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España

La pirueta de Oriol Amat: de cobrar de la CNMV a la lista independentista de Mas

El exconsejero de la CNMV Oriol Amat, número siete en la lista de Mas.

Hay saltos profesionales difíciles de explicar y uno de ellos lo protagoniza estos días el economista Oriol Amat, recién fichado para la candidatura Juntos por el Sí en el puesto número 7 de Barcelona. Nada tendría de extraño si no fuera porque Amat trabajó hasta el mes pasado como consejero de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), responsabilidad a la que llegó en junio de 2011 gracias a los buenos oficios de la exvicepresidenta económica Elena Salgado durante la etapa final de José Luis Rodríguez Zapatero en el Gobierno. ¿Una candidatura independentista que defiende una Agencia Tributaria como la sueca y una ética ciudadana como la de los países nórdicos, puede permitirse tener en ella a alguien que hasta hace pocos días ha estado enganchado a la teta del Estado?, se preguntan algunos parlamentarios conocedores de la trayectoria profesional del economista catalán.

El modelo nórdico que tanto gusta a Convergencia no cuadra en el ejemplo de Amat, aseguran sus detractores

Amat ha cobrado en el regulador 120.000 euros anuales como consejero externo, dinero que durante su mandato de cuatro años, casi medio millón de euros en total, salió de los presupuestos del Estado que ahora él mismo se prepara para combatir desde la candidatura secesionista. Durante su desempeño en la CNMV intentó mantener un perfil relativamente plano, muy apegado a su formación académica, tanto que en su currículum ha decidido omitir su paso por el regulador. Eso sí, recuerdan algunos profesionales atentos a su recorrido, “el personaje es el prototipo de conservador individualista que puede votar sin complejo medidas como la reforma laboral, la restricción de derechos a los inmigrantes o la reducción de servicios públicos”.

Amat es catedrático de Economía Financiera y Contabilidad de la Pompeu Fabra, presidente del Registro de Expertos Contables y asiduo visitante de escuelas de negocios europeas, americanas y asiáticas. Siendo todavía consejero de la CNMV, defendió el año pasado que la independencia de Cataluña no generaría problema alguno ni para la economía catalana ni para sus empresas. Algunas de sus opiniones al respecto están recogidas en el libro Economía de Cataluña, en el que se aborda el impacto económico de la conversión de esta comunidad en Estado independiente.

La CNMV todavía no ha cubierto la vacante de Amat, tarea que le corresponde al ministro de Economía, Luis de Guindos. Sí ha tapado, en cambio, las dos vacantes que como consejeros externos dejaron en el último año y medio Luis Pedroche y Ana Isabel Fernández, sustituidos por  Juan Manuel Santos-Suárez, expresidente de Avalmadrid y por la exdirectora de la Agencia Tributaria Beatriz Viana.

El caso de otro economista prestigioso, Germà Bel

Si el fichaje de Amat como número 7 de la lista soberanista por Barcelona ha sido una sorpresa, el del economista Germà Bel como número 1 por Tarragona no lo ha sido menos. Bel estuvo a punto de convertirse en portavoz de economía del Grupo Parlamentario Socialista cuando Zapatero ganó el congreso de su partido en 2000, pero el puesto se lo arrebató Jordi Sevilla, hoy a las órdenes de Pedro Sánchez. En su etapa de oposición, Bel estuvo muy unido a la exdiputada María Teresa Costa, licenciada en económicas por la Universidad de Barcelona, que con la llegada de Zapatero al Gobierno se convirtió en presidenta de la Comisión Nacional de la Energía (CNE). Al quedar orillado como diputado, Bel marchó con su mujer a estudiar a Estados Unidos y más tarde acentuó su labor docente por prestigiosas universidades, hasta que hace dos años fue integrado por la Generalitat en el Consejo Asesor para la Transición Nacional, el faro desde el que Mas guía su ruta hacia la independencia.

Economía todavía tiene sin cubrir la vacante dejada por el economista catalán en la CNMV

Las diferencias entre Amat y Bel son notables, entre otras razones porque “mientras el segundo ha sido bastante coherente en sus planteamientos”, el primero “siempre se ha presentado como un académico exquisito, contrario a los tejemanejes típicos que han impedido que los reguladores sean independientes. Al final, después de creerse que estaba por encima de la melée, ha ido a caer muy bajo”, refieren las fuentes.

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