Nicotina, de enemigo público a potencial arsenal contra demencia y covid persistente

La palabra nicotina suena al ruido de los grilletes del condenado a muerte. Es la sustancia con peor fama del planeta, asociada siempre al tabaco y al cáncer. Pero lo cierto es que a la nicotina le pasa un poco como a Batman, que todo el mundo cree que es el problema de la ciudad cuando en realidad puede ser la solución. Y es que muchos falsos mitos rodean a una sustancia que no es cancerígena y que lleva siendo consumida cientos de años por culturas ancestrales. Es más, hay beneficios reconocidos científicamente en la nicotina, que está siendo investigada como posible arsenal terapéutico contra la demencia e, incluso, la covid persistente.

Así lo han defendido los participantes en el Global Forum on Nicotine (GFN), que ha transcurrido estos días en Varsovia (Polonia). El estigma que ha rodeado siempre a la nicotina ha impedido que se investigase a fondo todo su potencial a nivel médico. Es un proceso que está comenzando en los últimos años, al mismo ritmo que se desarrollan alternativas al cigarrillo.

Uno de los invitados a este congreso científico ha sido Paul Newhouse, director del Centro de Medicina Cognitiva del Departamento de Psiquiatría en la Universidad de Vanderbilt (Estados Unidos). Una de sus principales áreas de investigación ha sido la utilización de la nicotina en casos de demencia y desorden cognitivo. "Seguimos aprendiendo cómo la nicotina funciona en el cerebro. En los últimos años se ha hecho un esfuerzo para desarrollar fármacos neurológicos a partir de la nicotina, extrayendo la sustancia del tabaco para tratar la pérdida de memoria", ha explicado.

Newhouse ha mencionado varias aplicaciones de la nicotina que resultan de lo más desconocidas, como por ejemplo, su combinación con "tecnología magnética para potenciar la memoria. Estamos haciendo un estudio al respecto que estará listo en 5 meses. Además, estamos analizando su potencial terapéutico para tratar los problemas asociados con el covid persistente". Otro de los usos que se está estudiando, tal y como ha mencionado en la conferencia 'Benefits of nicotine' es el de su potencial aplicación para curar la sordera producida por el avance de la edad. Este psiquiatra defiende que la nicotina optimiza el trabajo cerebral y anima a sus colegas psiquiatras a comenzar un estudio sobre la esquizofrenia utilizando vapeadores.

Junto a él ha participado en la ponencia Michelle Minton, miembro senior del Competitive Enterprise Institute en los Estados Unidos, un think tank especializado en el juego y las drogas. "La nicotina tiene beneficios, entre ellos, te permite lidiar con el mundo. Hay una tonelada de evidencia científica sobre los aspectos positivos de esta sustancia".

Minton ha apelado al uso que hacen de la nicotina las sociedades más antiguas del planeta: "En regiones indígenas de Sudamérica se lleva utilizando el tabaco desde hace cientos de años. Obviamente, sin las sustancias dañinas que contienen los cigarrillos. ¿Qué hacen estas tribus que los científicos tienen que entender ahora? El resto del mundo no sabe que hay países y culturas que llevan usando siglos el tabaco. Es curioso que necesitemos décadas de estudio para acabar presentando la nicotina en formato farmacológico, obviando lo que culturas tradicionales llevan años utilizándola para su salud espiritual".

Salud Pública vs Nicotina

En países como España, el Ministerio de Sanidad ha declarado la guerra a los productos con nicotina, incluidos aquellos que no contienen las sustancias más dañinas de los cigarrillos tradicionales (vapeadores, tabaco calentado). Esta estrategia de las autoridades en Salud Pública ha sido también discutida en el panel de expertos, existiendo consenso en que la prohibición nunca ha de ser el camino.

Sud Padwardhan, médico especializado en adicción al tabaco, ha subrayado que hay que desligar el concepto nicotina del concepto tabaco: "El beneficio potencial de la nicotina es claro, especialmente si conseguimos retirar la nicotina de las sustancias perniciosas del tabaco. Existe la creencia extendida de que es la nicotina del tabaco la que produce cáncer y no es así. Hay que concienciar. La prevención es el camino, no la prohibición".

En el mismo sentido, Riccardo Polosa, profesor de Medicina Interna en la Universidad de Catania (Italia), ha señalado que como médico, se dio cuenta muy pronto del problema del tabaco y percibió enseguida las posibilidades de las estrategias de reducción del daño. "Con estas estrategias podemos mantener el placer por fumar, esa relación emocional con el producto, pero haciendo mucho menos daño al organismo", ha indicado.

Minton concluye que las autoridades de Salud Pública no se molestan en "estudiar por qué sus pacientes se comportan de cierta manera, solo quieren que dejen la sustancia y ya está. No somos una colección de partes del cuerpo, tenemos el derecho a elegir sobre nuestra salud y optar por el autocontrol. No puedes tener bienestar si eres infeliz. Los servicios de Salud Pública pueden dar consejos, obviamente, pero no pueden elegir cómo tiene que vivir la gente".