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España

La 'NASA' catalana quiere su propio sistema de satélites para que España no espíe sus comunicaciones

El conseller Jordi Puigneró

El Gobierno de la Generalitat anunció, en plena pandemia, su plan para lanzar su red de nanosatélites al espacio y crear una Agencia Espacial Catalana. Se trata de un mercado en eclosión que podría generar, según los cálculos del Govern, más de 1.500 nuevos empleos. Además, también serviría para avanzar hacia la “república digital” que el consejero de Políticas Digitales, Jordi Puigneró, se comprometió a desarrollar.

Según advierten fuentes conocedoras de la operación a Vozpópuli, este sistema propio de satélites tendría como finalidad ulterior que el Ejecutivo autonómico pueda tener su sistema de comunicaciones que escape al control del Estado. Y, de este modo, si en un futuro se vuelven a dar las condiciones para proclamar la independencia, disponer previamente de un sistema de comunicación propia.

Se trataría, en definitiva, de una “estructura de Estado” más para avanzar en el objetivo de la independencia. Pero antes de llegar a esa meta -de largo plazo- es útil para irrumpir en el mercado emergente del llamado New Space, que ha abaratado los costes de enviar satélites al espacio al estandarizar sus componentes con estructuras previamente diseñadas y representa "una oportunidad de negocio", según explican desde el Colegio Oficial de Ingenieros Aeronáuticos de España a instancias de este medio.

“Es una oportunidad nueva de negocio que se ha abierto en el mercado. El CubeSat ha permitido hacer satélites con una estructura sencilla, como una suerte de Lego. Cualquier persona con pequeños conocimientos pueden empezar a desarrollar sus propios satélites. Es un campo con un enorme potencial”, abundan.

El conseller Puigneró aseguró que la futura 'constelación' de satélites, en la que participan las empresas Open Cosmos y Sateliot, recibirá una inyección de 18 millones de euros en cuatro años y servirá para proyectos de observación y seguimiento de incidentes meteorológicos o de contaminación atmosférica así como para mejorar la conectividad, de la mano del 5G y del Internet de las Cosas. Zonas como los Pirineos, que tienen una baja conectividad, pasarían a estar mejor conectadas.

Esperan, además, que la inversión inicial quede totalmente amortizada al calcular que el sector generará una facturación de 300 millones de euros en tres o cuatro años. Es decir, más allá de un uso partidista con fines separatistas es una apuesta para que Cataluña sea una referencia en este mercado en eclosión.

Evitar el control del Estado

Las comunicaciones que tiene un país están reguladas por ley y se emiten por ondas. En España, el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, a través de la secretaría de Telecomunicaciones, es quien otorga las frecuencias a las operadoras para que puedan dar servicios de llamadas y de otra índole. Las comunicaciones y espectros de ondas a utilizar están reguladas por organismos internacionales y estatales para asegurar la coexistencia de la totalidad de los servicios sin interferencias y garantizar un uso eficiente del mismo.

En el caso de la "vía por satélite" se complican las cosas, explican las fuentes consultadas. Las llamadas de este tipo se suelen realizar desde puntos donde la cobertura es muy baja o no hay repetidores y la única forma de comunicarse es vía satélite. Esta vía tiene su espectro de radiofrecuencia (sus propios anchos de banda) y sus comunicaciones van cifradas.

Estas peculiaridades la convierte en una vía idónea para aquellos que buscan eludir las leyes. De hecho, explican los expertos, es la que utilizan “narcotraficantes y terroristas”. A través de unos dispositivos telefónicos que funcionan con sus propios satélites con el fin de que las autoridades no puedan interceptar sus llamadas. “Cada vez es más fácil y barato lanzar satélites con tu propio sistema de encriptación y tener teléfonos especiales, satelitales, para tener tu línea de conexión fuera de la ley", añaden.

Si el Ejecutivo catalán finalmente llevará hasta sus últimas consecuencias un nuevo desafío contra el Estado solo deberá disponer de sus propios teléfonos que comuniquen a través de sistema de satélites propio. Las fuentes consultadas sostienen que no es una hipótesis rocambolesca. Durante los años más álgidos del procés, los dirigentes del entonces Ejecutivo catalán disponían de unos móviles con "seguridad militar" y blindados de interferencias externas.

Esa comunicación paralela fue útil para llevar a cabo las gestión de las urnas para el referéndum ilegal del 1 de octubre burlando a los servicios de inteligencia. La nueva red de satélites sería solo un paso más hacia esa independencia de facto del sistema de telecomunicaciones estatal.

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