La OCU explica el problema de la subida de precios en los supermercados: ni carne, ni pescado, ni fruta...

La OCU ha publicado un informe este lunes 16 de octubre sobre cómo ha afectado la subida de precios en la compra de los españoles. Y es que España se encuentra inmerso en una situación económica de lo más compleja. El incremento del IPC que ha lastrado la salud financiera de los españoles, los precios de los alquileres y unos sueldos que siguen congelados sin su respectiva subida por la inflación, son algunos de los factores que ha llevado a nuestro país a la inestabilidad de prácticamente toda la sociedad.

Aquí es donde entra en juego la OCU. La Organización de Consumidores y Usuarios se fundó en el año 1975 con un objetivo claro entre ceja y ceja: salvaguardar los derechos de los españoles y erradicar los abusos de las multinacionales. Para ello, la entidad publica diariamente un sinfín de artículos e informes sobre temáticas de interés social, desde la mejor cerveza de marca blanca que puedes comprar en los supermercados españoles, hasta consejos para ahorrar durante tu vida laboral y no tener que depender única y exclusivamente de la pensión del estado.

Casi 50 años han pasado desde que la OCU dio el pistoletazo de salida y gracias a su esfuerzo y compromiso se ha ganado el respeto de todo el gremio, hasta el punto de convertirse en una fuente fiable de información. Y es que no sale, produce sus clásicas lista de la compra de gran utilidad para la ciudadanía, sobre todo para saber cuál es el supermercado al que deberíamos acudir, sino que se centra en dar voz a aquellos que no la tienen denunciando la Atención Primaria de nuestro país, con el fin de mejorarla.

Contra todo pronóstico, la organización ha querido entrar en un tema de lo más peliagudo: la subida de los precios de los alimentos. En los últimos 12 meses el precio de la alimentación ha subido más de un 10%, un incremento que se ha hecho notar y que, si se analizan los datos, nos dan respuesta en relación con el comportamiento de los usuarios de las principales cadenas españolas y los productos que se han visto afectados.

La OCU explica el problema de fondo: menos cantidad y de peor calidad

"La espectacular subida del precio de los alimentos se deja sentir, y mucho, en los hogares españoles: son mayoría los que optan por comprar (y consumir) menos cantidad de alimentos tan básicos como el pescado, la carne o el aceite, o bien se decantan por otras opciones. Aunque una buena dieta no tiene por qué estar integrada por los alimentos más caros, es inadmisible que algunos productos sean un artículo de lujo para muchas familias", explica la OCU.

Y no le falta razón. La subida exponencial de los precios ha hecho que las personas opten por otras opciones más económicas, que no siempre es sinónimo de peor calidad. Un ejemplo claro es el aceite de oliva. La mayoría de usuarios, al ver el litro a casi 10 euros, toman la decisión de comprar la botella de aceite de girasol. Un tema puramente económico, pero que al mismo tiempo está afectando gravemente a los agricultores y a los pequeños comercios.

Ante la disyuntiva que se presenta, la OCU ha querido realziar un estudio con las 6 grandes categorías de alimentos básicos: aceite de oliva, carne, pescado, verduras, frutas y lácteos. "Preguntamos a una muestra de más de 1.500 usuarios, representativa de la población española, si de alguna manera la subida de precios habría llegado a cambiar sus hábitos de compra".

La respuesta era evidente: sí. Cerca un 80% de la población a la hora de hacer la lista de la compra ha comprado menos de las 6 grandes categorías previamente nombradas. De hecho, la OCU confirma que "un 23% incluso afirma que había modificado sus hábitos de compra y consumo de esos seis productos básicos incluidos (carne, pescado, aceite de oliva, fruta, verdura fresca y lácteos)". Tan solo un 16% afirma no haber modificado sus hábitos respecto a ninguno de esos productos básicos.

¿Cuál es el alimento que la gente ha dejado de comprar? El pescado. Este alimento se ha vuelto en un artículo de lujos. Un 60% compra ahora menor cantidad de pescado y un 19% opta por comprar pescados de menor calidad. Una realidad que, por el momento, no tiene una solución viable a corto plazo y que la propia OCU ha expuesto.