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España

La llegada de pateras a Canarias se dispara en la primera mitad del año

Una patera con inmigrantes.

El Ministerio del Interior ha hecho público un informe donde se analizan los datos de entrada irregular de personas en España vía marítima y terrestre. Desde la cartera que dirige Fernando Grande-Marlaska se pone en alza que, desde el 1 de enero de 2019 hasta el 30 de junio de este mismo año el total de llegadas se ha reducido un 23,3% respecto al mismo periodo del año pasado, bajando de las 17.300 en los primeros seis meses de 2018 a los 13.263 de esta primera mitad de año.

El dato que más llama la atención es el relativo a la llegada de pateras a las costas canarias. En los meses que analiza el informe llegaron a las islas 44 embarcaciones, lo que supone un incremento del 266,7% respecto a 2018, cuando llegaron 12. 

Desde Interior apuntan a que los datos son “muy bajos”, lo que explica que una pequeña variación se muestre en índices porcentuales muy elevados. La clave para entender la magnitud de las cifras está en las personas que llegan. Aunque en los primeros seis meses del 2019 sólo han llegado 34 personas más que en 2018 (455 frente a 421), en 2018 se incrementaron por mucho los datos de 2017. 

Hace dos años el saldo migratorio ilegal en Canarias se saldó con la llegada de 425 personas en todo el año por vía marítima. Un año después, el número ascendió hasta las 1307, tres veces más. Haciendo una proyección de los datos recabados hasta el momento en 2019 y 2018, se puede prever que el número de personas que lleguen será muy parecido.

El verano pasado, las costas españolas sufrieron una llegada masiva de inmigrantes a bordo de pateras. Todos los días legaban cientos de personas subidas en infra embarcaciones en busca de un futuro mejor. El caso más mediático fue el del barco Aquarius, con 630 almas a bordo que fue acogido por el flamante Gobierno de Pedro Sánchez.

Situación de los CIEs en Canarias

Cuando un inmigrante llega a España de manera irregular, lo primero que hacen los agentes de la Policía Nacional o la Guardia Civil es tratar de identificarlos y hacerles un reconocimiento físico. Luego pasan a un Centro de Internamiento de Inmigrantes (CIE) o a un Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI).

En las Canarias queda uno operativo, según apuntan desde Interior. El de Barranco Blanco (Las Palmas) se cerró hace meses para hacer obras. “Se van a alargar un poco más”, afirman desde el Ministerio. Otoño es la fecha más probable para su posible reapertura.

Había un segundo, el de Matorral, en Fuerteventura, clausurado definitivamente después de que se destapase que tenía gastos inexplicables a pesar de llevar inutilizado desde 2012.

Sólo queda abierto el de Hoya Fría, en Tenerife, que tiene capacidad para 238 internos, que cuenta con una ocupación por día del 31%. En el centro conviven personas subsaharianas, magrebíes y marroquíes que tienen que convivir durante 60 días.

Fuentes policiales informan que en los últimos meses están llegando sobre todo magrebíes, “que son más difíciles de controlar”. Según las referidas fuentes, los altercados que se producen obligan a agentes de antidisturbios y a las patrullas de la ciudad a acercarse hasta el recinto, “dejando las calles de Santa Cruz con menos efectivos”.

Según la Confederación Española de Policía (CEP), los efectivos disponibles “se quedan cortos”, algo generalizado en la provincia. El sindicato reclama una “política seria” respecto a los CIEs, y que los agentes se deberían dedicar únicamente a la “seguridad exterior de los recintos”.

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