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España

La Policía descarta la bengala y señala al exceso de aforo como causa de la avalancha

Ni la célebre bengala ni ningún otro artefacto pirotécnico. La principal causa de la avalancha que provocó cuatro muertos el pasado 1 de noviembre en el Madrid-Arena fue el elevado número de espectadores que acudieron al concierto y que superó ampliamente el aforo máximo del pabellón. Esa es, al menos, la conclusión provisional que recoge el informe que los agentes del Grupo V de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Madrid entregarán este martes en el Juzgado de Instrucción número 51, que instruye el sumario por la tragedia. Según confirmaron fuentes policiales, las imágenes de las cámaras de seguridad del recinto y los testimonios de empleados y jóvenes que asisitieron al festejo apuntan en este sentido y así se lo harán constar al magistrado.

Las cámaras de seguridad y los testimonios refuerzan la hipótesis que en el concierto había mucha más gente de las 9.650 personas reconocidas

Estas mismas fuentes apuntan que en los vídeos que registran desde diferentes puntos, tanto interiores como exteriores, qué ocurrió en los momentos previos a la avalancha, se observa cómo un número importante de personas acceden a esa hora de la madrugada al interior del pabellón tras saltarse los tornos de control de acceso. En cuestión de minutos confluyeron en los estrechos pasillos del recinto, un grupo de personas que abadonaba la pista para subir a las gradas del pabellón y poder seguir desde allí la actuación del DJ estradounidense Steven Aoki, principal atracción del concierto, con otro numeroso que intenta acceder a la pista tras entrar desde el exterior.

Es en ese momento cuando, en opinión de los agentes que instruyen las diligencias, el elevado número de personas, muy superior según sus estimaciones a los 9.650 entradas que la empresa organizadora dijo haber vendido, desembocó en la avalancha que costó la vida a las cuatro jóvenes y heridas muy graves a una quinta, todas por aplastamiento. Las investigaciones concluyen también que la bengala y los petardos que fueron encendidos en aquel momento, y que en un primer momento se pensó que habían provocado el pánico entre los asistentes, no tuvieron nada que ver en el suceso. No obstante, los agentes de Policía Científica siguen analizando los restos que hallaron de la bengala en busca de huellas dactilares de la persona que supuestamente utilizó la misma.

Testimonios de reventa de entradas

Los datos aportados por las cámaras de vídeo se han visto reforzados por los testimonios recogidos por los agentes, tanto de los más de cien ersonas que integraban el equipo de seguridad contratado por los organizadores, como de numerosos jóvenes que asistieron al espectáculo. Algunos de ellos han incidido que las personas presentes en el pabellón en el momento en el que se produjo la avalancha superaba con mucho las 10.000 personas que la empresa alegó en función del número de entradas que oficialmente vendieron. Algunos recalcaron que era prácticamente imposible moverse de un sitio para otro ya que el local estaba abarrotado.

Además, numerosos jóvenes han asegurado que cuando accedían al Madrid-Arena, las personas encargadas de controlar los accesos les retiraban la entrada en lugar de cortar la matriz. Un testimonio que coinciden con el recogido por este diario y que apunta a que a numerosos jóvenes se les vendieron de modo irregular  tickets para entrar en las mismas puertas del recinto cuando el concierto estaba ya iniciado. Fuentes policiales no descartan que estas entradas fueran las que habían retirado fraudulentamente a los jóvenes que accedieron primero a la fiesta. 

Algunos de estos testimonios se han incorporado a las diligencias que ha elaborado la policía, a las que también se ha sumado el informe elaborado en 2006 por inspector de Policía responsable de coordinar la seguridad del Madrid-Arena cuando disputaba allí sus partidos el club de baloncesto Estudiantes en el que se denunciaba que el recinto no contaba con la licencia de funcionamiento preceptiva. El Ayuntamiento ha insistido que el recinto no necesitaba de este requisito. Este lunes, tanto el policía que lo redactó, el inspector Javier Alonso, como José Manuel Sánchez Fornet, secretario general del sindicato policial que los denunció, el SUP, han acudido a las dependencias policiales citados como testigos para entregar una copia del documento a instancias de sus compañeros de Homiicidios.

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