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España

El Rey defiende una España "unida en la diversidad" y reconoce la necesidad de una regeneración democrática

Imagen del Rey durante el mensaje navideño de 2012.

La crisis económica y el esfuerzo y sacrificio de los españoles en esos años de dureza sin precedentes, la Constitución como marco para superar los problemas y las tensiones y la necesidad de realismo para reconocer que la salud moral de una sociedad se define por el "comportamiento ético de sus dirigentes" fueron los ejes del mensaje navideño de Su Majestad el Rey, en el que anunció que continuará al frente del timón del Estado.

Don Juan Carlos fue muy realista al reconocer el duro sacrificio que ha supuesto para los españoles la crisis económica y, aunque se mostró esperanzado en que el esfuerzo de todos confirme los indicios de recuperación, subrayó que "la crisis empezará a resolverse cuando los parados tengan oportunidad de trabajar". No hubo complacencia ni autosatisfacción, más bien lo contrario. El Monarca insistió en agradecer el sacrificio de todos, y mencionó en forma particular a emprendedores y a la pequeña y mediana empresa para conseguir crear empleo.

El Rey reconoció el descrédito de la clase política y las instituciones, por lo que instó a potenciar nuestra calidad democrática: "Asumo las exigencias de ejemplaridad y transparencia que hoy reclama la sociedad"

El elogio de la Constitución, como marco legal que ha propiciado uno de los periodos de mayor libertad, convivencia y prosperidad de nuestra historia ocupó el segundo bloque del mensaje. Con la mirada puesta en Cataluña, habló de España como una gran nación en la que vale la pena vivir y querer y mencionó que la Corona cree en un país libre, justo y unido dentro de su diversidad. "La Corona cree en la España abierta en la que cabemos todos", subrayó. El espíritu conciliador de la Corona quedó de manifiesto al animar a superar diferencias y llegar acuerdos que a todos beneficia y hagan posible las reformas necesarias para afrontar el futuro.

Urge a la regeneración democrática

El Rey se mostró preocupado por el descrédito de la clase política y las instituciones. En este sentido mencionó que es menester el realismo para reconocer que la salud moral de una sociedad se define por el nivel de comportamiento ético de cada uno de sus ciudadanos, empezando por sus dirigentes.

Regeneración, potenciar nuestra calidad democrática, modernización. Don Juan Carlos se mostró exigente con la clase política y con los representantes de las instituciones, y los animó a combatir el desaliento, victimismo y conformismo. En esta línea concluyó su mensaje con un "asumo las exigencias de ejemplaridad y transparencia que hoy reclama la sociedad". No quiso dejar dudas sobre su futuro y el de la institución al mostrar su determinación de "continuar estimulando la convivencia cívica en el desempeño final del mandato que me atribuye el orden constitucional".

Sobre el caso Urdangarín que inquieta y salpica a su hija, la infanta Cristina, no hubo referencia tan concreta como hace dos años, cuando comentó que "nadie puede estar por encima de ley"

El Monarca hizo la tradicional referencia a las víctimas el terrorismo, incluso una fotografía aparecía en su librería durante el mensaje, en uno año particularmente duro tras la liberación de decenas de etarras por la doctrina Parot. Sobre el caso Urdangarín que inquieta y salpica a su hija, la infanta Cristina, no hubo referencia tan concreta como hace dos años, cuando comentó que "nadie puede estar por encima de ley". Tampoco se espera, ya que en unos días el juez Castro tomará una decisión sobre la posible imputación de la infanta.

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