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El PNV 'se venga' de Sánchez con la reforma laboral mientras espera el ingreso mínimo

Los peneuvistas insisten en su presión: solo aprobarán el texto si incluye la prevalencia de los convenios autonómicos. Castigan así al Gobierno por incumplir sus acuerdos

El PNV advierte a Escrivá: si quiere "una relación amistosa, ya puede ponerse las pilas"
El portavoz parlamentario del PNV, Aitor Esteban. Europa Press

El Partido Nacionalista Vasco (PNV) sigue en sus trece respecto a la reforma laboral del Gobierno. Votará en contra si el texto no recoge la prevalencia de los convenios autonómicos. Claro que en este tira y afloja también influyen otros aspectos relevantes como la cesión definitiva del Ingreso Mínimo Vital que el Ejecutivo de Pedro Sánchez todavía no consuma tras cerrar un acuerdo con los peneuvistas meses atrás.

Entre las fuerzas políticas vascas cunde la sensación de que finalmente los jeltzales facilitarán la reforma laboral, aunque sea con una abstención de Aitor Esteban y sus cinco compañeros en el Congreso. Y encuadran lo que está pasando como un ejemplo más de la desconfianza genera el presidente del Gobierno en el seno del PNV. Al decir de las fuentes consultadas, los nacionalistas insisten en su conocida presión en esta materia precisamente como una suerte de castigo a Sánchez por los continuos incumplimientos en otros temas, entre los que destaca el ya mentado contencioso sobre el ingreso mínimo.

Una suerte de vendetta que, sea como dicen o sea menos intensa, en todo caso evidencia el obvio malestar del PNV con un Ejecutivo que ha acordado y llevado a buen puerto numerosas cesiones, sí, y algunas de ellas importantes, como Prisiones, también, pero que no se decide por tramitar el ingreso mínimo y que no avanza tanto como promete en otros temas fundamentales para los nacionalistas como el Tren de Alta Velocidad (TAV).

Los roces han sido muchos en los últimos tiempos a pesar de que el Gobierno repita que el PNV es su "socio prioritario"

Tal y como ya informó Vozpópuli semanas atrás, en Sabin Etxea y en Ajuria Enea no logran entender por qué el Ejecutivo se demora tanto tiempo en cumplir los compromisos ya cerrados y hasta presentados en sociedad. No les parece serio cómo actúa Sánchez. Y, de hecho, los roces han sido muchos en los últimos tiempos a pesar de que el Gobierno repita que el PNV es su "socio prioritario".

Del resquicio abierto al portazo en 24 horas

En todo caso, más allá de la salud del pacto entre los socios y de otros incumplimientos, lo cierto es que el Gobierno todavía no ha convencido a los peneuvistas en materia laboral. El PNV lleva semanas diciendo lo mismo. Pone solo una condición: en el decreto de la reforma laboral debe mencionarse que prevalecen los convenios autonómicos sobre la ley nacional. Ese es su requisito indispensable.

En ese contexto, este mismo martes el presidente jetlzale, Andoni Ortuzar, abría la posibilidad de respaldar la reforma laboral incluso aunque el decreto no incluya esa mención pero siempre y cuando el Ejecutivo fuera capaz de "encontrar otros mecanismos con los que, de manera legal, se den suficientes garantías" de protección al "marco vasco de negociación colectiva. Para ello pedía al Gobierno "un poquito de imaginación, flexibilidad y pedagogía" con la patronal, que como es sabido repite que no quiere quitar una coma de su acuerdo.

La solución imaginada por el Gabinete del PSOE y Unidas Podemos no surtió efecto. Del resquicio abierto al portazo en 24 horas. Porque este miércoles, en declaraciones Europa Press, fuentes de la dirección del PNV expresaban un "no rotundo" a la vía de la modificación del Estatuto de los Trabajadores propuesta por el Gobierno para blindar los convenios autonómicos y lograr así su apoyo a la convalidación del decreto de reforma laboral.

¿Habrá otra vuelta de tuerca antes de la votación del 3 de febrero? ¿Hay tiempo para el acuerdo? Claro que sí. Pese a las presiones del PNV con declaraciones públicas, continúan las negociaciones entre ambos socios. Es probable, como ya se ha dicho, que haya otro acuerdo in extremis sobre la reforma laboral. Eso sí, los peneuvistas tienen claro que sin ingreso mínimo, no habrá nada.

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