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Urkullu llega al ecuador de la legislatura sin nuevo Estatuto vasco y sin sucesión a la vista

La pandemia y la guerra cambian los planes de todos. El PNV sigue en cabeza en las encuestas y no parece que su mayoría con el PSE peligre. Bildu busca ser alternativa con una 'podemización' evidente

El Lehendakari Iñigo Urkullu EP

El Gobierno de PNV y PSE que preside Íñigo Urkullu llega al ecuador de la legislatura. Este martes, 12 de julio, se cumplen dos años desde las últimas elecciones vascas que ganaron los peneuvistas. La pandemia del coronavirus, primero, y la guerra de Ucrania, después, han condicionado sobremanera este tiempo político en que han cambiado las prioridades y las preocupaciones de los ciudadanos y los partidos. Así, pese a lo que se esperaba, en estos 24 meses no ha habido avances en el célebre Estatuto vasco y tampoco está clara la sucesión del lehendakari.

El coronavirus arrasó con todo y cambió el quehacer de los dedicados a la cosa pública. Y, por ello, ya nada fue como se esperaba. Entre las cosas que variaron de rumbo estaban las dos cuestiones relevantes citadas que ahora, a los dos años de legislatura, siguen en el aire.

Antes de que la pandemia estallase, allá por marzo de 2020, había convocadas unas elecciones vascas para abril que tuvieron que posponerse a julio por las olas de contagios. Era sencillo de vaticinar que en la campaña electoral uno de los temas estrella sería el futuro Estatuto vasco, sobre todo después de los dimes y diretes de los expertos consultados por el Parlamento vasco. Sin embargo, el virus detonó todas las previsiones.

El Estatuto, atascado

En los dos años de la legislatura en marcha el Gobierno de PNV y PSE ha logrado la gran mayoría de sus objetivos debido a la cómoda mayoría absoluta que suman en la Cámara de Vitoria. Y ha legislado más de lo que parece. Sin ir más lejos, recientemente logró aprobar cuatro leyes distintas antes del verano (Procedimiento de Elaboración de las Disposiciones de Carácter General; Protección de los Animales Domésticos; Acceso y Ejercicio de Profesiones de la Actividad Física y del Deporte; y Desarrollo Rural). En total, Urkullu y los suyos llevan aprobados 13 de los 36 proyectos que prometieron para la legislatura.

De lo que parece no haber noticias es, como se ha dicho, del célebre proyecto para un nuevo Estatuto de Autonomía que sustituya al Estatuto de Gernika. Como viene contando este diario desde hace varios años, el plan de Urkullu consistía en conseguir que el Gobierno central entregase todas las competencias pendientes, todas ellas ya apalabradas con el PSOE, para después aprobar un nuevo texto estatutario con el mayor consenso posible.

En los últimos meses ha sido el propio lehendakari quien ha avivado en varias ocasiones el debate sobre esta cuestión. Pero las condiciones para aprobar un nuevo Estatuto no parecen las más óptimas. Ni hay un acuerdo cerrado ni parece que sea la prioridad de una ciudadanía agobiada por la inflación.

¿Seguirá Urkullu?

La segunda cuestión pendiente enlaza con la primera. Porque los citados planes de Urkullu incluían, al decir de muy diversas fuentes, una retirada tras su tercer mandato como lehendakari. Claro que esa hoja de ruta -nunca anunciada pero siempre comentada entre bambalinas- se basaba en que el presidente del Ejecutivo autonómico se marcharía por la puerta grande, con el citado Estatuto recién aprobado por el mayor consenso posible.

Todos esos planes hipotéticos han quedado desfasados por los acontecimientos. Y hasta empiezan a parecer ciencia ficción. ¿Seguirá Urkullu y optará a un cuarto mandato? Todavía es pronto para decirlo, pero lo cierto es que no ha habido ni un solo gesto o avance en esta cuestión que apunte a su marcha. Será, en todo caso, una decisión personal del lehendakari.

Los partidos y sus estrategias

Todas las encuestas apuntan a que PNV y PSE repetirían casi milimétricamente su holgada mayoría en caso de celebrarse elecciones vascas. Asimismo, lo previsible es que EH Bildu refuerce su posición como segunda fuerza más votada en detrimento de Podemos. Y en el espacio del centroderecha, los sondeos dicen que PP+Cs seguirían más o menos como están y Vox mantendría su escaño en la Cámara vasca.

Sobre la base de esas encuestas y del panorama político marcado por la crisis económica derivada de la guerra, los diferentes partidos construyen sus estrategias. A grandes rasgos, el PNV mantiene su apuesta de profundizar en el autogobierno pero sin estridencias. El PSE, con el nuevo liderazgo de Eneko Andueza, marca perfil y han aumentado sus roces con sus socios jeltzales, pero sin peligro de ruptura.

En Bildu continúan con su estrategia de izquierdizarse para quedarse el espacio de Podemos. No por casualidad hace unos días Miren Gorrotxategi, líder de los morados, decía que Bildu se ha "podemizado". Está por ver cómo evoluciona el PP vasco con el impulso de la nueva presidencia de Alberto Núñez Feijóo y cómo afecta eso a su relación tirante con los socios de Cs y a su rivalidad con Vox.

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