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España

Parejas mayores y problemas para concebir: el negocio redondo de las clínicas de fecundación

Cada vez las parejas deciden tener hijos más tarde, lo que hace que descienda la probabilidad de éxito. Es por este motivo que estos centros médicos cada vez tienen más demanda

La natalidad en España está en mínimos históricos, un problema que se debe, en la mayoría de casos, a la precariedad laboral a la que se enfrentan los menores de 30 años en España. Esto hace que cada vez más se retrase la edad de tener hijos: en 1980, la edad media de las madres era de 25 años, mientras que en el año 2000 ascendió hasta los 29. Ahora, se sitúa en los 32,6 años, acercándose peligrosamente a los 35 años, edad a la que se considera un embarazo de riesgo.

A medida que una mujer se hace mayor, su fertilidad desciende. Según cuenta a Vozpópuli Estefanía Abanto, ginecóloga de IVI Bilbao, las mujeres tienen "hasta los 35 años una reserva ovárica suficiente", algo que comienza a descender a partir de entonces. Es a partir de los 38 años cuando procrear se hace especialmente difícil, ya que es a partir de entonces cuando no solo desciende el número de óvulos, también su calidad.

Señala que en los 30 años que tiene la clínica en la que trabaja, el número de pacientes ha aumentado mucho: "Cada vez retrasamos más la decisión de ser madres y al venir más tarde, es necesario hacer más tratamientos". Señala que, de media, hay 15-20 primeras visitas a diario. Esto no solo supone una mayor cantidad de mujeres visitando estos centros, también un mayor desembolso económico al necesitar más tratamientos que si fuesen más jóvenes.

Cuenta a este diario que las pacientes que suelen visitar su clínica tienen una media de 39-40 años y en la mayoría de casos se someten a tratamientos para tener más óvulos, ya que suelen tener una reserva ovárica más pequeña. Tratamientos que define como "muy complejos", pero que ellos, al aplicarlos con regularidad, son su "días a día".

Es por este motivo que el aumento de mujeres que se someten a estos tratamientos ha crecido mucho en el último lustro, según las cifras de la Sociedad Española de Fertilidad. Los últimos datos son de 2020, pero al ser un año anómalo, en Vozpópuli hemos cogido el último informe con 'normalidad', el de 2019. Entonces, se llevaron a cabo 148.358 tratamientos de fecundación in vitro y 32.458 de inseminación artificial. En 2014, cinco años antes, la cifra fue muy inferior: 116.688 tratamientos de fecundación in vitro y 40.177 de inseminación artificial.

Esto indica que en apenas cinco años, el número de tratamientos ha crecido un 15%. Precisamente, la creciente edad de las mujeres que se someten a estos tratamientos hace que el éxito de estos también descienda: en 2019, tan solo nacieron un 10,3% más de niños mediante estos métodos que en 2014 (de 33.934 bebés a 37.428).

Se dispara la 'congelación' de óvulos

Según cuenta la doctora Estefanía Abanto, desde el inicio de la pandemia han visto cómo cada vez son más las mujeres que deciden vitrificar sus óvulos. Esto se debe a que las mujeres están "cada vez más concienciadas de la reserva ovárica que tienen". También que ahora muchas mujeres miran la maternidad a largo plazo: "Muchas no piensan ser madres a los 30, pero sí lo ven como una posibilidad a largo plazo".

Desde su clínica recomiendan que esta 'congelación se produzca antes de los 35 años, cuando las mujeres tienen una reserva ovárica de calidad. Es por este motivo, señala Abantos, que cada vez hay mujeres más jóvenes interesadas en vitrificar sus óvulos. En este contexto y según su experiencia, también ha crecido el número de "tratamiento de mujeres sin pareja", lo cual se ha producido, según Abanto, gracias a un cambio de la sociedad.

Una juventud que no puede emanciparse

El paro juvenil cerró el año 2022 con la peor tasa de la Unión Europea (29,3%), a lo que se suman los bajos salarios registrados: los más altos están en Madrid, situándose la media en 20.000 euros anuales. Esto conlleva que los jóvenes, como ya contamos en Vozpópuli, retrasen todas sus etapas vitales: tan solo un 16% de los menores de 30 años ha logrado emanciparse, por lo que pensar en hijos es una auténtica utopía.

El retraso a la hora de emanciparse conlleva que, cada vez, las parejas tengan hijos más tarde. Esta tardanza a la hora de tener hijos ha provocado un auténtico 'boom' de las clínicas de fertilidad: al fin y al cabo, cuando las parejas son más mayores, suelen tener más problemas para procrear.

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