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La Línea de la Concepción: un polvorín en la puerta de entrada del hachís a Europa

Manifestación en la Línea de la Concepción contra la impunidad de las mafias del narcotráfico

La Línea de la Concepción ha decidido levantarse contra el tráfico de drogas. La localidad gaditana, de poco más de 63.000 habitantes, vuelve al foco mediático después de los últimos episodios en los que ha quedado patente como el ‘narco’ campa a sus anchas por una de las zonas más deprimidas de España.

Los habitantes de La Línea han vuelto a salir a la calle, como en los años 80, para combatir una lacra que nunca ha dejado de existir pero que en tan solo unos meses se ha acentuado recordando a los peores tiempos del narcotráfico. Este martes, unas cuatro mil personas se concentraban bajo el lema “Por La Línea, por tu seguridad, por tu futuro”, para pedir a las administraciones públicas que se impliquen en un plan definitivo para poner fin a lo que consideran la “total impunidad” de los traficantes de hachís que se mueven en este municipio fronterizo con Gibraltar, uno de los puntos de la península más cercanos a África y principal puerta de entrada de esta droga en el continente europeo.

Una impunidad de la que hablan sin tapujos los principales sindicatos policiales. Desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), su secretario general en la provincia de Cádiz,  José Encinas, narra cómo trabajar en La Línea se ha convertido en toda una frustración para los agentes de la Benemérita. "El desánimo de los compañeros es importante. Vemos como los narcotraficantes actúan con total impunidad, y esto les hace crecerse y ser cada vez más agresivos contra los agentes", asegura en conversación con Vozpópuli.

La AUGC considera que sería necesario reforzar la presencia de la Guardia Civil en toda la provincia de Cádiz con al menos medio millar de agentes. Estiman que solo la Comandancia de Algeciras necesitaría entre 250 y 300 nuevos efectivos para hacer frente en condiciones al ‘narco’. También lamentan trabajar con unos medios materiales obsoletos que apenas les permiten luchar contra el tráfico de hachís. "Queremos combatir en narco y ni siquiera contamos con vehículos todoterreno para interceptar la droga en la playa, que es donde los traficantes la recogen para distribuirla", denuncia Encinas.

Un diagnóstico que comparte el Sindicato Unificado de la Policía (SUP), que habla de un déficit de agentes especializados. Insisten desde el SUP en la necesidad de potenciar las Unidades de Prevención y Reacción o el establecimiento definitivo en la zona de Grupos GRECO (especializados en la lucha contra el crimen organizado) o unidades especializadas en blanqueo. Lo que han conseguido, hasta el momento, es el envío de forma temporal de agentes de la Unidad de Intervención Policial (antidisturbios).

Se está librando una guerra y es imposible ganarla sin el apoyo de las administraciones.

Los responsables de este sindicato se reunieron el pasado jueves con el delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, para trasladarle una consigna clara: en el Campo de Gibraltar se está librando una guerra y es imposible ganarla sin el apoyo del Estado. El secretario del SUP en Andalucía, José Antonio Beato, confiesa que es muy difícil encontrar soluciones más allá de los “parches” que han ido poniendo las diferentes administraciones. Asegura que el delegado del Gobierno se mostró receptivo a la hora de comprometer nuevos efectivos o unos medios materiales que sustituyan a los ahora obsoletos con los que cuentan los agentes.

Sin embargo, las soluciones exigen una respuesta integral en la lucha contra el narcotráfico que hace necesaria, además de la respuesta policial, la colaboración entre todas las administraciones. En conversación con Vozpópuli, el alcalde de la línea, Juan Franco, reconoce que los refuerzos policiales han ayudado a "aliviar" la situación. "Pero esto ya lo vivimos hace unos meses. Se reforzó la presencia policial y las cosas se calmaron. Sin embargo, estalló el problema de Cataluña, los agentes se marcharon y volvimos a encontrarnos con lo mismo".

Franco cree que a la lucha contra el narco hay que sumar planes de empleo, inversión y regeneración de la zona, una de las más castigadas de España. Este viernes estaba prevista una reunión con el viceconsejero de presidencia de la Junta para analizar la situación en el municipio pero las consecuencias del temporal en la provincia de Cádiz han obligado a posponer este encuentro.

Urgen nuevos medios contra el narco

A mediados del mes de febrero, el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, visitó el Campo de Gibraltar unas semanas después de que un grupo de narcos asaltara el hospital comarcal de la Línea de la Concepción para liberar a uno de los lugartenientes del clan de los Castañitas, un grupo que controla el 60% del tráfico del hachís procedente de Marruecos. Estaba hospitalizado en el centro bajo custodia de la Policía Nacional, pero dos agentes fueron  incapaces de contener al grupo de veinte encapuchados que en apenas unos minutos consiguieron liberarlo.

Este viernes, en medio de los contactos entre el Ayuntamiento de La Línea y el Gobierno Central, el propio ministro Zoido anunciaba la detención de dos hermanos como presuntos responsables de este episodio.

El ministro, además, quiso sacar pecho en su visita de febrero y destacó el aumento de las incautaciones de droga en la comarca –hasta un 45% aumentaron los decomisos de hachís-. También anunció mejoras en los dispositivos policiales aunque no concretó cifras “para no dar ventaja” a los delincuentes. La realidad, sin embargo, volvió a interponerse en su camino: apenas unas horas antes de su visita, un grupo de narcos se llevó a punta de pistola una lancha que había sido requisada por las fuerzas de seguridad en el depósito judicial de Conil de la Frontera. Preguntado por este episodio, Juan Ignacio Zoido se escudó diciendo que estos depósitos  no son competencia de su departamento.

Cada vez más agresivos

Los sindicatos policiales estiman que, tan solo en La Línea de la Concepción, operan unas 30 bandas que cuentan con más de 3.000 colaboradores. En una comarca cuya tasa de desempleo duplica la media nacional, muchos jóvenes ven en el ‘narco’ la forma perfecta para sobrevivir, y hacerlo además amasando una buena cantidad de dinero.

Un ‘aguador’, la persona que avisa a los traficantes de la presencia policial, se puede llevar entre 1.000 y 1.500 euros por una noche de trabajo. Si además saben pilotar una lancha y traer los fardos a España, esta cifra puede dispararse hasta los 30.000 euros por un solo viaje.

Con estas cifras, todos intentan defender su parcela de negocio con uñas y dientes. El episodio de la fuga del hospital o el robo de la lancha son tan solo dos capítulos de una larga serie de enfrentamientos entre ‘vecinos’ y Fuerzas de Seguridad. Hace apenas unos días, un todoterreno embistió un coche patrulla de la Guardia Civil para evitar que los agentes interceptaran un vehículo cargado de hachís. En abril del año pasado, un centenar de personas apedrearon a varios agentes que intentaban interceptar un alijo en la playa. Un mes después, un efectivo de paisano recibió una paliza cuando acudía a su puesto de trabajo.

Los sindicatos lo tienen muy claro: Están descontrolados y son cada vez más agresivos. La impunidad hace que existan agresiones a los agentes incluso en escenarios alejados de la lucha contra el narcotráfico”, lamenta José Encinas, de AUGC, que insiste en reclamar una solución autonómica y estatal antes de que sea demasiado tarde y revivamos los peores episodios del narco en nuestro país.

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