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Urkullu pide a Siemens que no se lleve Gamesa del País Vasco pero no cierra un pacto

El Gobierno vasco y el CEO de la empresa alemana se reúnen en Bilbao. Transmiten que "el problema no son los trabajadores" para calmar a la plantilla, pero sin acordar ni comprometer nada

La consejera de Industria, Arantxa Tapia, junto a Christian Bruch, el CEO de Siemens Energy.

El Gobierno vasco y Siemens celebraron este jueves una cumbre en Bilbao que sirvió para rebajar la tensión existente tras la OPA de exclusión de la multinacional alemana sobre Gamesa. La consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno vasco, Arantxa Tapia, y el CEO de Siemens Energy, Christian Bruch, se sentaron cara a cara para escenificar que las cosas no van tan mal como parecen. Pero sin acuerdos firmados ni compromisos adquiridos. Solo una frase para calmar a la plantilla: "El problema de la empresa no son los trabajadores".

El Ejecutivo autonómico promocionó el encuentro. Fotografías de los directivos de la empresa alemana (el citado Bruch y su responsable de comunicación, Robin Zimmermann) junto a Tapia. Apretones de manos. Muchas sonrisas cómplices. Pero ningún acuerdo de calado que temple los ánimos a los trabajadores y los proveedores, entre los que cunden la incertidumbre y el desánimo por lo que pueda ocurrir en cuanto la multinacional alemana controle el 100% de las acciones de Gamesa.

La enviada por el lehendakari, Íñigo Urkullu, iba al encuentro con un mensaje claro para Siemens: hay que mantener a Gamesa en el País Vasco. Tanto la sede social, ubicada en Zamudio, como las plantas donde trabajan unos mil empleados de la comunidad. Sus interlocutores tomaron nota de las explicaciones de la consejera sobre por qué deben seguir en Euskadi, pero de la reunión no salió acuerdo alguno.

"Colaborar" y "transparencia"

La nota informativa del Gobierno vasco expone que, según Tapia, "los mensajes transmitidos han sido directos y francos: es importante estabilizar la compañía tras las pérdidas que viene arrastrando, de cara a asumir y trabajar en un nuevo mercado que está lleno de oportunidades". La consejera transmitió a los gestores de Siemens que el Ejecutivo "está dispuesto a colaborar" en lo que sea necesario y les reclamó "transparencia" para los próximos pasos.

Esa exigencia a Siemens para que informe de sus pasos llega solo 48 horas después de que la propia Tapia expresase su malestar por la falta de información sobre los planes de la compañía alemana. El Gobierno vasco se enteró de lo que venía el pasado sábado, día en que se confirmó la OPA de Siemens Energy sobre Gamesa. Varios de sus portavoces han insistido durante esta semana en que desconocían la hoja de ruta de la compañía germana. Llovía sobre mojado, porque hace unos días, como contó Vozpópuli, en el Ejecutivo de Urkullu también se enteraron por la prensa del traslado de más directivos desde el País Vasco a Madrid.

Bruch expuso durante el encuentro, que duró hora y media, que "el problema no son los trabajadores". El Gobierno vasco informó de dicha afirmación con el evidente objetivo de calmar a una plantilla donde se temen lo peor. Los trabajadores de la eólica saldrán de dudas el próximo 15 de junio, cuando los directivos de Siemens se reunirán en Madrid con los representantes sindicales.

En efecto, los graves problemas que atraviesa la fabricante de aerogeneradores no está en los empleados, sino en las pérdidas millonarias de los tres últimos ejercicios. Durante los últimos seis meses los números rojos han ascendido a 780 millones de euros, según datos de la propia compañía.

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