España

Mónica García se impone a Íñigo Errejón en la carrera por ser ministro en otra coalición con el PSOE

Ambos tienen "legítimas aspiraciones" a ocupar tan alto puesto. Pero decidirá Yolanda Díaz y, en última instancia, Pedro Sánchez. Aunque la política madrileña tiene casi todas las papeletas

Mónica García e Íñigo Errejón en una imagen de archivo.
Mónica García e Íñigo Errejón en una imagen de archivo. EUROPA PRESS / Alejandro Martínez Vélez.

En la izquierda madrileña hay dos pesos pesados: Mónica García e Íñigo Errejón. Y ambos están plenamente alineados con Yolanda Díaz y Sumar. Aunque al líder de Más País le costó al principio sumarse al carro de la vicepresidenta segunda en funciones, hoy se mueve para que esta le designe ministro. También Mónica García. Pero, según ha sabido este diario, la líder de la oposición en la Comunidad de Madrid tiene todas las papeletas. Yolanda Díaz se decantará por ella en caso de que termine formándose un nuevo Gobierno de coalición. Los dos, según fuentes de Sumar, tienen "legítimas aspiraciones" a ocupar tan alto puesto. Eso sí, en última instancia será Pedro Sánchez quien decida, ya que suya es la prerrogativa de nombrar y cesar ministros.

Fuentes del sector sanitario también apuntan que García suena con fuerza como sucesora de José Manuel Miñones, el actual ministro en funciones que sustituyó a Carolina Darias -quien a su vez reemplazó a Salvador Illa-. Esa cartera, sin apenas atribuciones y vacía de competencias con la salvedad de la gestión directa de los sistemas sanitarios de Ceuta y Melilla, podría pasar a manos de Sumar en una suerte de cambio de cromos con Igualdad, que ahora ostenta Irene Montero -número dos de Podemos-. Aunque las fuentes de Sumar consultadas explican: "Si supiéramos que vamos a tener Sanidad… aún [Mónica García] tendría números [para ser elegida]. Pero lo sabe Pedro Sánchez, no nosotros". En un sentido parecido se explica la propia García, consultada por este diario: "Solo son quinielas", apunta.

Mónica García, aliada desde el principio

En cualquier caso, lo que parece claro es que Díaz tiene en mente recompensar a una de sus aliadas más estrechas. Mónica García es una de las políticas de las que la jefa de Sumar gustó rodearse desde el principio, antes incluso de que arrancara su llamado proceso de escucha y desde que anunció su intención de liderar la izquierda en torno a un grupo político nuevo que superara a Podemos y enterrara la época de Pablo Iglesias como referente de todo lo que estuviera a la izquierda del PSOE.

Lo cierto es que en Sumar se ve tanto a García como a Errejón en el paquete de ministrables. Podemos, como ya contó este diario, está en alerta en previsión de que el jefe de Más País pueda ocupar un asiento en el Consejo de Ministros. Y aunque parece descartado, por si acaso, avisan a Yolanda Díaz de su precariedad parlamentaria: "Tiene dos escaños", sintetiza una fuente morada de peso en conversación con este diario. En caso de que Sumar cierre un acuerdo con el PSOE, corresponderá a su líder, Yolanda Díaz, designar a los ministros de su espacio. Y ahí tendrá que hacer malabares para mantener el equilibrio de poder interno.

Pendiente del poder interno

Cabe recordar que el reparto de fuerzas dentro de Sumar quedó así tras el 23-J: Movimiento Sumar, el partido nave, logró 10 diputados; Podemos, 5 al igual que IU y En Comú PodemCompromís, 2, como Más País, y Més y la Chunta Aragonesista, con 1 cada uno. La situación interna del grupo es, por tanto, una bomba de relojería que amenaza con reventar la dinámica de entendimiento en caso de que se den cuotas ministeriales a partidos con menos poder interno. Esa es una de las claves para entender por qué algunos exdirigentes de Podemos se lanzan a degüello contra Errejón y el alma de izquierda dócil que creen que representa.

Los morados han puesto el ojo en Íñigo Errejón y en Mónica García porque en Podemos ha habido, en efecto, cierto recelo por quiénes han pilotado la campaña de Sumar y quiénes han diseñado el programa electoral con el que Yolanda Díaz se sometió al examen de las urnas. Los morados han roto de facto con Sumar en busca de un tú a tú con el PSOE, ya que el resultado de las elecciones está por debajo de lo que logró Pablo Iglesias hace cuatro años, aunque la propia Díaz les recordó que ellos obtuvieron solo un millón de votos el 28-M. Pero Podemos tiene otro dilema: debe calibrar, según las fuentes consultadas, hasta dónde llevan su conflicto con Díaz.

Máxime si se reedita la coalición y Pedro Sánchez vuelve a articular un gobierno con Sumar, porque vista la experiencia de los últimos cuatro años se antoja difícil que la vicepresidenta segunda en funciones haga ministra a alguien de Podemos, aunque los morados lo piden, como ya piden formar parte de la comisión negociadora con el PSOE. Y es que en Sumar, las cabezas pensantes y el poder orgánico lo ocupan los comunes, Compromís y Más Madrid/País. En estos momentos es más probable ver a Mónica García como ministro que a Ione Belarra.

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