No hay una explicación oficial ante las dificultades que están encontrado España y Marruecos para la reapertura de las aduanas comerciales de Ceuta y Melilla, pero lo cierto es que este trámite -que debería empezar a cumplirse en estas fechas- no acaba de ver la luz. Una situación que asfixia los intereses económicos de las dos ciudades autónomas y que pone a prueba las relaciones entre Mohamed VI y Pedro Sánchez, aparentemente en dulce tras el reconocimiento de nuestro país de los planes de soberanía de Rabat sobre el Sáhara Occidental.
La reapertura de las aduanas comerciales entre España y Marruecos era, sin duda, uno de los puntos más frágiles en el acuerdo de cooperación bilateral que ambas partes suscribieron en la Reunión de Alto Nivel que se celebró en Rabat en febrero de 2023. Un encuentro que suponía cerrar heridas tras la grave crisis diplomática a ambos lados del Estrecho, tras la llegada del líder del Polisario a España para recibir tratamiento hospitalario y la posterior irrupción de miles de personas a Ceuta por vías irregulares.
Uno de los puntos que se abordó en dicha reunión -que abordó temas diplomáticos, económicos y de seguridad, entre otros- fue la reapertura de las aduanas comerciales. Con motivo de la pandemia del coronavirus, Marruecos cerró los accesos terrestres a Ceuta y Melilla. Han pasado más de cuatro años desde entonces y los tránsitos aún no han vuelto a la normalidad.
La situación atípica genera inquietud entre los comerciantes de las dos ciudades autónomas, toda vez que impide el paso de mercancía en ambos sentidos. Múltiples asociaciones empresariales y diversas esferas políticas presionan para que la aduana comercial vuelva a operar con completa normalidad, denunciando el desgaste que esta situación representa para los ceutíes y melillenses.
Problemas en la reapertura
Las aduanas debían entrar en pleno funcionamiento el pasado miércoles, después de que Marruecos y España perfilasen los pormenores técnicos -así lo esgrimen ambas partes- que han lastrado su reapertura. Pero no fue así. Desde el lado de la frontera marroquí se impidió el paso de sendos vehículos que transportaban mercancía, esgrimiendo razones burocráticas. Un gesto que ha puesto en alerta a unos escépticos comerciantes, que no tenían toda su confianza en que se confirmase la reapertura definitiva.
¿Cuál es la razón por la que aún no se ha encontrado la normalidad en las aduanas comerciales más de cuatro años después de su cierre? Es un hecho que estas fronteras suponen uno de los principales escollos en las relaciones diplomáticas a ambos lados del Estrecho. Marruecos mantiene sus aspiraciones sobre Ceuta y Melilla, y la normalización de los pasos fronterizos supondría el reconocimiento tácito de Rabat de la soberanía española en las dos ciudades autónomas; un punto que nadie niega en el plano internacional, pero que siempre es objeto de polémica en el reino alauí.
A mayor abundamiento, Mohamed VI aspira a obtener nuevas concesiones desde España. La gestión del espacio aéreo del Sáhara se gestiona desde Canarias, pero Rabat quiere asumir estas funciones como propias. El cierre de las aduanas comerciales de Ceuta y Melilla constituiría uno de los principales elementos de presión que Marruecos encontraría ante esta situación.
"Presidios ocupados"
Además, la presión fronteriza agudiza la crisis comercial en las ciudades autónomas, a las que desde Marruecos se les califica como “presidios ocupados”. Ese fue el término que empleó el Gobierno marroquí en una carta remitida al Consejo de Derechos Humanos de la ONU en octubre de 2022, negando en la misma la existencia de las fronteras terrestres entre España y Marruecos.
Una situación que enquista las relaciones diplomáticas a ambos lados del Estrecho en un momento en que Rabat y Madrid firmaban una épica de estabilidad. Uno de los ejes en torno a los que Pedro Sánchez ha articulado su política exterior en los últimos años se centra precisamente en Marruecos; no sin polémica, ya que el reconocimiento de los planes de soberanía sobre el Sáhara Occidental -giro de 180 grados respecto a la posición tradicional de España- se llevó a cabo de forma unilateral y sin consultar al resto de formaciones políticas.
Así, con las actuales trabas en la aduana comercial de Ceuta, Mohamed VI pone a prueba la confianza de Pedro Sánchez, cuando ambos países atraviesan una luna de miel diplomática… que también cuenta con episodios de tensión.