unida, Enrique de Santiago, quien ha rechazado hacer declaraciones a este periódico. Tan solo confirmó que no han presentado denuncia. “No vamos a estar todo el día denunciando”, espetó. En las últimas horas ha concedido varias entrevistas en otros medios de comunicación, donde ha vinculado la situación al acoso que ejerce la “extrema derecha” contra los responsables de la formación morada. 

En la misma línea se manifestó el vicepresidente Iglesias a través de Twitter. “No hay derecho a que mis hijos tengan que sufrir las consecuencias del compromiso y las tareas políticas de sus padres”, añadió. La ministra Montero, su pareja sentimental, también se manifestó en la misma red social: "La extrema derecha y sus medios saben que solo con miedo y odio pueden frenar el avance de la democracia y los derechos sociales. Su agresividad es su debilidad".

En declaraciones a la 'Cadena Ser', Enrique de Santiago se quejó además de que son las instituciones del Estado las que deberían actuar de oficio: "No se puede estar todo el día denunciando, es el vicepresidente de España y una ministra, que tienen protección oficial; se está cometiendo un delito constante de acoso, de violencia, de amenazas... que se persiguen de oficio y la Fiscalía debería hacer algo. La Fiscalía no hace nada". En la misma entrevista, denunció  "un acoso sistemático permitido por fuerzas de seguridad". 

Este martes, se produjo una nueva concentración de personas en las inmediaciones del domicilio de Iglesias y Montero en la localidad madrileña de Galapagar. Según fuentes del Instituto Armado, se dieron cita en torno a las 21 horas tanto partidarios a favor y en contra de los miembros del Gobierno. Como es habitual desde hace meses, no les fue posible acercarse hasta la puerta debido al control de seguridad de la Guardia Civil establecido en el perímetro. Se tomó esta decisión tras varios días de protestas vecinales.

Según las mismas fuentes consultadas, la Guardia Civil elevó un total de siete propuestas de sanción por exceso de ruidos, por no usar mascarillas o por desobediencia a los agentes. En total había nueve personas contrarias a Iglesias y cinco a favor. No se registraron mayores incidentes.

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