España

De Colón a Cibeles: la derecha se pelea por tomar la calle y Sánchez se frota las manos

El Gobierno resucitará el relato de la foto que unió a PP, Vox y Ciudadanos en la plaza madrileña y que incentivó su primera victoria electoral

Carteles de las manifestaciones contra el Gobierno de Pedro Sánchez, del próximo 21 de enero en Madrid. TWITTER

Pedro Sánchez se frota las manos. El presidente del Gobierno encara el inicio del nuevo año con dos manifestaciones en su contra que recorrerán Madrid el próximo sábado 21 de enero. Moncloa, según las fuentes consultadas, las considera gasolina para sus mensajes, ya que permitirán al Ejecutivo resucitar el mantra del trío de Colón, el mensaje que incentivó su primera victoria electoral en abril de 2019 y que permitió al PSOE rentabilizar más que nunca el voto útil entre los votantes progresistas por la 'amenaza' de un Gobierno del PP y Vox.

Las marchas, además, vienen con 'pelea' incluida entre los convocantes por tomar la calle, porque la que se celebrará en la plaza de Colón, preparada por el colectivo Fuerza España, arrebató el icónico enclave a los organizadores de la que finalmente se celebrará en la plaza de Cibeles, propiciada por el Foro Libertad y Alternativa -y secundada por más de 60 asociaciones-.

Este foro, liderado por el ex político del PP y de Vox Alejo Vidal-Quadras, tiene a la fundadora de UPyD Rosa Díez como gran altavoz de la marcha y está a la espera de que tanto Génova como Ciudadanos confirmen o no su asistencia tras ser formalmente invitados, según fuentes de ambos partidos consultadas por este diario. Los populares, que aún no tienen posición, tratarán el asunto de marras en su comité del lunes.

Colón, el icono de las marchas anti Sánchez

La derecha se está enfrentando por ver quién calienta más enero para quemar al Gobierno. Hasta el punto de que se generan malentendidos que se usan para distorsionar la realidad. Y es que el Foro Libertad y Alternativa, así como la propia Díez, acusaron al Ejecutivo de Pedro Sánchez de maniobrar para frenar la marcha de Colón con el argumento de que la Delegación del Gobierno en Madrid les negó la autorización las veces que la pidieron. Y pese a ser cierto que el equipo de Mercedes González respondió que 'no' en dos ocasiones, cabe reseñar que no lo hizo por salvar al presidente.

La primera negativa que dio la Delegación del Gobierno estuvo motivada porque no recibió por parte del foro la petición para la concentración, que hizo el 9 de diciembre, con los 30 días máximos de antelación que exige la Ley Orgánica 9/1983 de 15 de julio, reguladora del derecho de reunión. El segundo 'no' llegó tras comprobar que "otra persona, un particular" solicitó antes la plaza de Colón, todo un icono de las protestas anti Sánchez, en esa misma fecha para un fin similar. De manera que ganó Fuerza España, cuyo escrito entró el 22 de diciembre 20 minutos antes que el del Foro Libertad y Alternativa.

En cualquier caso, las marchas de Madrid suponen la respuesta de la derecha a los "inadmisibles [...] atropellos" del Gobierno al Poder Judicial tras el lío de la renovación del Tribunal Constitucional que Moncloa intentó colar por la puerta de atrás con dos enmiendas frenadas por el propio órgano de garantías en una proposición de ley que eliminó el delito de sedición. Pero hay más contexto. Las marchas están convocadas tras el goteo de rebajas de penas a los condenados por abuso sexual, el efecto indeseado estrella de la ley del 'solo sí es sí', y tras la reducción de penas del delito de malversación, la gran exigencia de ERC a cambio de los Presupuestos, que beneficia a los condenados y a los aún pendientes de juicio por el procés.

Sánchez, polarizador

Lo cierto es que estas marchas no son una mera anécdota por mucho el el Gobierno las desdeñe. Cabe recordar que varios profesionales impulsaron un manifiesto en contra de las concesiones de Moncloa al independentismo catalán y que consideran todo un salvoconducto para atentar contra la Constitución. Poca broma si se tiene en cuenta que lo firmaron hasta cinco exministros socialistas: César Antonio MolinaJavier Sáenz CosculluelaVirgilio ZapateroJulián García Vagas y José Luis Corcuera.

Que Pedro Sánchez no tiene la mejor imagen de la política española no es ningún secreto a voces. Sin ir más lejos, los últimos barómetros del CIS sitúan al líder socialista tras el popular Alberto Núñez Feijóo y la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, en valoración. El núcleo duro de Moncloa y de Ferraz, todo uno tras los cambios del pasado verano, reconocen, como ya contó Vozpópuli que Sánchez "polariza".

Pero eso no preocupa en exceso a los estrategas del PSOE, ya que creen que se trata de algo inherente a todo líder político con mayúsculas. Quizá por eso, Sánchez mira hacia la Puerta del Sol de Madrid, donde ve a la auténtica mandamás del PP. Aunque tras esa estrategia se esconde una obsesión. Y es que si durante el año que acaba de terminar se ha escuchado una expresión en Ferraz es la del 'efecto Feijóo'. Ya sabe, el 'sorpasso en las encuestas del PP al PSOE gracias al desembarco en Génova, en abril, del expresidente gallego Alberto Núñez Feijóo. Desde entonces, no hay ni una sola empresa demoscópica que sitúe a Sánchez con más posibilidades de ganar las próximas elecciones generales que su némesis popular. Y eso, claro está, obsesiona al PSOE.

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