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España

El PP desembarca en Cataluña para arrebatarle a Rivera la bandera de la unidad nacional

Rajoy con Albiol, en Badalona.

La plana mayor del PP, con Rajoy, Cospedal y Sáenz de Santamaría al frente, se vuelcan este fin de semana sobre Cataluña para enarbolar la bandera de la unidad de España. Los populares se concentran este sábado en Barcelona en la tercera de sus convenciones sectoriales, que está centrada en esta ocasión en asuntos referidos al “fortalecimiento institucional”, y con el que pretenden arrebatarle a la formación naranja su liderazgo en la batalla por la unidad de la nación contra el proceso separatista en el que está sumergida esa comunidad desde hace tres años. Soplan vientos de precampaña y el PP se mueve. 

Los dirigentes del PP vienen denunciando en los últimos días el acuerdo suscrito por el partido de Albert Rivera con el PSOE, una formación que no mantiene una postura clara en el debate sobre la celebración de un referéndum sobre el futuro catalán. Los socialistas catalanes estarían negociando bajo cuerda con Podemos esta posibilidad, a fin de que Pablo Iglesias se avenga a prestar su apoyo, o al menos, a no impedir que Pedro Sánchez resulte investido como candidato a la Moncloa. Diversos portavoces de Podemos han deslizado la idea de que dirigentes del PSOE mantienen conversaciones con En Comú Podem en torno a una posible consulta sobre el derecho a decidir. Tanto el líder de los socialistas catalanes como altos cargos de Ferraz han negado esta versión, aunque las dudas siguen en el aire ya que el PSC ha mantenido una trayectoria preñada de ambigüedad y titubeos sobre la estructura del Estado.

Acuerdos emboscados

Andrea Levy, vicesecretaria general del PP, hablaba este lunes de acuerdos 'emboscados' y señalaba que “queremos saber si Sánchez está engañando a Rivera, porque hay pactos que se están haciendo en la oscuridad y no queremos que la unidad de España se ponga en riesgo”. El PP está empeñado en tender un manto de dudas sobre uno de los ejes básicos del planteamiento ideológico de Ciudadanos, con la mirada puesta en la posibilidad de que se adelanten las elecciones generales. El partido naranja arrebató al PP en las últimas autonómicas el santo y señala de la defensa de la unidad nacional y de la lucha contra el independentismo, al colocarse como segunda fuerza en el parlamento autonómico y quedar reducido su grupo a tan sólo 11 escaños.

Piensan en Génova que la situación actual de Ciudadanos es muy comprometida, ya que su emparejamiento político con el PSOE le obliga a cierto contorsionismo ideológico

Piensan en Génova que la situación actual de Ciudadanos es muy comprometida, ya que su emparejamiento político con el PSOE le obliga a cierto contorsionismo ideológico, en especial en asuntos tan cruciales para el ideario de la formación naranja como la estructura del Estado, los nacionalismos, la unidad de España e incluso la defensa del bilingüismo en Cataluña. También se ha anunciado ahora que Rivera se encontrará con Puigdemont, presidente de la Generalitat, en los próximos días, algo que hasta ahora no ha hecho Rajoy. Si a ello se añade que Podemos se sumará este jueves a la mesa de negociación tripartita que impulsa Sánchez, el panorama puede acarrearle algunos contratiempos a la formación naranja. Seis de cada diez votantes de Ciudadanos provienen del PP y no contemplan con simpatía que la formación a la que han apoyado en las generales muestre algún tipo de veleidades negociadoras con Podemos, un partido al que rechazan frontalmente.

Un hueco en el Gobierno del PSOE

El PP piensa que es una buena oportunidad para recuperar el terreno perdido, para erigirse en la única fuerza nacional que defiende abiertamente la unidad de España, que se niega a cualquier tipo de aproximación negociadora con Podemos y que le planta abiertamente cara al independentismo en todos los frentes, sin duda alguna sobre plebiscitos o cuestiones similares. Juan Carlos Girauta, portavoz del grupo parlamentario naranja, quiso despejar dudas al respecto al afirmar este martes que "todos saben de sobra quiénes somos y que no vamos a sentarnos con Podemos para hablar sobre el derecho a decidir Cataluña". La estrategia del PP insiste en sembrar las dudas sobre la voluble actitud de Ciudadanos, en escarbar en sus contradicciones, como cuando hablaban de apoyar a la fuerza más votada o, en las últimas horas, cuando reclaman unos sillones en el futuro gobierno del PSOE, toda una sorpresa.

El hecho de que Ciudadanos vaya a sentarse en una mesa con el partido asfixiado ahora por las sombras de su posible financiación desde el gobierno bolivariano de Chávez, no tiene buena venta entre los seguidores de esta formación, que defiende planteamientos centristas, alejados radicalmente hasta ahora de cuanto representa el partido de Pablo Iglesias. Nosotros les exigimos que asuman responsabilidades, no se pude estar cobrando del chavismo al que has asesorado para que encarcele a los opositores y, por otro lado, pretender un protagonismo en la política española", exclamó Giarauta tras estallar el escándalo sobre la formación de Iglesias. "A ver qué pasa el jueves", dicen en el PP, que no tiene ahora más objetivo que esperar a que el desgaste de estos pasos negociadores produzca efectos negativos en los tres partidos de la oposición.

En Génova, sin embargo, se escuchan cada vez más voces que temen que Ciudadanos puede asumir una actitud más flexible en las próximas semanas para llegar a formar Gobierno con el PSOE, siempre y cuando Podemos diga que 'sí' al acuerdo pactado entre Rivera y Sánchez. Un imposible. Pero, según estas fuentes, en las próximas semanas, casi todo es posible.

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