¿Qué fue de Ibarretxe? El exlehendakari renace defendiendo el 'procés' de Cataluña

Juan José Ibarretxe (Llodio, Álava, 1957) desapareció de la primera línea política tras perder su puesto de lehendakari en 2009. Aunque lideró el gobierno vasco durante tres legislaturas y diez años, se le recuerda por el célebre plan independentista que lleva su nombre, que naufragó en el Congreso en 2005 y que, de paso, acabó provocando que el propio PNV cambiase el rumbo para ser comandado por Íñigo Urkullu y Josu Jon Imaz. El político no ha cambiado sus convicciones y en los últimos meses parece haber renacido en su defensa de la causa separatista, tanto la vasca como la catalana.

El ex lehendakari no concede entrevistas y apenas publica mensajes en las redes sociales, pero sí se prodiga en actos a favor de la independencia de Euskadi... y de Cataluña. El último acto público en que se le vio se produjo a principios de junio, cuando participó  junto al presidente del Parlament catalán, Roger Torrent, en un acto organizado en Vitoria por la plataforma soberanista Gure Esku Dago. 

"Los pueblos vasco y catalán"

En ese marco, Ibarretxe dijo que "hace 2000 años no existían estados nación" como el de Francia o España, "pero existíamos el pueblo catalán y el pueblo vasco". Y agregó que "no sé si dentro de 2000 años Francia seguirá siendo como es, o si el Estado español seguirá siendo como es, pero estoy convencido de que existirán el pueblo vasco y el catalán". 

La vinculación del ex dirigente del PNV con la causa catalana también quedó al descubierto cuando el pasado mayo acudió como público al juicio sobre el procés en el Tribunal Supremo. Ese día su presencia, con txapela incluida, sorprendió a los periodistas y curiosos presentes en el Alto Tribunal, pero no tanto a quienes conocen su fuerte implicación con el soberanismo catalán.

Con Mas, Torra y Puigdemont

A finales de 2017 publicó numerosos mensajes de apoyo al procés y sus líderes. En los últimos años ha compartido actos también con Quim Torra y con Artur Mas, entre otros. En octubre de 2018 viajó hasta Waterloo para visitar a Carles Puigdemont, justo en el primer aniversario de la huida del ex president de la Generalitat. 

Apartado de los focos en el País Vasco, acaso arrumbado por sus propios compañeros de filas, parece haber renacido políticamente gracias a lo que pasa en Cataluña. Pero no se ha olvidado, ni mucho menos, de su condición de abertzale. Porque también es una de las caras visibles de la plataforma Demokrazia Bai, que trabaja para alumbrar "un nuevo estatus para el País Vasco" y más autogobierno para Navarra. 

Director del Centro Lehendakari Agirre...pero lejos del PNV

Más allá de estas apariciones públicas, el ex lehendakari dirige el Agirre Lehendakaria Center (ALC) que es, según se explica en su propia página web, "un centro de estudios interdisciplinares en el marco de las Ciencias Sociales, vinculado a la Universidad del País Vasco UPV/EHU y a su campus de excelencia (Euskampus)" que se desarrolla en colaboración con varias universidades norteamericanas. 

También este organismo asegura que Ibarretxe compagina la dirección con "sus labores de profesor de Economía en la Universidad Interamericana de Puerto Rico". Y con su activismo a favor del procés catalán. 

Más allá de los cargos y de su continua implicación independentista, sea en Euskadi o en Cataluña, lo que más llama la atención es la distancia entre el ex lehendakari y el partido de sus amores. Porque en el País Vasco todos saben que Ibarretxe no cabe en el PNV actual. El fracaso del 'plan Ibarretxe' en el Congreso en 2005, su abandono de la primera línea en 2009 y, sobre todo, su insistencia en la vía independentista lo han alejado de quienes cortan el bacalao en el partido hegemónico. 

La generación de los citados Imaz y Urkullu y del todopoderoso presidente del partido, Andoni Ortuzar, no quiere al ex lehendakari en primera línea. Consideran que su postura política está hoy más cerca de la izquierda abertzale que de las tesis peneuvistas. Y lo desdeñan como desdeñaron al fallecido Xavier Arzalluz. Porque en el PNV siempre se cumple la teoría de las dos almas, la más pragmática y la más independentista: cuando una manda, la otra queda apartada.