Un goteo incesante de personas bajo un ruido atronador de llantos. Así fue la dramática escena que se vivió de forma constante este lunes en la vivienda de William B.V., el menor trinitario de 15 años que fue asesinado a tiros en el último crimen de bandas latinas de Madrid. Su familia pide justicia. Nadie sabe como el pequeño y "educado" adolescente ha acabado tiroteado frente a su casa.
El padre y la madre del adolescente no salieron en ningún momento del domicilio ubicado en el tercer piso del número 4 de la calle Angosta. Desde la ventana presenciaron lo que ocurrió en la noche del domingo. Las detonaciones rompieron la calma del barrio. En pocos minutos la zona estaba inundada de amigos y conocidos de William.
El paso de las horas desde la muerte del adolescente no calmó sus ánimos. A pesar del dolor querían transmitir un mensaje contundente y claro. La legislación tiene que ser más dura en materia de bandas latinas. Su abuelo Ramón pide al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez que expulse de España a los pandilleros que cometan delitos.
Seguir los pasos de Bukele en El Salvador
"Debería seguir la senda de Nayib Bukele, el presidente de El Salvador. Pandillero que pilla, pandillero que expulsa", remarca de forma contundente. La familia de William llegó a España hace 20 años desde la República Dominicana. El menor ya nació en nuestro país.
"William era un joven casero y educado. Amaba el fútbol y le encantaba estar en casa jugando a la consola con sus amigos", recuerdan desde su círculo. "La mejor persona que he conocido y conoceré. No me hago aún a la idea de perderle", explica su mejor amiga a Vozpópuli.
"Te amamos eternamente"
Una imagen bien distinta del perfil actual de los pandilleros. La Policía Nacional considera que este joven era miembros de la banda de los Trinitarios. Estaba "marcado" por sus rivales de los Dominican Don't Play (DDP). Una venganza es el posible detonante del homicidio que aún mantiene hospitalizado al amigo de William, un joven de 21 años de Fuenlabrada que intentó huir pero fue interceptado por el agresor.
El entorno de la víctima no quiere hablar de bandas. Impera la ley del silencio. Pequeños grupos de sus amigos se juntaban este lunes intentando despegarse del control de los medios. "Te amamos eternamente", fue uno de los mensajes que pintaron en el improvisado altar para su amigo. "To´ bien su tio?", era otro de estos lemas. Todos ellos acompañados de sus fotografías.
El Grupo VI de Homicidios de la Policía Nacional se ha hecho cargo de la investigación. Cuentan con el testimonio de cuatro testigos que presenciaron el ataque. Hablan de un único agresor. Según la descripción, el autor es un joven latino que mide 1,60 centímetros y vestía con sudadera azul y gorra de color rojo. Iba encapuchado y calzaba unas zapatillas rojas.
Un coche sospechoso
Momentos antes del ataque los testigos vieron dar varias vueltas a un coche sospechoso por la zona. Los agentes revisan las cámaras de seguridad aledañas y las de las estaciones de Metro para ver la fuga de este individuo.
Los familiares de William aún se maldicen por lo ocurrido la noche del domingo. Los amigos del adolescente, que acababa de cumplir 15 años, le llamaron al telefonillo para que bajara un rato a la plaza. Su madre tenía dudas. Al final le dejó porque estaba de vacaciones. Media hora después fue asesinado.
El problema de bandas en Villaverde y Usera
Usera y Villaverde son los dos barrios de Madrid con más problemas de bandas latinas. ¿El motivo?. Conviven Trinitarios y DDP en una zona muy pequeña. Es inevitable el cruce de estos grupos y su afán territorial hace el resto. El pasado viernes se produjo otra reyerta en el Parque de Pradolongo.
Un menor de 16 años sufrió dos heridas de arma blanca en el tórax. Fue estabilizado y trasladado grave al Hospital 12 de Octubre. Este recinto verde es uno de los más concurridos por las bandas. Cada cierto tiempo las peleas salen a la luz.
Según datos de la Delegación del Gobierno, en lo que va de año son cinco las personas fallecidas por conflictos entre bandas urbanas violentas. Son los registrados en la capital el 1 de enero en la calle Sáhara, el 6 de febrero en las calles Atocha y Carabelos, el 27 de abril en la calle Alcocer y, si se confirma, el de anoche. Ni los asesinatos de Alcorcón ni el de Fuenlabrada del primer fin de semana de octubre los incluyen en esta tipología.