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País Vasco

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PNV vs PSE: la actitud de Sánchez con Urkullu agrieta las relaciones entre socios

La última callada por respuesta del presidente del Gobierno al 'lehendakari' causa malestar en las filas peneuvistas. El PSE insiste en que el Ejecutivo autonómico dispone de herramientas jurídicas suficientes

Sánchez niega a Urkullu sus demandas por la obligatoriedad de las mascarillas
Pedro Sánchez e Íñigo Urkullu en el Palacio de la Moncloa.

El lehendakari, Íñigo Urkullu, siempre mide mucho -acaso demasiado- el tono y el fondo de sus palabras. El pasado jueves, cuando compareció para anunciar nuevas restricciones contra la pandemia, mostró su obvio desagrado con Pedro Sánchez después de que este último hiciese caso omiso a su petición de mantener la obligatoriedad de la mascarilla. Afirmaba que el problema era que no había recibido "respuesta" por parte del presidente del Gobierno, por lo que tenía "un estado de ánimo no positivo" respecto a la "dinámica" entre ambos. Los ánimos empiezan a ser también negativos entre los socios del Gobierno vasco, PNV y PSE.

Si, tal y como ya contó Vozpópuli, el cambio de gobierno había descolocado al PNV, lo sucedido esta semana ha aumentado las suspicacias, al provocar un evidente malestar entre los jetlzales. En las filas peneuvistas sienten que el jefe del Ejecutivo no está siendo leal con ellos. La callada por respuesta de Sánchez a Urkullu es otro detalle que no ha sentado bien en Sabin Etxea, donde siempre son tan cuidadosos con los procesos negociadores.

Lo que piensan en el PNV lo expresó claramente su presidente, Andoni Ortuzar, que mide bastante menos que Urkullu el tono de sus declaraciones: "Cada día debemos vencer una incomodidad para seguir prestando apoyo al Gobierno de Sánchez. A veces, parece que opera como si tuviera mayoría absoluta y los demás debemos dar los votos por pleitesía". Por ello, llegaba a decir en una entrevista en la Cadena SER que "Sánchez cansa" con esa actitud de no contar con sus socios.

Una cómoda mayoría

No puede olvidarse que en el País Vasco PNV y PSE gobiernan juntos con una cómoda mayoría absoluta. A priori, las desavenencias entre Urkullu y Sánchez o entre los grupos parlamentarios de PSOE y PNV en el Congreso no tendría por qué afectar a las relaciones de los dos socios de gobierno. Sin embargo, las relaciones se están agrietando estos días. O, al menos, eso es lo que parece escuchando lo que dicen unos y otros.

Sin ir más lejos, este viernes el líder del grupo parlamentario del PSE-EE y secretario general de los socialistas guipuzcoanos, Eneko Andueza, afirmaba -como respuesta por las críticas del PNV al Gobierno central por el incumplimiento de acuerdos con la formación nacionalista- que, "en circunstancias concretas, le gusta elevar el tono y tener un protagonismo en la esfera política que no siempre tienen".

El propio Andueza defendía el día anterior la actitud de Sánchez y afirmaba que el Gobierno vasco tiene "herramientas suficientes" y seguridad jurídica para tomar medidas contra la covid-19 sin necesidad de que el Gobierno central tenga que hacer caso a las demandas de los nacionalistas. Para este destacado dirigente del PSE, en todo caso, "las aguas volverán a su cauce" entre ambos socios.

Lo cierto es que, declaraciones aparte, a Urkullu y los suyos no les está gustando la forma de actuar de Sánchez. Ni en el tema de la gestión de la pandemia ni en otros como la trasferencia del Ingreso Mínimo Vital. Se sienten ninguneados por alguien de quien esperan un trato preferente. Y, como respuesta, no es descartable que en las próximas semanas pisen el acelerador con su propuesta de reforma de Estatuto de Gernika, donde saben que el PSE se siente más incómodo. Socios bien avenidos, sí, pero cada uno con su estrategia propia.

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