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España

La sarna y las reyertas se instalan en la cárcel de Soto del Real, la prisión de los VIP

El furgón en el que fue trasladado Bárcenas en julio de 2013 a prisión llega a Soto del Real (Madrid).

Por sus celdas han pasado, entre otros, Luis Bárcenas, Miguel Blesa y Francisco Granados. Aún ocupa una de ellas en el Módulo 10 el expresidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, donde desde hace poco también está 'alojado' el presunto testaferro de Rodrigo Rato, el empresario Alberto Portuondo. Es el Centro Penitenciario de Madrid V, situado en la localidad de Soto del Real y convertida en la cárcel de los VIP al ser la de referencia para los jueces de la Audiencia Nacional cuando tienen que encarcelar a algún imputado. Ahora es también la de la sarna y las reyertas. Así lo denuncia a Vozpópuli el sindicato Agrupación de los Cuerpos de Administración de Instituciones Penitenciarias (ACAIP), mayoritario entre los funcionarios de prisiones, después de detectarse recientemente un segundo brote de la enfermedad contagiosa y de que una nueva pelea multitudinaria entre bandas rivales acabase el pasado domingo con varios contusionados. ACAIP denuncia falta de medios para hacer frente tanto a la enfermedad como a episodios violentos, mientras que desde Instituciones Penitenciarias declinaron este lunes comentar la situación que se vive en esta cárcel.

ACAIP asegura que la decisión de Prisiones de concentrar en la cárcel de Soto del Real a los reclusos repatriados para que cumplan sus condenas en España está detrás de los brotes de sarna

El nuevo caso de sarna, una enfermedad cutánea que se propaga por un ácaro, se detectó el pasado 11 de agosto en el Módulo 7 de la prisión. El afectado era un recluso recién llegado de Venezuela, según las fuentes sindicales consultadas. Éstas destacan que ya a finales del año pasado se produjo un brote que entonces afectó a media docena de personas, entre ellas un funcionario. Entonces, el foco se localizó en presos trasladados a España desde este país sudamericano que terminaron transmitiendo el mal a otros internos que compartieron celda con ellos y, al menos, a un trabajador del centro. Hubo que aislar a varios de ellos y someterles a tratamiento médico. Entonces, ACAIP denunció que el protocolo médico que se seguía en la prisión con los internos repatriados no incluía el control de los posibles síntomas de este mal lo que, aseguran, había propiciado que se propagara una enfermedad que se consideraba prácticamente erradicada en el ámbito penitenciario.

Aquel suceso obligó a la dirección del centro a adoptar nuevas medidas de prevención con los reclusos repatriados desde el continente sudamericano, entre ellas el aislamiento en el Módulo de Ingresos cuando llegaban a la cárcel. Sin embargo, ello no ha impedido que hace dos semanas se produjera un nuevo caso. El afectado fue un ciudadano venezolano detenido en el aeropuerto de Madrid-Barajas por un presunto delito de tráfico de drogas nada más aterrizar procedente de su país y que comenzó a mostrar los síntomas de la enfermedad al poco de entrar en prisión. Según denuncia ACAIP, que los casos detectados de este mal entre la población reclusa se hayan concentrado en la cárcel de Soto del Real es consecuencia de la decisión de Instituciones Penitenciarias de recluir en la misma a todos los presos condenados en otros países que son repatriados para terminar de cumplir la pena en España. Todo ello, insisten, "en un centro con una falta crónica de funcionarios".

Dos reyertas graves en pocos meses

También achacan a esta carencia de personal las reyertas registradas recientemente. La última, el pasado domingo en el Módulo 2 de la prisión, el que alberga a los internos multirreincidentes y más conflictivos. La misma fue protagonizada por una veintena de reclusos de dos bandas rivales integradas respectivamente por ciudadanos de origen dominicano y español. Motivada supuestamente por la deuda que mantenía uno de los presos caribeños, la trifulca se saldó con varios reclusos contusionados y el uso, al menos, de un arma blanca de fabricación casera que finalmente no fue localizada. La pelea pudo ser sofocada, según las fuentes de ACAIP, por la intervención de los funcionarios de prisiones "que se jugaron el tipo". Al menos seis de los participantes fueron posteriormente trasladados a un módulo de aislamiento como castigo.

Bandas rivales han protagonizado en los últimos meses dos batallas campales en esta cárcel madrileña. En la última se llegó a esgrimir un arma blanca de fabricación casera 

Estas mismas fuentes destacan que es la segunda batalla campal que se registra en la prisión de Soto del Real en los últimos meses. La anterior, el pasado mes de marzo, cuando un grupo de dominicanos y otro de georgianos se enzarzaron en otra pelea, en esta ocasión en la sala de televisión del Módulo 3 de la cárcel. Las fuentes sindicales aseguraron que aquella trifulca fue protagonizada por una veintena de reclusos y que hubo lanzamientos de sillas, papeleras y otros objetos. Sin embargo, desde Interior se redujo entonces el incidente a una riña a puñetazos durante una partida de cartas, aunque admitieron que diez presos fueron finalmente trasladados a aislamiento.

A todo ello se suma la reciente agresión que sufrió un funcionario de esta cárcel a manos de un interno con problemas psiquiátricos, y que le provocó graves heridas en el brazo derecho. Desde ACAIP aseguran que "desde hace más de un año el centro carece de psiquiatra" sin que Instituciones Penitenciarias "haya hecho nada hasta ahora para remediar dicha deficiencia" que desde el sindicato llevan tiempo denunciando. Según las fuentes consultadas por este diario, las agresiones protagonizados por internos con patología psiquiatra "se están prodigando últimamente" en esta prisión lo que agrava "las condiciones en las que los funcionarios nos vemos obligado a desarrollar nuestra labor". Y todo ello en la cárcel de los VIP.

ocho agresiones entre presos al día 

Las agresiones en las cárceles españolas no son un hecho aislado. Así se deduce de un reciente informe de Instituciones Penitenciarias adelantado por Vozpópuli el pasado mes de junio en el que se detallaba que desde 2005 se habían registrado 30.424 incidentes violentos entre presos en los centros dependientes del Ministerio del Interior (los ubicados en Cataluña son competencia de la Generalitat). O lo que es lo mismo: ocho cada día, 58 a la semana, 250 al mes, más de 3.000 al año... En los tres primeros meses de 2015, últimos datos disponibles, ya se habían contabilizado uno muy grave, cinco graves, 685 leves y un ataque sexual consumado.

El año con más violencia en las cárceles españolas fue 2009, cuando se registraron 3.867 incidentes violentos entre reos, la mayor parte de ellos de carácter leve, aunque también cinco violaciones consumadas, otras tantas agresiones muy graves y 134 más calificadas por Prisiones como graves. Aquel año, el número de internos era de más de 76.000, la cifra más alta de las registradas en la historia penitenciaria, según las estadísticas de Interior. En el extremo opuesto se encuentra 2005, el primer año del estudio, con 2.226 agresiones de todo tipo.

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