La nueva mentira de Sánchez: España no está a la cabeza de la UE, sino en la cola en 10 de 16 indicadores sociales

Pedro Sánchez, después de conseguir su investidura, ha proclamado a los cuatro vientos la fortaleza de la economía española gracias al trabajo de su gobierno. "Hoy nuestra economía está a la cabeza de Europa", dijo. Un mensaje triunfalista al que se han adherido otros socialistas, como José Luis Rodríguez Zapatero el pasado domingo en IFEMA. "El problema de fondo es que en el PP no pueden reconocer, les daría un ataque, que España vive el mejor momento económico y social de toda su historia", afirmó durante su discurso.

Un mensaje que por mucho que se repita no se empapa de realidad: según la tabla de indicadores sociales publicada por la Comisión Europea, España se encuentra entre las peores clasificadas en la mayoría de categorías. En concreto, está por debajo de la media europea en 10 de las 16 categorías.

Si comparamos este estudio de la CE de 2023 con el que se publicó en 2019, se observa que España apenas ha mejorado sus indicadores sociales respecto al periodo de Mariano Rajoy en La Moncloa. De hecho, en algunos puntos, ha empeorado. Por ejemplo, en 2019, España se situaba en el grupo de países "a observar" por la renta disponible en los hogares. Ahora, nuestro país se encuentra en el peor estadio, catalogado como "situación crítica".

En cuanto a personas disponibles para trabajar, este estudio coloca a España en situación crítica, mismo lugar que ocupaba en el estudio de 2019. Algo similar ocurre en cuanto al desempleo: ocupa la misma categoría que con el anterior Gobierno, en la tercera peor posición ("débil, pero en situación de mejora"). Los parados de larga duración también están encasillados en esta categoría desde el anterior gobierno.

Otro punto interesante es el impacto de las ayudas sociales en la reducción de la pobreza. España se encuentra "en observación", es decir, la segunda peor categoría de la clasificación pese a la aprobación de numerosas medidas en favor de la igualdad. Cierto es que mejora el dato de 2020, fecha en la que se situaba en el peor lugar, pero aun así, se mantiene en la mitad mala de la tabla, no a la cabeza de Europa, como el propio Sánchez ha destacado a lo largo de la semana. Nuestro país comparte situación con países como Bulgaria, Estonia, Hungría, Malta, Eslovaquia, Eslovenia e Italia.

En las categorías vinculadas a la infancia, durante el periplo de Pedro Sánchez al frente del Gobierno se ha empeorado. Según este estudio de la Comisión Europea, el porcentaje de niños en guarderías ha descendido, lo que indica que cada vez son más los padres que esperan a los seis años, cuando ya sí es obligatorio escolarizar a sus pequeños. Además, España ocupa la categoría de "situación crítica" en cuanto a porcentaje de menores de edad en riesgo de exclusión social. Nuestro país comparte ese dudoso honor con Rumanía y Bulgaría y ocupa el mismo puesto que durante el Gobierno de Mariano Rajoy.

Por otro lado, el Gobierno autodenominado como "más feminista de la historia" no ha conseguido reducir la brecha de género en el empleo. Según la Comisión Europea, se encuentra en la media europea, misma posición en la que estaba cuando Rajoy estaba en La Moncloa.

España tan solo destaca de forma positiva en cuatro categorías

Mientras en brecha laboral de género y en personas cuyos gastos fijos superan el 40% de sus ingresos España se sitúa en la media europea, hay cuatro categorías donde España sí está bien situada. El único indicador social en el que España se encuentra en la mejor posición es en la inclusión de personas discapacitadas. En la segunda mejor categoría, la denominada "mejor que la media", se encuentra la necesidad insatisfecha de atención médica y el porcentaje de individuos con una base de conocimientos digitales.

En la tercera mejor categoría -bien, pero a monitorizar-, se encuentra la cantidad de niños menores de tres años en guarderías, aunque como hemos citado arriba, España ha perdido una posición respecto a hace cinco años. Por último, hay dos categorías en la media europea: la brecha de género en el empleo y personas cuyos gastos fijos son superiores al 40% de los ingresos.