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España

La venganza cumplida del etarra Patxi Ruiz: “Sortu trata de invisibilizar la disidencia”

Una pancarta en apoyo de Patxi Ruiz en huelga de hambre

El preso etarra Patxi Ruiz se despachó a gusto con una persona de su entorno hace meses desde la cárcel. El motivo de su enfado eran las maniobras en su contra de Sortu, el partido que encabeza Arnaldo Otegi. Los herederos de la vieja Batasuna son una de las familias que integran EH Bildu. Ruiz representa el ala dura del mundo proetarra y se ha declarado en huelga de hambre, lo que ha provocado su ingreso hospitalario y ha generado un rebrote violento en el País Vasco y Navarra impulsado por sus seguidores, críticos con la izquierda abertzale oficial. 

A finales del verano, el terrorista expresó ya su indignación por las represalias sufridas tras haber abandonado la disciplina que marca Sortu y el histórico Colectivo de Presos de ETA, fiel a la estrategia política de Otegi. “Sortu lo que pretende con esos pasos es invisibilizar la disidencia, invisibilizando al preso”, se quejaba en esa conversación a la que ha tenido acceso este periódico. Patxi Ruiz fue expulsado hace tres años del frente de cárceles después de criticar en una carta la estrategia de la izquierda abertzale. 

Francisco Javier Ruiz Romero no es ni un héroe ni un mártir. Es un asesino. Cumple condena por matar al concejal de UPN en Pamplona Tomás Caballero en 1998. Tenía 63 años, mujer y cinco hijos. En su lápida reza un mensaje: “Murió por lo que había vivido: la libertad, la justicia y la paz”. Fue acribillado a disparos cuando se subió a su coche para ir al Ayuntamiento. Ruiz actuó junto a los terroristas Mikel Javier Ayensa y Alberto Viedma.  

Su pelea con ETA y Sortu

En 2016 acusó a sus dirigentes de “liquidacionistas” y de llevar a cabo una campaña de acoso contra el movimiento Amnistia ta Askatasuna (ATA). Esta es la marca que ha agarrado la bandera de la reivindicación histórica de la amnistía para todos los presos de ETA. La izquierda abertzale la abandonó tácticamente por no considerarla viable en su tránsito hacia a las vías exclusivamente políticas. Las críticas públicas de Patxi Ruiz le costaron un aviso de ETA, que le ordenó silencio y disciplina. No solo no obedeció, sino que aireó ese tirón de orejas de la banda.

Su conversación de hace unos meses en prisión define a la perfección las tensiones internas que vive el mundo abertzale desde hace años. Una guerra soterrada y bajo el radar de los medios que los dirigentes abertzales siempre han negado o minimizado. Ruiz le explicaba a una amiga las trabas que Sortu les puso a los jóvenes encargados de organizar la asistencia económica y material para los presos etarras.

Según su versión, el mensaje de la línea oficialista fue el siguiente: “Patxi ha tomado una decisión y como consecuencia él mismo ya sabe que no va a tener de nuestra parte ni apoyo político, ni económico, ni jurídico. Entonces para que sepáis que a partir de ahora él no entra dentro de las reivindicaciones de la izquierda abertzale”. El terrorista, desde la cárcel Murcia II señalaba a Sortu, pero también a Etxerat, la histórica plataforma de apoyo a los presos y las familias. En concreto, acusaba a José Antonio López, alias Kubati, el asesino de Yoyes.  

"¿Que se menee la cosa de otra manera?"

Tras salir de prisión, Kubati se ha convertido en uno de los personajes más activos a la hora de hacer que el Colectivo de Presos siga los pasos que marca la estrategia de Sortu. Patxi Ruiz también señalaba en esa conversación a Patricia Vélez, portavoz de Etxerat. Según el preso, estas órdenes generaron tensiones entre los que no estaban de acuerdo con estos vetos: “Se levantaron y se fueron, les dejaron con la palabra en la boca (...) al final llega un momento en el que le dicen a los chavales que a partir de ahora el dinero que se recaude y las fotografías de todos, menos de Patxi. Y se negaron”. Se refiere a las fotografías de los presos de ETA que cuelgan a modo de homenaje de las paredes de las herriko tabernas. Que le quiten a uno la foto siempre se ha considerado un escarnio, una humillación.

Ruiz dijo que se puso en contacto con la gente de ATA de Pamplona: “¿Os merece que yo renuncie (al dinero) y que yo pida públicamente apoyo y se menee la cosa de otra manera?”. Meses después estas palabras se ha convertido en el centro de una serie de movilizaciones que ha derivado en ataques a sedes de partidos -incluido Sortu- y a dirigentes como la líder del PSE, Idoia Mendia. Esto ha pillado con el paso cambiado a EH Bildu a las puertas de unas elecciones autonómicas en el País Vasco.

Ahora Sortu sí le ofrece sus recursos

Ha jugado a dos bandas ante este pulso que le plantean sus rivales internos. Ha rechazado los ataques, pero sin llegar a condenarlos. Pide al sector más radical que actué “con responsabilidad” pero al mismo tiempo enmarca la protesta de Patxi Ruiz en “la política de excepción” que se aplica a los presos de ETA. Pese a su veto hace unos meses, Sortu le ofrece ahora todos los recursos de la izquierda abertzale. Estos escorzos no han convencido ni en un lado ni en otro. 

Desde ATA, que ejerce estos días como portavoz del recluso, no dudaron en rechazar cualquier ofrecimiento en un duro comunicado: “Sortu nos pide responsabilidad para tapar sus miserias. Por encima de todo, y más aún en estos duros momentos, hay que respetar la voluntad de Patxi, que ha dejado claro que las actitudes políticas de EH Bildu y Sortu no tienen su beneplácito”

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