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España

La PAH se parte en dos en Madrid entre acusaciones de servilismo político pro Carmena

Imagen de archivo de una acción de la PAH

Busquen PAH Madrid en Twitter. Encontrarán dos cuentas de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca de Madrid. Son muy similares, salvo por dos detalles. Una, la más antigua, enlaza a la web de siempre de la asociación y especifica su localización, en la calle Francisco Silvela de la capital. La otra añade un "Oficial" a su nombre, y sitúa la sede en San Cosme y San Damián. Son diferencias mínimas, tras las que se esconde el hecho de que la PAH se desangra dividida en dos. Es la nueva realidad del movimiento en el que, en su día, participó tan activamente la hoy alcaldesa de Barcelona, Ada Colau: una misma -en teoría- lucha y dos sectores irreconciliables, al menos (o por ahora) en Madrid. Ambos mantienen el nombre, y mientras el primero (el de Francisco Silvela) tiene la legitimidad de figurar en el registro de asociaciones, el otro tiene la de la Coordinadora de Vivienda de Madrid, que ha expulsado a los primeros del movimiento. 

La referencia a Colau no es baladí, porque los "expulsados" aseguran que detrás de los motivos esgrimidos para echarlos está, en realidad, acallar cualquier crítica a los nuevos ayuntamientos cercanos al movimiento, como el de Barcelona o Madrid tras la llegada a la alcaldía de Colau y Manuela Carmena. "Algunas personas han aprovechado la PAH para sacar alcaldías o sentarse en el Congreso. Esto ha empezado en Madrid, pero es un problema estatal", sostiene Luis Chamarro, presidente de la PAH que reúne cada viernes unas cien personas en la calle Francisco Silvela, con unos 1.200 casos abiertos en total, según dicen. "El problema de fondo es que no querían que tocáramos el Gobierno de Carmena", afirma. Esta PAH ha sido muy combativa con la Oficina de Intermediación Hipotecaria, constituida por el Gobierno de Ahora Madrid "para lograr el acuerdo de Gobierno con el PSOE", según Chamarro, y en la que están presentes los notarios, para ellos parte implicada en el problema de la vivienda. "Para nosotros es dramático. A la propia Carmena le dije yo un día: 'La traición es lo que duele, que lo hayan hecho ustedes'".

[Pinche aquí para consultar el documento de la PAH (San Cosme y San Damián) sobre la expulsión]

"¿Qué pasa, que ahora hemos cambiado nuestra lucha y unos ayuntamientos son más amigos que otros?"

"Querían hacernos callar. Que no tuviéramos voz propia, que no habláramos de temas que alteraran la 'paz' municipal", continúa Chamarro. Desde el otro lado, la sede de la PAH 'oficial' de San Cosme y San Damián (unos 200 afectados, señalan), se defienden. Y atacan. Marga Rivas niega la mayor: "Se han autoexcluido. Llevábamos un año intentando que rotaran los cargos de la asociación [presidida por Chamarro] y se están saltando los principios básicos de las PAH, como la gratuidad o el apartidismo. Es público que entre sus filas hay un constructor que fue en listas del PSOE, un miembro del Partido Comunista, una vocal... Aquí somos afectados", señala, subrayando que esta misma semana ellos también han emitido un comunicado contra el Ayuntamiento de Madrid por el polémico Reglamento de Vivienda: "Hasta ahora en la Coordinadora hemos intentado siempre negociar, tanto con el Ayuntamiento (Ahora Madrid) como con la Comunidad (PP). Pero nos están toreando. En el reglamento han echado todas nuestras alegaciones por tierra".

Acusaciones de mercantilismo y 'golpe de Estado'

El de afectados vs activistas o militantes es un argumento utilizado por ambas partes. En San Cosme y San Damián, sin embargo, esgrimen un añadido: "En Francisco Silvela se está cobrando a los afectados. Algunos nos lo han contado, y tenemos además el testimonio de uno de sus miembros, que dijo, delante de mí y de otras personas, que él gratis no hace nada. Y en un acompañamiento a un banco, a un compañero le dijo: 'No seas tonto, coge el dinero, que yo cobro'", según sostiene Rivas. "Les interesa seguir captando afectados para continuar con su negocio. Por eso tienen secuestrada la página web, el correo, la cuenta corriente...", añade.

[Pinche aquí para consultar el documento de la PAH (Francisco Silvela) al respecto de su expulsión]

Este periódico ha intentado ponerse en contacto con la persona aludida, sin resultado antes del cierre del reportaje. A falta de su testimonio, está, entre otros, el de Olga, que lleva poco más de un año con la ayuda de la PAH, ahora desde Francisco Silvela: "Nunca han intentado cobrarme, ni lo he oído en ningún caso. Y si hubiera cosas raras las denunciaría, porque no tengo nada que ocultar". "No se cobra jamás", recalca María -también de este sector, y perteneciente a la PAH casi desde su inicio, en 2011-. Y añade: "¿Qué pasa, que ahora hemos cambiado nuestra lucha y unos ayuntamientos son más amigos que otros? Ha habido una especie de 'golpe de Estado'".    

La situación actual se resume bien en una frase de María: "En el Ayuntamiento, cuando intento hablar con ellos, me dicen que ya han hablado con la PAH. ¿Pero con qué PAH?". Y una sensación, esta sí, compartida por ambas partes: la tristeza. "Es lamentable. Lo que hay detrás es acabar con un movimiento que ha logrado dar en el corazón del sistema", asegura Feli Velázquez, de la PAH de Francisco Silvela. Es necesario aclarar que el nombre de su compañera María no es real: al poco de la entrevista, pide que no se cite, y explica: "Hay mucha amistad con unos y con otros. No quiero estar implicada en esta guerra. No puedo aguantar".

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