Quantcast

España

Pedro Sánchez promete un proyecto autónomo que acabe con el paro y la corrupción

Pedro Sánchez junto a su mujer, Begoña.

Pedro Sánchez solo ha sido aplaudido en pie en una ocasión por el millar largo de asistentes a su acto de proclamación como candidato, y el momento le ha llegado cuando ha citado a Pedro Zerolo, recientemente fallecido, como referente de la lucha por la igualdad. El discurso del secretario general ha estado precedido por el del presidente asturiano, Javier Fernández, quien ha encendido mucho más a los asistentes y ha sido, incluso más aplaudido que Sánchez, cuando ha reivindicado la vigencia de las diferencias ideológicas entre izquierda y derecha.

Felipe González ha justificado por motivos de agenda su ausencia del acto de proclamación

El equipo de Pedro Sánchez ha trabajado en los últimos días para levantar expectativas ante su discurso de hoy, presentado como el más solemne y profundo desde que accedió a la secretaría general hace ahora once meses. Sin embargo, su intervención ha estado plagada de generalidades y no ha generado gran entusiasmo en la audiencia, que tendrá que acostumbrarse a un nuevo complemento en el escenario: se llama Begoña, está casada con el líder, ha sido mencionada varias veces en su discurso y es la única que ha subido al escaparate principal para felicitar a su marido nada más acabar su intervención.

En ella, Pedro Sánchez ha aludido implícitamente a la preocupación causada en su partido por los pactos con Podemos. Para suavizar los temores, ha prometido que mantendrá la autonomía del proyecto socialista, garantizando un cambio “seguro y tranquilo”. En tono de justificación por estos acuerdos, ha recordado que España vive tiempos nuevos en los que son necesarias “fórmulas valientes” de hacer política basadas en el diálogo. Eso no significa, ha reiterado, que el PSOE vaya a perder sus valores, su tradición ni tampoco que vaya a dilapidar el legado de la Transición. Cuando llegue al Gobierno, ha añadido, se propone fomentar un pacto entre generaciones y conseguir una España más participativa.

Pedro Sánchez ha querido dar por hecho que su partido ganará las próximas elecciones generales y se ha comprometido a luchar con determinación contra el paro y la corrupción aunque no ha precisado cómo. “Yo soy un político limpio”, ha sentenciado, tras prometer que no le temblará el pulso para combatir a los corruptos.

Sobre Cataluña, solo ha dado una breve pincelada prometiendo más diálogo entre Madrid y Barcelona y apostando de nuevo por una España federal. Detrás de Sánchez los organizadores del acto han puesto una imagen de la bandera de España.

Hay momentos en los que sabes que estás siendo parte de la historia”, reza el lema con el que el PSOE ha publicitado el acto de hoy domingo, deslucido por la ausencia de Felipe González, que ha justificado por encontrarse en Brasil. El expresidente no estuvo en la toma de posesión de Susana Díaz en Andalucía y hoy tampoco ha querido asistir a la puesta de largo de Pedro Sánchez. Sí han acudido, en cambio, Alfredo Pérez Rubalcaba, José Luis Rodríguez Zapatero, los barones regionales que están a punto de tocar poder en sus respectivas comunidades o ya han tomado posesión, el líder de UGT, Cándido Méndez, y numerosos exministros, entre ellos Elena Salgado. Los organizadores del acto se han volcado en escenificar un cierre de filas en torno al candidato a las generales.

El PSOE se ha esforzado en escenificar un cierre de filas en torno a su candidato electoral

Pedro Sánchez se ha encontrado el camino despejado hacia el cartel electoral, como había previsto desde hace tiempo, después del amarre que ha sufrido Susana Díaz en Andalucía, la tregua que se ha dado a sí misma la exministra Carmen Chacón y el desvanecimiento político del diputado vasco Eduardo Madina, quien pasea su soledad como alma en pena por los pasillos del Congreso.

Al abrazar unas primarias que no han existido por incomparecencia, Sánchez ha establecido su próxima parada en las elecciones generales, consciente de que, muy probablemente, no tendrá otra oportunidad si obtiene menos votos y escaños que Mariano Rajoy. En el PSOE se cuenta con que todos los dirigentes que ahora han seguido las recomendaciones del hoy ausente Felipe González – “no responde a la cultura del partido mortificar a un secretario general recién nacido” – y han apoyado a Pedro Sánchez frente a Díaz o a Chacón, no dudarán en darle la espalda si se pega un batacazo, ya que carecerá de los asideros que sí tuvo el pasado 24 de mayo para mantenerse en el timón del partido. Hace un mes, los socialistas se dejaron en las elecciones municipales casi 700.000 votos, pero gracias a los acuerdos con Podemos han recuperado o están a punto de hacerlo importantes feudos territoriales como los de Castilla-La Mancha, Extremadura, Baleares o la comunidad valenciana, además del Ayuntamiento de Sevilla y casi una docena más de capitales de provincia.

Pedro Sánchez ha empezado a utilizar a su mujer, Begoña, en sus apariciones públicas

Es improbable que si no encabeza la lista más votada en las próximas generales, Pedro Sánchez ensaye con Podemos en Las Cortes pactos parecidos a los que acaba de trabar con la organización de Pablo Iglesias en algunas regiones y corporaciones locales para quitarle el Gobierno de la nación al PP. Esto es, al menos, lo que el secretario general del PSOE ha anticipado a importantes empresarios, agencias de rating y fondos de inversión, temerosos de que en cuestión de pocos meses España esté dirigida por una especie de frente popular y deje de ser un país seguro en el ámbito económico. Este miedo explica que esta mañana, en su discurso de proclamación como candidato, Sánchez acentuara en tono defensivo su compromiso con preservar la identidad del PSOE dentro de un proyecto autónomo.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.